El Heraldo
Vivienda donde fueron registrados los domicilios de Iyeteca u Operimpex, y CI Radan SAS, en Barranquilla. EL HERALDO
Judicial

La red de evasión y ganancias falsas que movió más de $350 mil millones

Radiografía de las irregularidades financieras descubiertas por la Uiaf y la Fiscalía en dos empresas, encabezadas por los comerciantes barranquilleros Joel Rojas y Jaime Auque.

La trama conocida hace dos semanas, que implica a cuatro barranquilleros en una millonaria evasión de impuestos y falsificación de ganancias durante nueve años, fue para el fiscal del caso “una operación bastante sofisticada” que movió más de $350 mil millones dentro y fuera del país.

Agentes de la Policía Fiscal y Aduanera (Polfa) y el CTI capturaron el 20 de abril anterior en Cartagena a Jaime Auque Cuello, de 56 años, y en Barranquilla a Joel Rojas Villadiego (35), Juan Rodríguez Albarracín (67) y Naira Montaño Molinares (36) por delitos de concierto para delinquir, enriquecimiento ilícito, falsedad en documento privado, fraude procesal y contrabando.

Tras los arrestos, la Fiscalía informó que la cuantía de los manejos ilícitos superó los $150 mil millones, pero el dato se queda corto frente a lo expuesto en las audiencias preliminares realizadas ante un juez en Bogotá.

Reporte de la UIAF. La indagación penal se inició después de que la Unidad de Información y Análisis Financiero (Uiaf) del Ministerio de Hacienda allegó, en diciembre de 2008, un reporte a la Fiscalía sobre operaciones comerciales sospechosas de Iyeteca.

Los supuestos vicios se centraban en declaraciones de importaciones de renta “muy superiores” frente a las de mercancías importadas entre 2006 y 2008 a Colombia, en su mayoría, desde Panamá.

La Fiscalía hizo entonces búsquedas en bases de datos de la Dian, el Banco de la República y cámaras de comercio, y cerró las pesquisas hasta el 31 de diciembre de 2014. Luego encomendó a un perito del CTI que analizara la información obtenida, revisara documentos como estados financieros e hiciera cruces de cuentas.

 “Encontramos una cantidad de incrementos patrimoniales injustificados desde el punto de vista tributario y contable, utilizando varias modalidades para dar apariencia de legalidad a lo realizado en las empresas Iyeteca SAS y CI Radan SAS”, dijo el fiscal 63 seccional antinarcóticos y lavado de activos.

Las empresas. El ente acusador apuntó primero a determinar quiénes estaban detrás de esas dos sociedades, cuyos certificados de existencia comercial y documentos de notaría reflejan que ambas fueron constituidas en Barranquilla.

Iyeteca, que ahora se llama Operimpex SAS, fue creada en junio de 2006 en Barranquilla por el comerciante Joel Rojas y su pariente Deicy Rojas Giraldo. Y, aunque en el último año varió su domicilio a Buenaventura, su oficina principal continúa en esta capital.

El contador público Jaime Auque se vinculó en 2006 a esta y suscribió los estados financieros desde ese periodo a 2008. En los próximos años fue nombrado apoderado general ante la Dian, luego revisor fiscal y el 14 de abril de 2011 se convirtió en socio y representante legal, cargo en el que también ha estado Rojas Villadiego.

La Comercializadora Internacional (CI) Radan SAS fue fundada tres años después que Iyeteca, con un capital de $2.624 millones.

Como hecho relevante, las autoridades se toparon con que ambas firmas registraron sus domicilios en una casa de la carrera 65 con calle 76, barrio La Concepción: Iyeteca en el “interior 1” y Radan en el “interior 2”.

Otra similitud son las actividades de las empresas: comercio de textiles, prendas de vestir, calzado y productos confeccionados para uso doméstico.

Otro vínculo es que Dalgy Auque Castro, hija del contador, fue socia fundadora junto con Rafael Paipilla Martínez, quien el 29 de abril de 2011 cedió sus aportes de Radan a Auque Castro y su tío Rafael Auque Cuello.

El abogado Juan Rodríguez Albarracín fue vinculado a la investigación porque, desde ese mismo día de abril de 2011, es representante legal de la CI. Y Naira Montaño Molinares, porque siempre ha sido la contadora de Radan, al igual que de Iyeteca “desde una fecha determinada para acá”.

 La investigación de la Fiscalía contra las empresas se inició por un reporte de la Uiaf.

Irregularidades. La Fiscalía dividió en “tres capítulos”: las declaraciones de importaciones y de renta “maquilladas” de Iyeteca y CI Radan, y las 68.789 importaciones de esas sociedades, varias de las cuales “se realizaron bajo el amparo del TLC de Estados Unidos” sin que las mercancías tuvieran procedencia de dicho país.

Los descuadres patrimoniales en las empresas fueron consecuencias de distintas maniobras fraudulentas. En una declaraban las mercancías importadas a precios muy bajos para pagar menos tributos aduaneros.

Para evidenciar esas mañas financieras, la Fiscalía obtuvo de la Dian el registro de las 61.953 importaciones que a nombre de Iyeteca se hicieron entre 2006  y el 31 de diciembre de 2014. Por esas operaciones, la empresa declaró $125 mil 146 millones en mercancías traídas.

“Pero aquí viene el tema que llamó la atención de la Uiaf: realizó pagos al exterior, por compras de mercancías, por un total de $167 mil 213 millones, es decir: giró más de lo que declaró en importaciones, por lo que se tiene una diferencia de $42.067 millones, dinero que debería estar en giros al exterior”, señaló el fiscal.

En el caso de las operaciones con los precios más bajos de lo normal, las irregularidades quedaron en evidencia al pedir unos cuadros comparativos a la Andi sobre las declaraciones de precios promedio de Iyeteca versus las de otras importadoras.

Las diferencias que resultaron fueron abismales. Por ejemplo, para la partida de ‘calzado con suela y parte superior de caucho o plástico, con parte superior en tiras o fibras fijas a la suela’, Iyeteca declaró cada unidad a 0.38 centavos de dólar, mientras que Croydon Colombia reportó 4.40 dólares. “Una diferencia del 1.068%”, conceptuó el perito del CTI.

Competencia desleal. En el análisis de otros productos traídos a Colombia, se halló que Iyeteca declaró unidades de suéteres de algodón para adultos a 4 centavos de dólar, equivalente a $76 pesos con 34 centavos, y juegos de cama (sábana, sobresábana y fundas de almohada) a 75 centavos de dólar, es decir $1.448 pesos con 73 centavos.

Las comparaciones también incluyeron información suministrada por la  Asociación Colombiana de Industriales del calzado, el cuero y sus marroquinerías (Acican), que reflejaron que Iyeteca declaró a 1.22 dólares por unidad de ‘calzados con suela y parte superior de caucho o plástico, excepto que cubran el tobillo’, mientras que Stanton SAS lo hizo a 6.84 dólares.

Iván Lombana, director de Fiscalías Especializadas, declaró tras las capturas que esas operaciones fueron “algo un poco más concreto a una gran operación de contrabando de textiles que se venía presentando en el país”, y que afectaron “la competencia con otras empresas que sí importan mercancías de manera legal, es decir, pagando impuestos”.

Los propietarios de Iyeteca se beneficiaron por igual de que la empresa logró convertirse en Usuario Aduanero Permanente (UAP), una condición que se le otorga a empresas con muy buena capacidad económica y que demuestren que han hecho importaciones o exportaciones –superiores o iguales– por 5 millones de dólares, o que ese haya sido el promedio en los tres años anteriores.

Los UAP tienen asimismo el beneficio de levante automático de las mercancías importadas. Significa que pueden actuar sin agencia de aduanas y sus cargas pueden salir de los puertos sin que sean objeto de inspección física o de documentos.

Incrementos. Como parte de esas irregularidades están incluidos los movimientos bancarios que tampoco cuadran con la realidad financiera que las firmas mostraban en sus reportes a los organismos de control.

Dentro de los 9 años analizados, la Fiscalía encontró que Iyeteca realizó giros al exterior por $167 mil 213 millones, pero declaró mercancías por $125 mil 146 millones, lo que deriva en una diferencia de $42 mil 067 millones.

“El costo/venta que se consigna en las declaraciones de importación no coincide con el costo que reflejan las importaciones, más las compras en el mercado nacional e inventarios”, concluyó el perito contable.

En sus estados financieros hubo también discrepancias en los costos de venta, reportados por $154 mil 107 millones, pero con disponibilidad para comercializar menos, $134 mil 997 millones. “Una diferencia entre la mercancía que tenían para vender y la que declararon, las empresas no pueden vender lo que no tienen”, explicó el fiscal en la audiencia.

Los movimientos en bancos tampoco son consecuentes con los reportes tributarios: registró movimientos por $302 mil 878 millones, de los cuales declara en la renta que sus ingresos eran casi que la mitad: $154.567.517.000.

“Una diferencia de $142 mil 773 millones, este valor corresponde a plata líquida que ingresó a las cuentas y no fue declarada, que quedaron por fuera de esas obligaciones tributarias y constituyen un incremento injustificado”, añadió el delegado.

Todas estas movidas viciadas redundaron en que Iyeteca evadiera el pago de impuestos a la renta por $23 mil 104 millones, $509 millones por Cree (patrimonio) y $22 mil 843 millones por IVA.

En CI Radan la realidad no fue distinta. Las búsquedas y análisis a su información dieron cuenta que de 2010 a 2014 hizo 6.836 importaciones por $10 mil 422 millones, pero presentó un flujo de dinero por $34 mil 038 millones. La diferencia fue de $23 mil 615 millones.

“Un valor muy superior a lo importado, dinero que en apariencia podría encontrarse en el exterior”, advirtió el fiscal 63 antinarcóticos.

 La Dian le hizo cinco procesos administrativos a Iyeteca por falsear la información de procedencia de mercancías que importaba.

Más renta para nivelar. En Radan se aplicó la misma operación de Iyeteca: se declaraban precios menores a los establecidos, pero ello desembocaría en una mayor utilidad para las empresas, lo cual se vería reflejado en mayores obligaciones en las declaraciones de renta.

Por eso, para nivelar y sacar provecho por punta y punta,   se incrementó el costo de ventas en la rentas, para pagar menos impuestos.

De ahí que, como con el valor de sus importaciones frente al flujo de dinero, también reportó mercancías para vender por $10 mil 613 millones, pero costos por $16 mil 736 millones. Lo mismo que en Iyeteca: vendía supuestamente más de lo que tenía.

Lo detectado en sus registros bancarios no fue diferente a los de Iyeteca: movió $59 mil 907 millones, mas solo declaró como total en sus ingresos $6 mil 654 millones. “Arrojando una diferencia de $53 mil 253 millones que circuló en las cuentas y se queda sin justificación”.

Y en evasión de impuestos, solo por renta, CI Radan logró librarse del pago de $8 mil 242 millones.

Todos estos hallazgos ya no son sospechas para las autoridades, sino hechos probados, debido a que los capturados se allanaron a los delitos y admitieron que defraudaron al Estado.

Las pesquisas, sin embargo, no terminan por las aceptaciones de cargos: la Fiscalía anunció ya que se establecerá si, como usuario aduanero permanente, Iyeteca sirvió para cometer otras clases de operaciones ilegales a favor de más personas.

Falsa procedencia

La Fiscalía encontró que la Dian le abrió cinco procesos administrativos a Iyeteca SAS porque en varias importaciones de ropa declaró que las mercancías eran de procedencia de Estados Unidos, para acogerse a los beneficios del TLC con Estados Unidos y no pagar tributos aduaneros. “Se falseó y disimuló el control aduanero al hacerle creer a la administración que la mercancía era originaria de los Estados Unidos. Esas importaciones se realizaron en mayor parte por Bogotá”.

Las anomalías fueron descubiertas por funcionarios de la Dian, quienes viajaron a EE.UU. y verificaron que los productos no tenían ese origen. Así se concluyó con 10 declaraciones importaciones de octubre de 2013, por $39 millones 417 mil; 55 de ese mismo mes, por $89 millones 752 mil; otras 53, equivalentes a $212 millones 075 mil; 361 más, por  $1.361 millones, y  otras 667, por $3 mil 059 millones.
La Fiscalía calculó que “se dejó de pagar $2 mil 185 millones por tributo aduanero” en 1.146 declaraciones de importación.

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