El Heraldo
Economía

La resiliencia y la reinvención, los ganadores económicos

Aunque la Covid-19 ralentizó el crecimiento que Barranquilla y Atlántico venían presentando, no apagó el coraje de los ciudadanos por salir adelante.

A las puertas de un nuevo año es un deber detenerse a reflexionar y valorar aquello que se ha aprendido en todos los aspectos, en especial tras un año lleno de desafíos como lo ha sido el 2020. En cuanto al tema económico, según coinciden los gremios de la ciudad, la gran lección de este año es que nada está definido y que el destino puede ser más frágil de lo que aparenta.

El que parecía ser un año lleno de acontecimientos que marcarían un antes y un después en la historia reciente de Barranquilla y la región se convirtió de la noche a la mañana en una promesa inconclusa como consecuencia de la pandemia que como un agente invisible frenó el crecimiento económico, paró la producción de las empresas, golpeó los bolsillos de los ciudadanos y llevó a la destrucción de cientos de empleos.

Aunque la pandemia por la Covid-19 ralentizó la dinámica de crecimiento que la ciudad venía presentando no apagó el coraje y la determinación de los barranquilleros por sobresalir. La pausa les permitió a muchas personas abrir la puerta del emprendimiento y encontrar en su idea el sustento para su familia. Otros, en cambio, supieron leer el momento y vaticinaron en la coyuntura una reinvención de sus empresas para resistir.

Un ejemplo de ello es que durante este año la virtualidad fue la mejor aliada de cientos de negocios en Barranquilla, permitiéndoles acompañar a sus clientes por medio de una nueva experiencia que se convirtió en la vía principal para recibir ingresos y subsistir. De ahora en adelante, esta lección aprendida, según cuentan, la tendrán aún más presente y formará parte de su estrategia diaria en el nuevo porvenir.

Por fortuna, la rápida acción gubernamental y las propuestas para salvar la economía fueron acertadas y tras unos meses de temor e incertidumbre le permitieron a la urbe ir recuperando su compostura lentamente, siendo líder en la reactivación del país.

“La pandemia demostró que todos somos iguales sin importar la religión, estatus o nivel cultural”.

Si en la unión está la fuerza, los gremios del departamento lo entendieron acertadamente. Independientemente de su actividad o sus ideas, los sectores productivos actuaron bajo una misma premisa en conjunción con el sector público en busca de restablecer la economía de los hogares, la conservación del tejido productivo y la creación de nuevos puestos de trabajo. 

El presidente de la Cámara de Comercio de Barranquilla, Manuel Fernández, dijo que “aprendimos como sociedad que debemos trabajar en equipo para enfrentar los problemas de acción colectiva, es decir aquellos en los que nuestras acciones individuales repercuten sobre los demás. Esto ha sido evidente en el control al esparcimiento de la Covid-19, pero será cada vez más relevante en temas prioritarios como la recuperación económica a través de la confianza del consumidor y del inversionista; la mitigación y adaptación al cambio climático y la responsabilidad con las comunidades más vulnerables. El 2020 nos ha llamado a un nivel más alto de conciencia y de participación activa para adaptarnos a circunstancias extremas y superar juntos la adversidad”.

Para el gerente seccional de la Asociación Nacional de Empresarios (Andi), Atlántico, Alberto Vives, la pandemia “demostró que todos somos iguales sin importar nuestra religión, estatus o cultura. El virus nos conectó de alguna manera”. Por su parte, Diana Cantillo, directora del CEO del Atlántico, dice que “la pandemia hizo comprender que las empresas son las personas y que sin ellas nuestra vida se detiene”.

A especie de conclusión, las palabras resiliencia y reinvención les hacen justicia a las lecciones del libro del 2020. Sin embargo, tal como los dirigentes gremiales lo resaltan, no existe nada más importante que el cuidado de la salud y la vida, ya que más allá de un momento económico, en un abrir y cerrar de ojos todo puede cambiar.

El comercio electrónico, una llave para seguir

En los meses de estricta cuarentena, el comercio barranquillero encontró en los canales virtuales el mecanismo para sobrevivir sin la presencialidad a la que estaban acostumbrados. Para algunos fue más sencillo que para otros, pero lo cierto es que el desafío por encontrar la fórmula correcta siempre estuvo presente y nada estaba asegurado. La virtualidad, con el comercio electrónico como protagonista, fue una válvula de escape a la crisis.

La salud está por encima de todos los aspectos

Independientemente de la actividad que realicen, los gremios de la ciudad coinciden en que la lección principal que deja el convulsivo 2020 es que “nada está definido” y que la salud “es lo más importante”, por lo que debe estar siempre  “por delante” de cualquier consideración. “Hemos entendido que la vida debe ser más simple y que debemos maximizar el tiempo que le dedicamos a los diferentes compromisos sin complejizarnos”, dijo Rosmery Quintero, presidente de Acopi. 

Sinergia público-privada que da resultados

La articulación entre el sector público y privado del Atlántico fue clave para la rápida reactivación de las actividades económicas a medida que la pandemia lo fue permitiendo. “Ratificamos con hechos concretos que la articulación público – privada es definitiva para enfrentar los retos que factores internos o externos nos planteen, pero también para avanzar con decisión y celeridad”, señaló Efraín Cepeda Tarud, presidente del Intergremial del Atlántico.

Emprendimiento, una inagotable fuente de ideas

Cientos de barranquilleros le dieron rienda suelta a su vocación emprendedora con el encierro en casa. Esto les permitió llevar el sustento a sus familias, especialmente aquellos trabajadores que por efectos colaterales de la pandemia perdieron sus empleos. Supermercado a domicilio, almuerzos y postres, inclusive lavanderías, fueron lo más solicitado en la cuarentena. El barranquillero demostró que tiene una vocación emprendedora innata.

La importancia de mantener una caja chica de ahorros

La pandemia reiteró la importancia del ahorro como mecanismo de protección ante las crisis económicas. Cientos de negocios en la ciudad se mantienen hoy en pie debido a su músculo de ahorro. Es una estrategia que aplica también para las finanzas personales. “La pandemia nos enseñó varias maneras de manejar los costos y gastos de las empresas y, por supuesto, en el tema personal”, dijo Mario Muvdi, presidente de la Junta Directiva de Cotelco Atlántico.

La debilidad de un tejido empresarial

El tejido empresarial se vio golpeado por los efectos de la estricta cuarentena que se reflejaron en el incremento de la brecha de género en el mercado laboral y una mayor informalidad. “El año dejó en evidencia las consecuencias de una informalidad alta en la región y el país. Este es uno de los primeros temas a tratar en la agenda económica y social del país”, señaló Rosmery Quintero, quien destacó que el país tiene las capacidades para acelerar cambios estructurales.

Resiliencia y reinvención, una conjunción de supervivencia

El valor de la resiliencia, de salir adelante en medio de un escenario adverso, por medio de la reinvención de procesos, fue la gran lección productiva que deja el 2020, según los dirigentes gremiales del departamento.

“Aprendimos que la resiliencia hace parte de nuestro ADN”, señaló Carlos Portilla, presidente de Anato Caribe. Para Diana Cantillo, también se “aprendió a adaptarse a estas situaciones adversas”. Rosmery Quintero señaló que “más allá de la resiliencia y la reinvención nos dimos cuenta que hay que buscar salirnos de la zona de confort e ir asimilando nuevas estrategias y nuevas tecnologías”. “Nos demostró la capacidad de superar las adversidades y sobreponernos”, dijo Alberto Vives.

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