Pavel Durov, fundador de Telegram y uno de los empresarios tecnológicos más enigmáticos del mundo, ha revelado detalles sorprendentes sobre su vida personal.
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En una entrevista con el medio francés Le Point, el empresario ruso, de 40 años, confesó ser padre de al menos 106 hijos y explicó su decisión de compartir su fortuna, valorada por Forbes en 17.100 millones de dólares, con todos ellos por igual.
Durov señaló que tiene seis hijos concebidos de forma natural, pero que desde hace 15 años también ha sido donante de esperma en diferentes países. Según dijo, esta decisión nació como un acto solidario para ayudar a un amigo con problemas de fertilidad, pero luego se convirtió en una práctica constante tras detectar lo que él llama una “escasez global de esperma sano”.
“No hago ninguna diferencia entre mis hijos, los concebidos naturalmente y los nacidos a partir de mis donaciones. Todos son mis hijos y tendrán los mismos derechos”, declaró.
Además, explicó que su testamento, redactado recientemente, establece que ninguno de sus hijos podrá acceder a su herencia antes del 19 de junio de 2055. El objetivo, según dijo, es que aprendan a forjar su propio camino, sin depender de su riqueza.
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“Quiero que vivan como personas normales, que se construyan por sí mismos y que aprendan a crear y confiar en ellos, no en una cuenta bancaria”, afirmó.
Entre sus decisiones más inusuales, también anunció que planea hacer público su ADN, para que sus hijos biológicos puedan reconocerse entre ellos. “Es un riesgo, pero no me arrepiento. Creo que la humanidad necesita más nacimientos”, agregó, en referencia a la baja natalidad global.
Pavel Durov es también fundador de la red social VKontakte (VK), la más grande de Rusia, proyecto que inició junto a su hermano Nikolai en 2006. Desde hace años vive fuera de su país natal, tras negarse a entregar datos de usuarios al gobierno ruso, lo que derivó en su exilio.
En 2024, fue imputado en Francia por supuesta complicidad en delitos cometidos a través de Telegram, como distribución de material de abuso sexual infantil o tráfico de drogas. No obstante, Durov ha negado cualquier responsabilidad.
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“Nunca se ha demostrado que sea culpable de nada, ni por un segundo. Defender las libertades te granjea enemigos, incluso dentro de los Estados más poderosos”, aseguró.
