Antes de convertirse en una figura emblemática de la televisión latinoamericana y formar una relación con Florinda Meza, el comediante y guionista Roberto Gómez Bolaños, mejor conocido como Chespirito, estuvo casado con Graciela Fernández.
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Fernández fue su primera esposa y madre de sus seis hijos. La historia entre Roberto y Graciela comenzó a mediados del siglo XX, en la colonia Del Valle de la Ciudad de México.
Él tenía 22 años y ella apenas 15 cuando se conocieron. Según relatos recogidos en homenajes póstumos al comediante, Gómez Bolaños buscaba una pareja “formal” y quedó cautivado por la simpatía y presencia de la joven.
La relación se formalizó a inicios de la década de 1950 y, poco después, contrajeron matrimonio. En esa etapa, Chespirito comenzaba a consolidar su carrera como creativo en la incipiente industria televisiva mexicana, beneficiado por un aumento de sueldo que le dio estabilidad económica.
Durante su matrimonio, Graciela Fernández acompañó a Gómez Bolaños tanto en su vida privada como en algunos aspectos profesionales. Se sabe que estuvo presente en grabaciones de sus primeros programas y en viajes relacionados con su trabajo.
A lo largo de su unión, la pareja tuvo seis hijos: Graciela Emilia, Cecilia del Sagrado Corazón, Teresita del Niño Jesús, Marcela, Roberto Gómez Fernández y Paulina.
Entre ellos, destaca Roberto Gómez Fernández, quien siguió los pasos de su padre en la industria del entretenimiento, convirtiéndose en productor y figura relevante de la televisión mexicana.
Actualmente, Gómez Fernández produce la serie Sin querer queriendo, recientemente estrenada en HBO Max. Aunque los detalles de la separación entre Roberto Gómez Bolaños y Graciela Fernández no fueron revelados públicamente, algunas versiones señalan posibles infidelidades como una de las causas del distanciamiento.
La relación concluyó tras varios años de convivencia. A finales de los años sesenta, Gómez Bolaños conoció a Florinda Meza. Según la propia actriz, su primer encuentro fue en un banco, donde él hizo un gesto que ella describió como “mañoso” al pasarle la mano por el cabello.
En 1969, Meza ingresó al elenco del programa Chespirito, y su relación con el creador se fue fortaleciendo durante cinco años hasta convertirse en pareja formal.
