Una explosión de alegría, una Batalla de Flores, un homenaje a la tenacidad del Caribe colombiano que no se amilana, un canto a la paz, fue lo que se vivió este sábado en el cumbiódromo de la Vía 40. A las 11:49 de la mañana comenzó oficialmente el desfile más representativo del Carnaval de Barranquilla.
Valeria Abuchaibe Rosales, soberana de las fiestas de 2018, animó al público presente con la red de tamboreras de Colombia, de la cual ella hace parte. Con un hermoso vestido rojo, la reina bailó sin parar. 'Valeria eres la mejor', fueron algunos de los gritos de apoyo que se escucharon desde el público a la soberana número 100 de las carnestolendas curramberas.
Con pañuelos blancos y pasacalles que llevaban el mensaje de 'Los buenos somos más' y 'gracias por tu apoyo, Barranquilla', la Policía abrió el desfile con sus motorizados y caballos.
Raúl Martínez, asistente al desfile y miembro del comité de seguridad del barrió Betania, sacó desde su palco un pañuelo blanco que para él 'significa un momento de duelo a los policías caídos'.
'Llevamos el luto en el corazón, pero la alegría y el orgullo de servir en el rostro', decían los uniformados a los asistentes mientras su comparsa, Policías en fanfarria, se presentaba al público.
Ayer no fue un día de coreografía para ellos. En honor a las víctimas de los atentados, las banderas blancas en sus manos y una sonrisa bastaron para animar a los asistentes y robarse los aplausos.
Drácula salió de su ataúd y se expuso al sol barranquillero acompañado de gorilas, duendes y letanías. No era el momento para quedarse en casa en medio de la oscuridad, era la hora de brillar.
A Donald Trump, Nicolás Maduro, Hugo Chávez y Piedad Córdoba nadie los quería en la Vía 40. En broma se escuchaban gritos de 'fuera, fuera, fuera'.
Los descabezados, comandados por el rey Momo 2009, Ismael Escorcia, hicieron parte de los 12 mil actores del Carnaval que desfilaron en el cumbiódromo de la Vía 40.
La primera comparsa en aparecer fue la homenajeada. Las 900 marimondas del Barrio Abajo anunciaron con sus coloridos pantalones de besos y actitud irreverente que la danza se toma Barranquilla por estos cuatro días. Un reconocimiento a la comparsa de tradición popular más grande del Carnaval.
Un bicitaxi, de aquellos que por tradición transportan a aquellos bailarines cansados o a quienes dirigen, estaba vacío. Paragüita, su tradicional líder, no pudo este año montarse y desfilar por afectaciones a su salud.
El Ave Fénix se abrió paso luego de las marimondas. Se trataba de Ricardo Sierra Vásquez, rey Momo del Carnaval 2018, que encarnó un pájaro de fuego diseñado por Diego Robles y confeccionado por Rafael Ballestas.
A bordo de la carroza ‘Ave Mulata’, Sierra representó el fuego que se enciende hasta el miércoles de ceniza con el ritmo de las cantadoras Las Flores de Barranquilla, dirigidas por Lina Babilonia. .
Detrás de él venía su hijo más amado. El Garabato de la Unilibre salió esta vez sin su muerte tradicional, Ricardo, pero en reemplazo de él estuvo Diego Robles, de 29 años, licenciado en Educación Artística con énfasis en danza y teatro.
Lleva diez años bailando con la danza, pero esta vez era diferente: su turno era en el lado oscuro. 'Tener la oportunidad de seguirle los pasos al maestro Ricardo Sierra es un honor. Así como le dieron el honor a él para ser rey este año, él depositó en mí su confianza. Es una satisfacción muy grande representar este personaje, un logro, un premio del universo', dijo.
Las Casas Distritales de Cultura iluminaron con colores la Vía 40 con un homenaje a las aves.
Un tití cabeciblanco gigante se abrió paso en medio del desfile. La carroza de ‘Baqui’, el embajador de los Juegos Centroamericanos y del Caribe 2018, fue encargada de llevar a la Miss Mundo Colombia, María Beatriz Daza.
Shadya Londoño y Samuel Martínez, reyes del Carnaval de los Niños, hicieron honor a las marimondas con su carroza ‘Circus marimonda’.
Sammy animó al público diciendo 'que vivan las marimondas, que viva el Carnaval, que viva la champeta', mientras Shadya daba muestra de sus dotes de bailarina y en medio de plumas azules gozaba del desfile.
Una pequeña cumbiambera se robó las miradas. Isabela Pinzón, de 6 años, abrió la presentación de la cumbiamba La Guapachosa con una enorme sonrisa que dejaba al descubierto que hace poco el ratón Pérez tuvo una misión en su almohada. Sus papás, Ana y Grey, iban al compás de los tambores unos metros atrás mostrando de dónde surgió el amor por la fiesta de la pequeña Isa.
Llegada de la reina
La Red de Tamboreras de Colombia anunció la llegada de su majestad Valeria Abuchaibe, reina del Carnaval 2018, a bordo de la carroza ‘Musa’.
Ella animó al público asistente y su deseo de hacer vibrar a propios y visitantes con los ritmos del Caribe fue tal que, en la calle 75, pidió que subieran las tamboreras a la carroza.
A partir de ese punto las maracas, alegre, tambora y flauta de millo acompañaron a ‘Yeya’, como cariñosamente le dicen sus familiares. Los mismos que estuvieron a los lados de la carroza atentos a las indicaciones de la soberana, que no quería que nada fallara en su día.
La Guardia currambera fue la innovación en este desfile. Ellos escoltaron al ‘Papa Quillero’ y con un cruce de espadas permitieron que empezara el recorrido del papamóvil, que luego desfiló a ritmo de champeta en su visita a La Arenosa.
Danilo De la Hoz recorrió el desfile de manera independiente. Ayer, como desde hace cuatro años, fue un negrito que con muecas y dos acompañantes especiales, cautivó a las personas. Daniel, de 5 años, y Óscar, de 11, hijo y sobrino respectivamente, se tomaron 15 minutos bien temprano para cambiar su tono de piel. Un vestuario que les llevó una hora, aproximadamente, a cada uno dejar.
El bloque de las danzas de Garabato contó con una particularidad. La muerte se vistió de mujer. Dos esqueletos con guadaña recorrieron la Vía 40 buscando ganarle a la vida.
El ChaTeo fue la sensación
Aunque los verdaderos Teófilo Gutiérrez y Yimmy Chará están enfocados en los retos que traen la Liga y la Copa Libertadores, sus seguidores los sintieron de cerca con la carroza en la que desfiló la virreina nacional de la belleza, Vanessa Pulgarín.
El amarillo se asomó con la llegada de la reina de Soledad, María José Romo, los reyes infantiles Liz Gabriela Narváez y Emanuel Escorcia, y el rey Momo Henry Barrios ‘Calancho’, que iba bendiciendo a su paso como homenaje a las letanías al son del Checo Acosta.
De otro lado, el colectivo La Puntica No Má, acompañado por el grupo Bomba Estéreo, llamó la atención por su fusión de ritmos caribe con música electrónica al cierre del desfile que marcó la resurrección de Joselito Carnaval.
Vacíos
Los vacíos en palcos y minipalcos generaron comentarios en medio del desfile. Desde el minipalco 61 hasta el 70 no había ni un asistente.
El recorrido, que se caracterizó por su puntualidad y orden, no presentó la asistencia de años anteriores y se observaron algunos sectores con poco público. Sin embargo, los que estuvieron, pudieron gozar, ‘mover la batea’, gritar ‘¿mami ya pa’ qué?’ y vacilarse el chicle que ‘no sabe a nada’ de la gran apertura de la fiesta más grande de Colombia que tuvo como protagonista a la champeta.





















