Con 10 hijos, 34 nietos y 15 bisnietos, María Francisca Angulo Alcázar, nacida y criada en San Juan de Tocagua, corregimiento de Luruaco, encontró en el arte de tejer una oportunidad de superación e impulso económico para ayudar a sostener a su numerosa familia.
Con sus manos ha logrado crear, junto a otras 299 mujeres del Atlántico, esas sillas de antaño, las que los abuelos utilizaban en las terrazas y los patios de las casas para departir con la familia y amigos, para recibir la brisa fresca que corría en los días de verano. Las sillas tejidas con cuerdas de plástico.
Rombo, medio rombo, espiga, la cruceta, diagonales, son algunos de los diseños que estas mujeres artesanas de los municipios de Tubará, Juan de Acosta, Sabanalarga, Piojó, Ponedera, Luruaco y su corregimiento de San Juan de Tocagua aprendieron a hacer durante cuatro meses, en desarrollo de la segunda versión del proyecto Arte-Sana que lidera la Secretaría de la Mujer y Equidad de Género con apoyo de la Gobernación del Atlántico.
En sus 68 años de vida, María Angulo nunca había explorado el terreno de los tejidos, sino hasta hace unos 12 meses cuando el proyecto llegó a su corregimiento e ingresó para poder aprender y redescubrir sus dotes de artesana.
'Nosotros comenzamos tejiendo con enea y junco, ahora ya hemos aprendido a tejer con plástico. Lo que sigue es que la gente conozca nuestro arte y lo que hacemos, vender, seguir adelante y poder brindarles mejor calidad de vida a nuestras familias', relató esta madre cabeza de hogar, mientras pasaba sus dedos sobre la silla que ella misma tejió.
El tiempo para quedar lista una silla, dice María, es de dos semanas porque los diseños juegan un papel importante para su elaboración y el valor es de $270.000, por ser una pieza 'trabajada a pulso' y porque 'hay que valorizar nuestro trabajo'.
Su meta a corto plazo es enseñarles a sus nietos y bisnietos las técnicas que ha aprendido y poder abrir un taller en su casa y construir un negocio familiar.
'Todos los conocimientos adquiridos se los estoy enseñando a mis nietos para que ellos mismos salgan adelante, porque ya yo ahorita estoy falleciendo y eso es lo único que les va a quedar', indicó.
Y agregó que 'la edad no es impedimento para salir adelante, si se tienen las ganas. Lo que queda es intentarlo. Todo esto le cambia las expectativas a uno. Elaborando estas sillas y las demás artesanías sacamos a nuestros hijos adelante'.
'Yo tenía 14 años cuando aprendí a tejer con lana, hoy día a mis 23 años conocí nuevas técnicas, pero ahora no con agujas sino con plástico', expresó Janeth Vides Jiménez, una de las tubareñas que hace parte del grupo de artesanas del proyecto.
Vides dijo que comenzó en el mundo de las puntadas por hobby, por buscar algo en qué ocupar su tiempo libre. Cuando creció y se hizo adulta, tuvo dos hijos, entre ellos una niña a la que decidió tejerle moños y lazos para que los luciera. Ahora, según cuenta, ve lo aprendido como una oportunidad de negocio y no un pasatiempo.
'Las mujeres de Tubará estamos contentas porque aprendimos a tejer, hacer diseños, arreglar las sillas y así poder tener nuestras casas bonitas. Queremos montar un taller y proveer a las personas conocimientos y herramientas, para que al igual que nosotros logren aprender y salir adelante', afirmó.
Janeth Vides sostuvo que ella logra elaborar y terminar una silla en un día, porque la agilidad con sus manos se lo permite.
Aseguró que además del acompañamiento en la creación de diseños y elaboración de sillas, fueron capacitadas en ventas y en economía, para que pudieran conocer su producto y saber cuál es el valor que merece el trabajo que realizan.
'Nosotros no solo queremos que en nuestros municipios conozcan de nuestro trabajo, sino también el mundo entero. Donde se pueda exportar y vender debe haber un diseño de nosotros allá', puntualizó.
La iniciativa
A partir del arte y el empoderamiento, Arte-Sana busca generar capacidad operativa y productiva en las mujeres potencialmente tejedoras, mediante la asistencia técnica y el control de nuevas actividades asociadas al aprovechamiento de los recursos naturales.
La secretaria de la Mujer y Equidad de Género del Atlántico, Zandra Vásquez, explicó que la puesta en marcha de esta iniciativa permite contar, además, con una red productiva y social que genera empleo con recursos reciclados, como el plástico de sus hogares.
'Estas iniciativas no solo fortalecen sus habilidades y destrezas en el manejo del tejido, sino que se convierten en una plataforma para incursionar en el mercado local, nacional e internacional, con la variedad y versatilidad de productos que elaboran con el material reciclable', enfatizó Vásquez.
Durante cuatro meses, por lo menos dos veces por semana, expertas en tejidos enseñaron y perfeccionaron la técnica de 300 mujeres artesanas para que fortalecieran sus conocimientos en la confección de sillas con sello caribe.
'Las graduandas recibieron una completa formación integral en el manejo de tejidos a base de material reciclable, con el que elaboraran sus obras de arte, como sillas, mecedoras, lámparas, mesas y tapetes', precisó Álvaro Torres, coordinador académico del programa.
De igual manera, las clases incluyeron acompañamiento psicosocial para empoderar a la mujeres, quienes además desarrollaron habilidades y destrezas de emprendimiento, innovación social y generación de ingreso a partir del oficio aprendido.
Mercado internacional
Los productos de las mujeres artesanas del Atlántico lograron traspasar fronteras en septiembre pasado, cuando fueron exhibidos en la feria de decoración de París ‘Hogar y Objetos (Maison & Objet)’, donde participaron 70 países.
Según la Gobernación del Atlántico, durante la feria, el stand de Arte-Sana recibió cerca de 2.000 personas y se convirtió en el espacio propicio para concretar contactos con clientes potenciales de 22 países que expresaron su interés en la comercialización de los productos elaborados por las mujeres del Departamento.
La secretaria Zandra Vásquez y la primera gestora social del Atlántico, Liliana Borrero, se encargaron de mostrar todo el arte hecho en tierras atlanticenses en la Ciudad Luz.





















