El Heraldo
Fachada de la planta de procesamiento de Coltabaco ubicada en la calle 30 en Barranquilla. AFP
Economía

El cierre de dos plantas enciende alarmas por pérdida de empleos

Organizaciones sindicales afirman que Barranquilla ha perdido vocación industrial y que en los últimos años se eliminaron 3.000 puestos de trabajo en el sector.

“Trabajé casi 15 años en esa empresa y de la noche a la mañana me encontré en la calle. Con la plata que recibí decidí comprar un taxi y ponerlo a trabajar”. Así resume Carlos Pérez sus últimos años como trabajador formal de una empresa del sector de alimentos que cerró sus puertas en Barranquilla.

Carlos, quien prefiere no dar su nombre real, ahora se dedica a manejar un taxi y reconoce que los ingresos que recibe diariamente no le alcanzan para realizar los pagos de la seguridad social.

“Lo importante es que me da para mantener a mi familia, no creo que pueda tener una pensión, pero tengo Sisben”, dice el barranquillero que tiene 59 años de edad.

El cierre de las plantas de producción de dos grandes empresas multinacionales  localizadas en el Atlántico, en menos de un mes, ha encendido las alertas en diversos sectores, especialmente porque en los dos centros de procesamiento había más de cien trabajadores.

Si bien las razones que dieron Coltabaco Philips Morris y Mars Andina son diferentes y cada una obedece a situaciones propias de sus mercados, como lo son el contrabando y la carga de impuestos para la primera y, la caída de las ventas al mercado venezolano para la segunda, no deja de ser preocupante que los cierres se den el territorio local.

En la planta de Coltabaco laboraban 70 trabajadores temporales y en Mars Andina hay 35 directos. Precisamente una de las principales preocupaciones de gremios y organizaciones de trabajadores es la pérdida de los empleos.

Según un estudio de Fundesarrollo (2017) la participación del personal ocupado por la industria en Barranquilla y el Atlántico entre 2002 y 2016, registró una disminución del 20%. 

Datos del Departamento Administrativo Nacional del Estadísticas (Dane), indican que en el trimestre febrero-abril de 2019, la industria manufacturera, con 143 mil trabajadores, representaba el 15% de los ocupados en Barranquilla y su área metropolitana, mientras que en el comercio, restaurantes y hoteles, con 306 mil trabajadores, estaba el 33%.

El presidente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) en Atlántico, Javier Bermúdez, asegura que el cambio en la vocación industrial de la ciudad comenzó desde los años 90 con la llamada “apertura económica”.

Recuerda que son varias las empresas, que en su momento fueron emblemáticas de la ciudad, las que cerraron sus puertas. Entre estas se encuentran Aluminio Reynolds, Peldar, Celanese, Café Universal, la planta de Cementos Argos, Almendra Tropical, Empaques Industriales de Colombia, Triplex Pizano y Vandux, algunas aún con conflictos laborales vigentes.

“Estimamos que son unos 3 mil empleos del sector industrial los que se han perdido en los últimos años”, explica el dirigente sindical.

Ante esta situación, las organizaciones sindicales hacen un llamado a las autoridades civiles de la ciudad y el departamento para que se promueva una política de desarrollo industrial que ayude a la generación de empleo formal.

Razones ajenas

La directora de ProBarranquilla, Ana María Badel, asegura que se debe tener en cuenta que las causas de los cierres de las dos plantas son ajenas al crecimiento y desarrollo de Barranquilla y el Atlántico.

“Lo que podemos decir es que cierran producción por razones que obedecen al mercado, pero hasta ahora no tenemos conocimiento de otras empresas que estén en esta condición”, señala.

El gobernador del Atlántico, Eduardo Verano de la Rosa, coincide con la directora de ProBarranquilla y afirma que se debe hacer un análisis detallado de las razones que tuvieron las empresas para tomar la determinación de cesar sus operaciones en el departamento.

“Esto nos permitirá evitar apreciaciones que no corresponden con la realidad”, añade.

Para Verano, la dinámica empresarial del departamento muestra que se cierra una planta, pero se abre otra. Recordó que en Palmar de Varela la compañía Ternium, se encuentra construyendo una planta siderúrgica  con una inversión de USD90 millones y generación de 1.000 empleos en fase de construcción y 270 en fase de operación.

Destaca que hay interés de otros empresarios de Estados Unidos que están interesados en invertir en Atlántico con otro proyecto siderúrgico.

Grupo de trabajadores de Coltabaco en Barranquilla.

Territorio atractivo

Ana María Badel reitera que Barranquilla y el Atlántico siguen siendo un territorio atractivo para las inversiones. “En los últimos cinco años en particular, hemos sido destino de más de 289 proyectos de inversión entre nuevas empresas instaladas, ampliaciones, y relocalizaciones, y por ejemplo, el 2018 fue el año donde se identificó un mayor número de empleos creados como resultado de las inversiones ejecutadas al registrar 3.676 nuevos puestos de trabajo. Esto es, 40% más empleos de los identificados en 2017”, agrega.

Destaca que en el año pasado, con el apoyo técnico de Fundesarrollo, se llevó a cabo una encuesta a inversionistas instalados en el territorio del Atlántico para conocer su percepción del clima de negocios. Las empresas consultadas manifestaron que la ubicación geográfica prevalece como el principal factor de ventaja, en particular para las empresas grandes, y para aquellas que realizan actividades exportadoras. 

Destacan otros factores como el tamaño del mercado y la dinámica de la economía local, la articulación con los mercados externos, además de la disponibilidad de insumos, y la posibilidad de integrarse con proveedores y comercializadores.

Medir efectos

Por su parte, el presidente del Comité Intergremial del Atlántico, Ricardo Plata, aseguró que estos cierres se presentan cuando las empresas atraviesan por situaciones difíciles, que las llevan a tomar decisiones drásticas.

“Aunque no hemos medido el impacto que va a tener en la economía local,  sabemos que se pierden empleos y se afecta a las empresas proveedoras de las plantas que cierran su operación en el departamento”, señala.

De la misma forma, dice que estas empresas dejarán de contribuir con el pago de impuestos a los entes territoriales.

Plata había llamado la atención sobre el tema de la carga tributaria que tienen las empresas en Atlántico y en especial, la creación de una nueva estampilla del orden departamental para los registros en la Cámara de Comercio del 0,3% del valor.

Para el director del Observatorio del Mercado Laboral de Cartagena y Bolívar, Dewin Fuentes, es necesario que la economía del país y las regiones avance hacia una verdadera agenda de transformación productiva, que lleve en el mediano plazo a tener una estructura económica más sana en la que pesen más las industrias intensivas en tecnología y conocimiento, para evitar el “efecto perverso” de un alto precio del petróleo sobre el resto de sectores económicos.

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