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“Édgar Perea decía que mi zurda era comparable con la de Maradona”: Armando Celedón

El barranquillero, de 50 años, figuró en  el club rojiblanco a finales de los años 80, conformando una muy buena sociedad con el argentino Juan José Meza. Luego del retiro trabajó en las minas y hoy labora con la Secretaría de Deportes del Distrito.

Zurdo, técnico, creativo, con excelente visión de juego y una pegada envidiada por muchos. Así era Armando Celedón, un exjugador barranquillero que logró figurar en Junior a finales de los años 80.

Talento no le faltaba para brillar y dejar una huella más grande como rojiblanco, pero una lesión le impidió figurar más. “Pude haber dado mucho más, pero la lesión en el hombro cortó mi ascenso en Junior”, dijo Celedón, de 50 años, en diálogo con EL HERALDO.

Muchos, incluso él mismo, ven hoy en Jarlan Barrera muchas de las cualidades que hicieron despuntar a este talento currambero, que logró defender la rojiblanca durante cinco años. Muchos lo recuerdan por su sociedad futbolística que el argentino Juan José Meza.

 

P.

¿Qué hay de la vida de Armando Celedón?

R.

Estoy trabajando con la Secretaria de Deportes, acá en el estadio Metropolitano. Estamos metidos con los Juegos Intercolegiados, que es el primer programa que estoy ejecutando con ellos.

 

P.

¿Qué hizo luego del retiro del fútbol?

R.

Empecé a trabajar, pero no ligado al fútbol. Tuve negocios personales, después me fui a trabajar a la Mina de El Cerrejón, por allá estuve seis años. Luego dos años en la Mina Calenturitas, en la Loma, César. En todos esos lugares trabajé como coordinador y supervisor.

 

P.

¿Cuánto duró su carrera como futbolista?

R.

Aproximadamente como ocho años. Después de Junior estuve deambulando por varios equipos, como Tolima, Unión, Cortuluá, Unicosta, Atlético Cereté y me retiré en el 1999 o 2000. Tuve también un paso por el fútbol venezolano por el Trujillanos, con el que alcancé a jugar Copa Libertadores.

 

P.

¿Por qué duró tan poco su carrera deportiva?

R.

La carrera se truncó un poco debido a una lesión que tuve en el hombro izquierdo, producto de un accidente que tuve en el año 89 o 90, no recuerdo bien. Yo iba atravesando la calle y un bus me golpeó. Me tuvieron que operar del hombro y eso me marginó un poco. La recuperación no fue la mejor y tuve problemas recurrentes con eso. Se me salía constantemente el hombro y en los equipos ya empezaban a molestar con eso, hasta que decidí mejor retirarme.

 

P.

¿Cómo se describe en su etapa como jugador?

R.

Era un jugador muy técnico, diría que demasiado técnico, con buen pie, con buena asociación, que colocaba muy buenos pases largos, desde el fondo. Un mediocampista que ponía mano a mano a los delanteros frente al arco.

 

P.

¿Cuánto tiempo duró en Junior?

R.

Yo debuté en Junior en 1988 y jugué hasta 1992, cuando salgo prestado al Tolima. Inicié mi carrera de la mano del ‘Zurdo’ López, que es el que me pone a debutar en el segundo semestre del 88.

 

P.

¿Qué recuerda de su paso por el equipo rojiblanco?

R.

Fue una experiencia maravillosa. Todo jugador barranquillero sueña con jugar en Junior y Dios me dio la posibilidad de poder cumplir ese anhelo. Tuve momentos lindos, maravillosos. Me hubiese gustado jugar mucho más, pero bueno, las cosas se dieron así.

 

P.

Usted logró conformar una sociedad exitosa con el Argentino Juan José Meza. ¿Qué recuerda de esa dupla?

R.

Hicimos una sociedad muy linda que le brindó muchos réditos a Junior. En esa época no era fácil jugar de ‘10’ por los extranjeros  que traían los equipos. Junior tenía como cuatro extranjeros, Juan José Meza, ‘el Chino’ Benítez, Carlos Ischia y ‘Toti’ Iglesias… y con todo eso pude jugar. Tanto Meza y yo éramos zurdos, y nos entendimos de una. Ese año (1989) Juan José hizo un gol de rabona y yo uno de mitad de cancha a Millonarios, en el ‘Metro’, que fue el mejor gol que marqué en mi carrera.

 

P.

¿Cómo fue ese gol?

R.

(Risas) Recuerdo que el arquero Omar Franco venía con un invicto de no sé cuántas fechas y pude vencerlo. Fue una pared con Meza desde atrás, Carlos Araújo participó en la acción dejándome la pelota servida en el medio, vi que Franco estaba adelantado y saqué un zurdazo que lo bañó. ¡Fue un golazo!

 

P.

¿Cómo califica su paso por Junior?

R.

Creo que pude dar mucho más, lógicamente, pero yo lo califico como bueno. Mis mejores años fueron en el 88 y 89 y luego ya fui perdiendo la titular por el tema de la lesión, que se me salía el hombro constantemente en los partidos y los compañeros les tocaba metérmelo. Después vino la operación, la recuperación y todo eso me fue marginando. Pero considero que el tiempo que pude jugar con regularidad y en plenitud de condiciones me fue muy bien.

 

P.

¿Su mejor versión futbolística se dio con los Tiburones?

R.

 En los equipos que estuve me fue bien. De pronto donde menos jugué fue en el Unión, porque cuando llegué ya había un tremendo equipo conformado y ahí alternaba, pero de resto, en todos tuve buenas participaciones, siendo titular. Creo que donde mejor me fue, luego de Junior, fue en el Tolima y en Cortuluá.

P.

¿Con los jugadores que compartió en Junior, cuál fue el que más lo marcó por su talento?

R.

Sin duda, Juan José Meza, que tenía una técnica exquisita, una conducción perfecta, era un jugador diferente, y Javier Ferreira, para mí, uno de los tres mejores de la historia de Junior. Hubo otros jugadores que también recuerdo con mucha alegría, como Carlos Araújo, Gabriel Martínez, que por arriba era impasable, y José María Pazo, que agarró la titularidad y no la soltó nunca, por más que venían y venían arqueros.

 

P.

¿Qué anécdota recuerda en su paso por el equipo rojiblanco?

R.

Lo que más recuerdo y me marcó fue ese gol que le anoté a Millonarios. Fue un golazo, realmente, que dio de qué hablar. Otra cosa que recuerdo con nostalgia eran las transmisiones de Édgar Perea y los comentarios de Fabio Poveda, que eran dos personas que admiraban mucho mi fútbol. Perea decía que mi zurda era comparable con la de Maradona (risas)… siempre lo recalcaba en sus narraciones y a mí me gustaba mucho, porque Diego fue y siempre será mi ídolo.

 

P.

Para los que no conocieron a Armando Celedón, ¿con qué jugador se identifica hoy en día?

R.

En Junior me identifico mucho con Jarlan Barrera, que es muy buen jugador, con una técnica exquisita, con una fundamentación muy buena. Está en etapa de crecimiento y le faltan muchas cosas por mejorar, pero es muy bueno y tiene mucho que darle a Junior. Otro que me gusta mucho y con el que también me identifico es Juan Fernando Quintero, siendo él mucho más rápido que yo.

 

P.

¿Qué cree le ha faltado a Jarlan para terminar de explotar todo su fútbol, para tener más regularidad en su juego?

R.

Él es un excelente jugador, pero hoy en día el fútbol ha evolucionado tanto, que se necesitan jugadores con más sacrificio. Jarlan tiene que correr más la cancha, no quedarse tan parado, entrar en el juego constantemente y tener una mejor actitud. Es una crítica constructiva que le hago y que algún día me gustaría decírsela en persona, porque realmente lo admiro y sé que tiene todo para triunfar, no solo en Junior sino en el fútbol del exterior.

P.

¿Por qué hay jugadores con un talento inmenso pero que les cuesta explotarlo?

R.

De pronto carecen de ese sacrificio que se necesita en el fútbol para saber meterse en el juego. Yo tuve un técnico en Cortuluá, ‘el Tucho’ Ortíz, que fue el que me ayudó a agregarle eso a mi juego, porque lo mío solo era asistir, crear, generar juego. Él me decía: ‘Armando usted sabe mucho con el balón, pero yo quiero que se tire al piso, que de una patada, esté en constante roce’. Yo aprendí mucho con él. El calidoso carece muchas veces de esa agresividad y en el fútbol de hoy en día se necesita de eso. Es lo que le ha faltado a ‘Quinterito’ en River, porque el juego en Argentina es demasiado físico. Si lo consigue, va a ser uno de los mejores allá.

 

P.

¿Cree que, jugando en la actualidad, usted, con su talento, tuviera cabida en el Junior de Alexis Mendoza?

R.

 Yo creo que sí, y muchos de los que me conocen me dicen que con mi talento hoy estuviera tapado en plata (risas). No solo yo, muchos de los que jugaban conmigo en aquella época, seguro estuviéramos en Europa o en otro equipo de Sudamérica. Ahora es más fácil salir, en la época de nosotros no había muchas facilidades.

 

P.

¿Qué le falto hacer en el fútbol?

R.

Muchas cosas, jugar en Europa, ser convocado a una Selección mayor. Alcancé a estar en una juvenil, pero la mayor es la que todos anhelan. Jugar un Mundial, una Copa América…

P.

¿Qué le dejó el fútbol?

R.

Recuerdos, muchas amistades, cosas materiales en cuanto a lo que gané en la parte económica. Se administró algo, no lo que hubiera querido, pero sí puedo decir que me dejó muchas cosas materiales.

 

P.

¿Le gusta el Junior de Alexis Mendoza?

R.

He tenido la oportunidad ahorita de estar mucho más cerca de ellos y puedo decir que Alexis tiene un gran equipo, pero pienso que metiéndole un poco más de actitud sería un excelente equipo. A veces aflojan un poco.

 

P.

¿Cómo lo ve en la Copa Libertadores?

R.

La verdad está difícil, y más después de la derrota ante Palmeiras en casa, pero los partidos hay que jugarlos, porque todos no son iguales. Hay que tenerle respeto a los rivales, pero nunca creerse inferiores a ellos. Junior debe creerse lo que tiene, porque cuenta con un muy buen equipo.

 

P.

¿Cuál considera que es el mejor jugador de la historia de Junior?

R.

Tengo tres y con los tres alcancé a compartir en la cancha gracias a Dios. Javier Ferreira, que marcó mucha diferencia; Iván René Valenciano, un tremendo goleador, y Víctor Danilo Pacheco, un jugador diferente.

 

P.

¿Qué técnico lo marcó y a cuál no le aprendió nada?

R.

Todos los técnicos te dejan algo, unos más que otros. A mí me marcó ‘el Zurdo’ López, que fue la persona que me lanzó al profesionalismo, me dio la oportunidad de cumplir mi sueño de jugar en Junior. Es un DT al que siempre le he admirado el manejo de grupo y que tiene muy buen ojo para el jugador. De pronto llega al entrenamiento y dice: ‘este me sirve para este partido’. Y preciso, salía. Él tenía esa virtud. Después, Julio Comesaña. Por ejemplo, con Julio no tuve tanta continuidad, pero le aprendí y sé que miraba mi fútbol con buenos ojos. Lo que pasaba con él es que me recalcaba que tuviera mucha más agresividad. Trabajé con otros buenos técnicos como ‘Tucho’ Ortíz y Reinaldo Rueda.

 

P.

¿Queda la deuda de no haber ganado ningún título con Junior?

R.

Claro, queda esa deuda. Me dolió bastante porque pude lograrlo en 1989, cuando estábamos tan cerca, pero matan al árbitro en Medellín, suspenden el torneo y se derrumbó todo (risas). Luego me fui del equipo en 1992 y en el 93 vino ese combo bravo que obtiene la tercera estrella.

 

P.

¿Cuál fue el momento más amargo que vivió en Junior?

R.

Mi lesión en el hombro… sin duda. Para un futbolista estar alejado de las canchas es muy jodido. Y, repito, soy de los que pienso que esa lesión cortó un poco mi ascenso en el equipo. Pude haber dado mucho más en plenitud de condiciones.

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