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Cincuenta y un pulgadas de agua cayeron con el huracán, casi la misma cantidad de años sin títulos de Serie Mundial para los Astros de Houston.

Curiosamente, 5-1 fue el marcador final con el que la novena de Texas venció a Los Ángeles Dodgers en el juego de la coronación. Una cifra de tragedia que pasó a la posteridad por gracia de un juego de pelota y aceptada con cierto folclor por los houstonianos pese a que las cifras oficiales fueron de 60.

'Harvey probó la fe. Los Astros la restauraron'. La frase pertenece a Lisa Falkenberg, columnista del periódico Houston Chronicle, que permite hacerse a una idea, a la distancia, del impacto que un título deportivo tuvo sobre una ciudad azotada por el desastre natural más fuerte que ha golpeado el territorio continental de los Estados Unidos en muchas décadas.

Un equipo que mientras el nivel de las aguas bajaban en la también conocida como ‘Space City’ se identificó con las tragedias de sus fanáticos y de quienes no lo son, pues estampó en la camisetas de sus jugadores las palabras ‘Houston Strong’ (Houston fuerte), que continuaron luciendo hasta el séptimo juego de la Serie Mundial.

De hecho, la tragedia invernal del mes de agosto fue algo con lo que varios jugadores debieron lidiar mientras debatían si dejar la concentración del equipo y salir en rescate de sus familias o seguir jugando con la misma concentración de siempre.

La crisis generada entre los miembros de los Astros a causa de la inmensa inundación quedó registrada en la edición de octubre 2 de la revista de ESPN cuando tres jugadores de la plantilla amenazaron con dejar la concentración del equipo, alquilar un helicóptero y salir en rescate de varios de sus familiares.

'José Altuve recibió la visita de Nina, su esposa, mientras sus dos pequeñas hijas se quedaron en Houston. Ante la inminencia del golpe del fenómeno atmosférico, Altuve caminó hacia la oficina del mánager A.J. Hinch en el estadio de Anaheim el pasado 26 de agosto a eso de las 4:00 de la tarde. El venezolano se le acercó y le dijo ‘¡¿por cuánto tiempo voy a jugar en estas condiciones?!'.

Testigo de la conversación, el pitcher Charlie Morton añade una inquietud más con la que el piloto de los Astros tuvo que lidiar.

'Te sientes culpable cuando no estás allá para hacer algo'. Fue allí en ese momento, sigue relatando la revista deportiva, que 'Altuve, Morton, el otro lanzador Luke Gregerson y otros peloteros comenzaron a planear una misión que saliera en ayuda de sus familias.

Rentar un helicóptero fue la primera opción. Salir a comprar balsas inflables en la ciudad de Dallas para posteriormente conducir hasta donde fuera posible que las aguas dejaran entrar para sacar a sus familias de las zonas donde estuviesen, fue la segunda.

Sin embargo, las llamadas de varias de las esposas de los peloteros pusieron los planes en pausa pese a la sensación de culpabilidad de varios de los miembros del equipo, registra el magazín del mes pasado en la página 69.

De hecho, los Astros de Houston debieron mudarse a Tampa (Florida) para la serie de tres juegos ante sus vecinos los Vigilantes de Texas, jugando como equipo de casa mientras su ciudad estaba en el ojo del huracán Harvey.

En ese mes de agosto, los nuevos campeones de Las Mayores tuvieron su único registro de victorias y derrotas negativo, con seis juegos por debajo de .500 (11-17), como si la presión externa hubiese hecho mella en el ánimo del equipo, a diferencia del resto de meses cuando la menor diferencia fue de 5 victorias por encima de .500 (16-11), en junio.

Finalizado el mes de la agonía, tuvieron un septiembre con marca de 20-8 para posteriormente meterse de lleno recargados de optimismo a un octubre donde se midieron a tres franquicias del más alto rango

Histórico en el béisbol: Los Medias Rojas de Boston, Yanquis de Nueva York y Dodgers de Los Ángeles para concluir el mes con marca de 11-7 y alzar el trofeo.

La burla, el otro ‘huracán’ que enfrentaron

Fueron tantos los años de profundas y largas derrotas a principios de este decenio que al nuevo campeón lo llegaron a llamar ‘Lastros’, una combinación del nombre del equipo, Astros, con la palabra en inglés laughable (cómico).

Y no era para menos. En 2011, perdieron 106 de 162 juegos; en 2012, 107 y en 2013, 111 para convertirse en el hazmerreír de la liga.

En 2012, el primer año del gerente general mexicano Jeff Luhnow, el valor de la nómina fue rebajado a solo 14 millones de dólares cuando varios jugadores de sus rivales ganaban ese monto.

José Altuve, uno de los sobrevivientes de esas temporadas aciagas, recordó que el gerente solo le respondía en aquellas noches solitarias del estadio Minute Maid Park que 'vamos a ser un buen equipo, seguro, vamos a serlo'.

'Comencé a convencerme cuando vi llegar a (George) Springer por la vía del ‘draft’ o selección, a (Carlos) Correa y a (Alex) Bregman. Entonces dije, sí vamos a ser un buen equipo. Así que continuemos trabajando. Fui uno de los pocos que estuvo en esos tres años de derrotas, pero era creer en el proceso o perder toda esperanza', recordó el venezolano.

Precisamente, Alex Bregman fue el último que llegó al equipo por la vía de la selección en 2015 después de haber sido escogido por los Medias Rojas en 2012, un año después de haber quedado campeón panamericano para menores de 18 años en el estadio Once de Noviembre de Cartagena con el equipo de los Estados Unidos.

Mientras que Springer y Correa llegaron elegidos por Astros en 2011 y 2012, respectivamente.

Para el año 2014 fue tanto el potencial en talento que acumularon los Astros que la revista Sports Illustrated se atrevió a pronosticarlos como los campeones de la Serie Mundial de 2017.

No se equivocó. Una novena que impuso varios registros históricos. Springer disparó cinco jonrones en el Clásico de Otoño, igualando a Reggie Jackson (1977 con Yanquis) y Chase Utley (2009 con Filadelfia). Se combinó con los Dodgers para dar 25 vuelacercas superando la serie de 2002 (21), por solo mencionar algunos.

Una historia llena de tantas dificultades dentro y fuera del campo llegó a tener un cierre muy al estilo hollywoodense, el mismo lugar donde acabaron con una racha de 55 años sin un anillo del derby de octubre.