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Sentado sobre una camilla y aún adolorido en la zona abdominal, Ricardo Manuel Molina Enríquez, de 60 años de edad, narró a EL HERALDO desde una de las habitaciones del Nuevo Hospital General de Barranquilla el cómo fueron los momentos previos a la tragedia en el sector de El Boliche, tras la intoxicación masiva por ingesta de alcohol adulterado.

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“Yo empecé a tomar desde martes 23 de septiembre, a eso del mediodía por allá por la Magola”, expresó Molina.

El adulto mayor reveló que estuvo bebiendo aquel alcohol hasta altas horas de la madrugada, acompañado por otros compañeros que también estaban consumiendo el mismo licor.

Ricardo Manuel Molina Enríquez afirmó sentirse arrepentido de su decisión.

“Ese día empezamos como desde el mediodía hasta la 2:00 de la madrugada. Cuando llegó esa hora, varios de los compañeros ya se habían ido para sus casas menos yo, que me quedé tomando un rato más pero luego paré porque me empecé a sentir muy mal”, sentenció.

Sin embargo, de un momento a otro empezó a sentir cólicos y que la respiración se le entrecortaba, hasta tal punto que empezó a vomitar a cántaros.

“Al rato de eso, me empezaron los dolores, primero se me cortó la respiración…Entonces me acosté un rato sobre un mesón del mercado, pero ahí fue cuando comenzó más fuerte el malestar: empecé a vomitar, me mareé, la visión se me apagó un poco y sentía el estómago inflamado”, detalló.

Jhony Olivares Rodriguez /jhony OlivaresCaso de intoxicados en el sector del Boliche en Barranquillita

Casi inmóvil y con el estómago cada vez más hinchado, Ricardo Manuel logró llegar por sus propios medios hasta las puertas del Nuevo Hospital General de Barranquilla.

“Por mis propios medios vine al hospital, aunque lo pensé dos veces porque daba dos o tres pasos y me sentía como si el estómago se me fuera a reventar y la mente se me iba así como la visión”, expresó el hombre.

Molina, un hombre que se conoce las calles del mercado como la palma de su mano tras recorrer cada rincón durante al menos 15 años vendiendo bolsas de basura de puerta en puerta, indicó que no era la primera vez que consumía ese tipo de alcohol.

“Varias veces había ido a ese sitio y había tomado ese trago…Uno lo consigue por las calles del mercado en $4.000 en las botellas plásticas…Nunca me había sentido así, porque ya varias veces había ido y tomado, pero el martes me pasó eso, el malestar fuerte”, informó.

Jhony Olivares Rodriguez /jhony OlivaresCaso de intoxicados en el sector del Boliche en Barranquillita

Consciente de que pudo haber contado con la misma suerte con la que corrieron sus compañeros de andanzas, Ricardo Manuel juró no volver a consumir el alcohol adulterado agradeciendo a Dios por la nueva oportunidad que le brindaba de seguir con vida.

“Ya tomé conciencia de no volver a ingerir ese alcohol, porque imagínese, el poco de muertos que ha habido. Yo no quiero ser uno más. Le doy gracias al Señor, al Todopoderoso, que me está dando una nueva oportunidad de seguir adelante”, finalizó.