
'Ese homicidio lo cometí de cinco a cinco y media de la tarde. Si la Fiscalía me llama a mí para hacer el recorrido que se le hizo el seguimiento a Fernando Cepeda y dónde fue que lo asesiné, con mucho gusto yo iría y le mostraría todo el recorrido que se le hizo, dónde quedó el carro y cómo quedó. Llegué a Los Girasoles como a las cinco y media de la tarde, guardé el arma con que asesiné a Fernando, me bañé...'.
La cita textual hace parte del relato que el pasado 28 de enero, en la cárcel Las Mercedes, en Montería, realizó uno de los supuestos autores materiales del crimen del ganadero Fernando Cepeda, y que fue conocido por EL HERALDO. (clic aquí para ver mapa de ruta mortal de Cepeda)
Es el exparamilitar Rafael Antonio Velilla Delgado, alias El Costeño, de 34 años, oriundo de San Zenón (Magdalena), quien además dio detalles de la planeación del homicidio y del pago que, un día después, según él, se hizo por este ‘trabajo’. Este homicidio, cometido el 22 de agosto de 2003, volvió a ser noticia a raíz de la investigación iniciada contra Silvia Gette Ponce, exrectora de la Universidad Autónoma del Caribe, por su supuesta participación como autora intelectual.
Cómo lo planearon. 'Alias Felipe me llamó al teléfono para que fuera a la casa de él, en el barrio Los Robles, que quedaba de donde yo vivía a donde él vivía, a dos minutos en moto (...) me dijo que Aguas lo había llamado y le había comentado que había que hacer un trabajo que era a un hombre y a una mujer, que después nos reuniéramos para hacer ese trabajo; en el momento en que yo estaba hablando con Felipe, horas del mediodía, Aguas llamó a Felipe al teléfono y le dijo que fuera a Coolechera que la dirección era calle 17 con carrera 15 (...)
Llegamos a Coolechera tocamos el portón grande, nos abrieron. Ahí estaba Aguas, Palacios, estaba un muchacho alto, otro señor gordo, cachetón, y ahí había una señora alta ella, gruesa ella, tenía un vestido largo. Felipe y yo saludamos a Aguas y a Palacios el abogado, yo me aparté a un lado a un metro cerca de un carro y comenzó a hablar Aguas, Palacios y Felipe. La señora, blanca ella, le decía a Palacios que lo que se iba a hacer más nadie podía saberlo, ahí estuvimos como 15 minutos (..) salimos afuera del portón, iba llegando alias 28 lo saludamos y le preguntamos que para dónde iba, nos dijo que se iba a encontrar con Palacios que él lo había llamado.
Cuando ya íbamos a irnos en la moto del frente de Coolechera, Felipe me dice: 'a quien se le va a hacer el trabajo es a la señora que estaba ahí', que por ese trabajo me iban a dar una buena bonificación. Felipe y yo nos fuimos para la casa de Felipe en Los Robles'.
'En horas de la tarde aproximadamente como a las 3 o 4 de la tarde llamó el Zarco, hombre de inteligencia de las Autodefensas, a Felipe, que dónde se encontraba, él le dijo que estaba en la casa en Los Robles. El Zarco le dijo que le iba a llevar un encargo para que viera lo que se iba a hacer de parte de Aguas. El Zarco llegó a bordo de un taxi, comenzamos a hablar, nos saludamos y él le dijo a Felipe: estas dos fotos son las personas a las que se va a asesinar; era la foto de un hombre y una mujer, Felipe la vio y yo la vi...'.
'Al otro día, en horas de la mañana me llamó Felipe, yo estaba en mi apartamento, me dijo que lo esperara, que él pasaba por mí. Así fue, él pasó por mí, nos fuimos al barrio Villamundi (sic), Casagrande -una casa del difunto Moncho-, ahí vivía el parce Esteban, llegamos ahí a planear el homicidio de ese tipo que era un ganadero, yo pensé de que el tipo tenía vínculo o era colaborador de la guerrilla'.
'Aguas nos llamó en horas de la tarde, que le hiciéramos con 'todos los juguetes' para el norte de la ciudad. El conductor del taxi, que es el Flaco, Felipe y mi persona, nos montamos al taxi, ya con la pistola en la caleta; y en la moto DT 165 roja Esteban, el Parce (...)Entonces llegamos al norte de la ciudad de Barranquilla y estaban Aguas y el Zarco en una Toyota 24 válvulas, vidrio vaporizado , bajó el vidrio y nos dijo que nos regresáramos. Le dijo a Felipe y a mí que estuviéramos pendientes del teléfono, él me dice que el señor Fernando se movilizaba en un carro pequeño blanco, que los números de placa era EUR 371, y que no fuera a fallar cuando tuviera que hacer el trabajo. Yo le pregunté por lo del otro, el de la vieja; él me dice: primero el hombre y después la mujer'.
Un día antes del crimen. 'Al día siguiente, que fue el 22 de agosto de 2003 en horas del mediodía me llama Felipe al teléfono, me dice que dónde me encuentro, yo le dije que estaba en el apartamento (...) Me dijo que estuviera en la juega que en cualquier momento nos podían llamar para el trabajo pendiente (...) En horas de la tarde me llama Felipe y me dice que me van a recoger, que ya tenían ubicado al hombre –a Fernando Cepeda, el ganadero-.
'El vaquero en su caballo'. 'Felipe llegó a mi apartamento con el Flaco, que manejaba el taxi, y Esteban en la moto DT 165 listo pa’ trabajar, salimos de ahí del apartamento –recuerdo que eran las cuatro de la tarde- por toda la Circunvalar, llegamos alante (sic), al puente de la Circunvalar antes de llegar al barrio El Pueblito, ahí hay una bomba; se le echó gasolina al taxi y también a la moto. Como a las cuatro y media estábamos antes de llegar a Galapa, porque Aguas llamó a Felipe y le dijo que 'el vaquero iba en su caballo', estaba hablando de Fernando Cepeda y que lo esperáramos antes de llegar a Galapa.
La moto se quedó retirada a una distancia de unos 15 o 20 metros, Felipe llama a Aguas y le dice que estamos en el punto indicado, le dice que esperemos ahí. Nosotros nos bajamos del taxi y nos hicimos como si el taxi estuviera varado para no dar sospechas de nada, para darle tiempo a Aguas que llegara con el objetivo, Aguas les dice a Felipe que 'el vaquero va en el caballo blanco' y que va acompañado. Estando yo ahí, Felipe y el Flaco, llegó Aguas en una Toyota 24 válvulas y me dice a mí: Costeño, la mujer que viene con él, ella no; yo le digo que por qué no, y él me dice: porque ella no tiene nada que ver (...)
Él se regresa a encontrar el carro donde venía Fernando y nosotros seguimos ahí como si estuviéramos varados; ya vemos el carro blanco que viene, yo miro la placa del carro que era la que me habían dicho a mí, que ahí andaba el tipo que iba a asesinar y alcancé a ver el tipo que iba manejando el carro y era el que yo había visto en la foto que me había mostrado el Zarco, y pasó acompañado de una mujer.
Apenas pasó prendimos el carro y empezamos a seguirlo antes de llegar a Galapa, y Aguas apenas vio que nosotros empezamos a seguir el carro blanco, siguió su camino pa’ Barranquilla dejándonos encargados del trabajo que se iba a hacer y la moto detrás de nosotros. Llegamos al puente de la Circunvalar, ahí hay un romboi (sic), bajo la Circunvalar, lo seguimos en el taxi, yendo pal norte de la ciudad, saco el pasacintas (del carro, donde guardaron el arma) y saco la pistola, una Sig Sauer 9 milímetros corta. Nos pasamos el carro blanco y llamó Felipe al Parce –Esteban-, que nos alcanzara en la moto.
Me bajé del taxi y me monté en la moto, el taxi se devolvió, nosotros dejamos que pasara el carro blanco y lo seguimos en la moto con Esteban, que maneja la moto. Lo seguimos y a los pocos segundos le digo yo al Parce: acércate. Él ya sabía el modo de yo sicariar, de yo trabajar; él se le acercó por el lado que conducía yo le disparé una bala en la cabeza que le pasó y se le incrustó a la mujer que lo acompañaba, ella comenzó a dar gritos y el carro se fue suavemente a la cuneta, por ahí queda cerca una empresa. La mujer daba gritos, no hubo necesidad de disparar más tiros porque me di cuenta que el tiro que le había dado era mortal'.
'De inmediato nos regresamos, más adelante unos tres kilómetros me bajé de la moto porque la Circunvalar transita mucho carro y yo pensé que alguien nos había seguido, el Parce siguió solo en la moto y yo tomé una Dacia (camioneta usada informalmente para transporte público), de pasajero, y me bajé en frente de Los Robles, en Los Girasoles, ya era de tardecita, podría ser como las cinco y media de la tarde'.
Al día siguiente, según el relato, Velilla recibió $5 millones, de manos de Aguas, lo mismo que Felipe; Esteban $1 millón 500 mil y el conductor del taxi otros $500 mil.
*Haga cli aquí para conocer la edición de EL HERALDO el día que asesinaron a Cepeda.
Por Redacción Judicial




















