Compartir:

Su larga cabellera es difícil que pase desapercibida. 'Esa niña juega y mete duro', se oye en la tribuna. Melanie Chirinos se ha ganado a pulso un lugar en el equipo titular del equipo Distrito Capital de Venezuela. Es aguerrida, pocas veces sale afectada en los choques y le gusta la gambeta.

Al principio, común denominador, sus padres se opusieron a la idea de que su pequeña midiera fuerzas en un deporte de naturaleza varonil. Empero ella no le cortó las alas a sus sueño y demostró que correr detrás de una pelota, era su estilo de vida. Enfrentar a niños, no es un problema para ella.

'Trato de medirme a ellos. Me siento en igualdad de condiciones Mi madre al principio no le gustaba, pero terminó apoyándome', destaca la jugadora que ha probado en todas las posiciones del campo, menos en el arco. 'Ahora mismo soy extremo', concluye Melanie, nacida el 20 de marzo de 2008 en Caracas, fiel admiradora de Deyna Castellanos y Cristiano Ronaldo.

Travesía de 27 horas

Un mes antes del inicio del Torneo Asefal, la delegación venezolana pidió recursos a través de la cadena Meridiano Televisión. En ese entonces Wuilker Faríñez, manifestó su deseo de ayudar, pero esa mano amiga del arquero de Millonarios, jamás llegó.

Manuel Castro, entrenadores del equipo, se metió la mano al dril junto a los padres que pudieron hacerlo y viajó desde Caracas con nueve niños hacia Barranquilla. En suelo currambero reforzaron con tres niños colombianos.

Fueron 27 horas de angustia. Atravesar la frontera, hacerle gambetas a la delincuencia en el camino, todo por un gran propósito, demostrar que en Venezuela hay talento.

'Hicimos de todo. Faríñez no nos apoyó. Triste porque los niños lo aprecian mucho. No sé cuales fueron su razones porque en televisión dijo que apoyaría. Él estará con su consciencia. Estamos cumpliendo una misión grande. Queremos llevarle una alegría a Venezuela y dar el ejemplo que vamos a salir adelante. Este equipo hará historia', concluye Castro, con voz entrecortada.