El Heraldo
Yolima Márquez, mamá de alias el Pupileto, lo acompaña en todas las audiencias y es quien paga los abogados del joven de 21 años. Mery Granados
Judicial

“En las buenas y en las malas estoy con mi hijo”: mamá del ‘Pupileto’

Yolima Márquez contó la historia de su relación con el joven ladrón. Una psicóloga experta analizó la condición de Daniel y dijo que “aún hay tiempo”.

Cuando la señora Yolima Márquez contestó la llamada de la Policía Metropolitana de Barranquilla, lo primero que hizo fue salir del barrio Las Ferias, de Soledad, en busca de su hijo. No tenía claro qué había pasado, pero al menos sabía dónde encontrarlo: en la Unidad de Reacción Inmediata (URI) de la Fiscalía, en Barranquilla. 

Era el año 2016 y al cuarto de sus seis hijos, Daniel José –que por ese entonces tenía 17 años–, lo habían detenido las autoridades.

“Él llamó a un amigo y el amigo dio mi teléfono. Lo habían capturado por hurto. De una vez le metí abogado y estuve ahí pegada, día y noche con él”, contó Yolima a EL HERALDO casi cuatro años después, a las afueras de la sala 13 del Centro de Servicios Judiciales de Barranquilla, donde un delegado de la Fiscalía señalaba a su hijo, una vez más, de ser un ladrón.

Junto a ella estaba su suegra, Zenobia Conde Martínez, que a sus 85 años seguía firme en  la decisión de acompañar a su “pelaíto” a lo largo del proceso judicial, pues como ella misma aseguró, aunque no lo había cargado en su vientre, lo llevaba en el corazón desde antes de nacer. 

Para ambas, aquel joven delincuente sentado frente al estrado de un juez penal, ahora cercano a los 21 años, no es ‘el Pupileto’, sino Dani o Jose, como le dicen de cariño desde que era un niño. Por él, dicen, son capaces de empeñar los pocos enseres que les quedan después de varios años de juzgados y pagadiarios.

“El abogado lo hemos costeado con ayuda de Dios y deshaciéndonos de todo, pero no importa que yo pierda todo. Como sea yo hago, pero le meto su abogado. La última vez hice un préstamo, pero ya salimos de eso”, aseguró la mamá del ‘Pupileto’.

Y es que ella sostiene con la frente en alto que de los millones que han pasado por las manos de su hijo, ella no ha recibido nada “porque lo que roba lo reparte con los amigos y la otra gente que él quiere”.

“Yo no recibo nada de él, no sé de esa plata. Pueden ir a mi casa y verán que es humilde, no tengo lujos ni nada”, confiesa Yolima, revelando que la relación con su hijo sigue tensa, tal y como venía siendo desde que estaba más pequeño, cuando empezó a ser “rebelde”.

Según ella, la raíz de los problemas de Daniel José ha sido la “experiencia que tuvo” a los ocho años, cuando fue víctima de abuso sexual. 

“Para mí fue horrible. Quien lo abusó era un muchachito de 16 años que había llegado de Rebolo y lo demandamos. Quisimos linchar al pelao y llamamos a la Policía, pero después lo soltaron”, explicó, confirmando lo que su hijo había confesado a EL HERALDO minutos antes.

La primera captura

Zenobia, quien lo crío desde que tenía dos años, recuerda claramente la primera captura de su nieto, porque dice que ese día fue cuando se lo quitaron. 

No fue por estar robando, ni tampoco por amenazar a una persona de manera violenta, ni siquiera lo veían como “un peligro para la sociedad”, como dijo el juez, sino que fue por una simple “curiosidad”.

Según contó Zenobia, ocurrió cuando Daniel José tenía 12 años. Él se había ido a ver un partido de Junior “solito porque quería conocer el estadio” y la Policía lo retuvo por ser menor de edad.

“Se lo llevaron enseguida para allá en el Bienestar Familiar, en la Vía 40, y me lo quitaron. Dijeron que como yo era la abuela él tenía que estar con la mamá, pero yo fui el que se lo críe a ella”, dijo Zenobia, quien en algún momento asumió las responsabilidades que su hijo, papá de Daniel José, “nunca” quiso asumir.

Desde entonces, sostuvo la anciana, su nieto empezó a alejarse y, al hacerse mayor, “nada más llegaba a la casa, se cambiaba y salía”.

“Ya era mayor de edad y tenía su pareja, no podíamos estar encima de él”, lamentó.

Daniel José Osorno Márquez fue enviado de manera preventiva a la penitenciaría El Bosque, por hurto.

En las buenas y las malas

Hoy, Daniel José Osorno Márquez, alias el Pupileto, tiene a sus espaldas un amplio prontuario criminal que se nutre, sobretodo, de hurtos a residencias de estratos altos de Barranquilla. 

Su vida delictiva, cuyos resultados exhibía en redes sociales, lo ha convertido en uno de los ladrones más mediáticos en la historia reciente de la ciudad; y sin embargo, sigue siendo para ambas mujeres un hijo que necesita apoyo.

“Sea lo que sea yo así lo quiero, es mi hijo. Es duro, él les dice a sus dos hermanos menores que tengan cuidado porque no quiere que ellos vayan a ser como él, ni que vayan a sufrir lo mismo que él ha sufrido. Ahora todo está en manos de Dios y de la Justicia, pero sea lo que sea, estamos con él. En las buenas y en las malas estoy con mi hijo”, concluyó Yolima antes de saber que el juez enviaría a su hijo a la penitenciaría El Bosque, como única medida de aseguramiento “idónea” para asegurar que no siguiese delinquiendo y que compareciera al proceso.

“Aún hay tiempo”

EL HERALDO consultó a una psicóloga forense, adscrita a la Fiscalía General de la Nación, quien analizó la entrevista que este medio realizó a alias el Pupileto en días pasados. 

De acuerdo con la experta –que prefirió la reserva de su identidad–, el principal desencadenante de la conducta criminal de Daniel José pudo haber sido la “ausencia de una figura clara de autoridad, así como la falta de normas coherentes para el desarrollo del respeto por lo ajeno”. 

Asimismo, explicó que el hecho de que su figura de crianza haya sido inestable (a veces la mamá, a veces la abuela), sumado a la herida importante de haber sido sometido a abuso sexual infantil, sin tratamiento para la resiliencia; habrían reforzado el desarrollo de la “conducta y personalidad antisocial”.

Sin embargo, para la psicóloga forense, “aún hay tiempo”.

“Daniel es joven, inteligente, parece que no ha lastimado a nadie ni usado armas para agredir, por lo que aún puede cambiar”, dijo.

Para esto, a su consideración, es necesario que Daniel José reciba un “tratamiento integral de rehabilitación” que requeriría, como mínimo, de psicología clínica, psiquiatría, terapia ocupacional y aprendizaje de un oficio para laboral.

“Esto no lo ofrece el sistema penitenciario, obviamente, y no hay indicadores de trastorno mental, por lo que la condena, de recibirla, sería en un centro carcelario”, lamentó la especialista.

Asimismo, aclaró que las conductas antisociales que presenta Daniel José no son producto de se condición socioeconómica y sería un grave error caer en dicha creencia, pues “personas de estratos seis a ocho, de colegios super privilegiados, también asalten casas y carros”.

“No podemos usar una mirada de pobreza para la delincuencia, eso es un error. Aquí lo detonante es la ausencia de autoridad y límites claros”, concluyó.

Agresión

La mamá de alias el Pupileto, Yolima Márquez, protagonizó el pasado martes cuatro de febrero un video en el que aparece agrediendo a varios periodistas de medios locales y nacionales. En su momento, la mujer se opuso a que le tomaran fotografías a su hijo cuando salía de la sala de audiencias en la que resolvían su situación tras ser capturado por décima vez. La madre de Daniel Osorno explicó a EL HERALDO que había sido un episodio de furia a raíz del problema judicial de su hijo y que había pedido disculpas a los periodistas cuando se encontró nuevamente con ellos, en la tercera parte de las audiencias contra ‘el Pupileto’.

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