“En el cine, cada vez nos ven más afuera y menos adentro”: Franco Loli
Con un retrato íntimo de lo femenino se estrenará mañana en las salas de cine del país ‘Litigante’, la cinta que abrió la Semana de la Crítica en Cannes.
Una mirada al interior de la familia explora el universo de lo femenino en sus caminos sinuosos y accidentados.
Silvia (Carolina Sanín), una madre soltera al cuidado de su hijo de cinco años, trabaja como abogada para una firma involucrada en un caso de corrupción. Su madre está enferma de cáncer y no quiere someterse a ningún tratamiento médico. De frente a las contrariedades del destino conoce el amor después de mucho tiempo.
La obra puede resumirse en una palabra: lucha. La lucha de una madre por su hijo, de una profesional por su empleo, de una mujer por su vida. Todas estas batallas ponen de manifiesto, con impecable sutileza, un elemento común en muchos hogares del mundo: la carga mental de la responsabilidad femenina en la toma de decisiones familiares.
Este retrato que, con pinceladas de humor y melancolías, dibuja a la mujer actual es la segunda película del director colombiano Franco Lolli, que después de su ópera prima, Gente de bien, regresa con Litigante, una cinta que se estrenará mañana en las salas de cine del país y este año fue seleccionada para abrir la Semana de la Crítica en Cannes.
Escrita desde la humanidad, la película expresa sin muchos credos el derecho de los seres humanos a morir dignamente. La madre del director, quien en la vida real actúa en el papel de Leticia, fue diagnosticada con cáncer mientras él escribía el guión.
Una inspiración que se convirtió en su refugio, y más tarde, su catarsis.
A continuación, apartes de su entrevista con EL HERALDO.
Después de ‘Gente de bien’, una película que se basa en la relación padre e hijo, ¿de dónde nace su interés por analizar lo femenino?
Fui criado por mujeres: por mi madre, por mis tías, por mi abuela. Me inspiro en la historia de mi propia madre que tuvo cáncer. Ella me crió sin un padre, yo era hijo único. Ella, Leticia en la película, es abogada como toda mi familia.Quería hacerle un homenaje a mi madre con una película. De ahí viene ese respeto por la mujer, a través de mi madre quería hablar de mi abuela, mis tías, las mujeres con las que he estado. A mí las mujeres me han hecho mucho bien, y bueno, prefiero poner la cámara sobre una mujer que sobre un hombre.
¿Cómo fue dirigir a su mamá?
Se puede, pero se puede menos que a la otra gente. Mi mamá es la persona que yo conozco hace más tiempo (risas) y la que me conoció más frágil y siempre está en juego esa fragilidad mía frente a ella. Ella sabe que para actuar bien necesita estar dirigida, pero me peleaba más que los demás.
¿Fue una catarsis?
Lloré mucho viendo la película y a veces lloro contándola. Ahí hay una catarsis porque uno llora y empieza a sentirse mejor. Cuando mi mamá estaba enferma yo no podía llorar, tenía que ser fuerte. Silvia trata de ser una buena profesional, una buena madre, una buena hija y uno no puede ser fuerte todo el tiempo. Pienso que es una película sanadora. Hay gente a la que se le han muerto sus padres de cáncer y que tiene problemas familiares, y me han dicho: “La película me ayuda”. Eso es muy gratificante.
En la película plantea, sin decirlo, una posición de respeto al derecho a morir con dignidad...
Mi madre decidió no tratarse el cáncer, cambió de opinión, pero pienso que uno tiene el derecho a decidir. Muchos le temen a la muerte, pero hay quienes deciden mirarla a los ojos. Leticia le temía más a ser testigo de cómo mermaba su salud. Por la enfermedad de mi madre filmé lo que a más miedo le tengo, esperando que, al hacerlo, no sucediera en la vida real.
¿Cómo fue trabajar con un niño, el hijo de Silvia, Antonio? Su hijo se llama Antonio también...
Antonio, mi primer hijo, nació ocho días después del final del rodaje. Fue uno de mis regalos después de esta película. Pero en la película, la lucha entre Antonio y yo (el hijo de Silvia) terminó por dar las escenas. Tuve la suerte de tener una coach para el niño que estaba solo encargada de él.
¿En cuanto a lo técnico, la película tiene un juego de sombras y luces muy interesante, al igual que la fotografía. ¿Qué intentaba lograr?
Uno filma como ve el mundo. Trabajé con un director de fotografía francovenezolano que tiene una propuesta con el color muy interesante. Colorido, pero no colorinche, y hay algo en la calidad de la textura de piel que da la impresión de que la gente está ahí. Hay que dar luz cuando hay luz, y oscuridad cuando hay oscuridad. La película protagonizada por Carolina Sanín y Leticia Gómez rinde homenaje a la mujer y la maternidad.
¿Y el casting?
Tuvimos nueve meses de casting con un equipo de 10 personas buscando los actores. Para mí lo importante fue crear una familia. El rodaje se realizó en Bogotá y duró dos meses.
Después de Ciro Guerra, con ‘El Abrazo de la Serpiente’, y Alejandro Landes, con ‘Monos’, llega usted con ‘Litigante’, ¿cree que se está construyendo un ecosistema importante del cine colombiano ante el mundo?
Con esas películas que citas podemos decir que el cine colombiano está abriendo un camino. Cada película que queda en Cannes nos reafirma en ese camino. Luego, en Colombia el camino se está cerrando, la gente va menos a ver cine colombiano y eso es preocupante porque cada vez nos ven más afuera y menos adentro. No sé por qué se da ese fenómeno, si las películas colombianas cada vez son mejores. La gente no se entera de qué películas colombianas hay. Y no es fácil porque hay tanta publicidad para el Guasón y para Frozen que uno pasa medio desapercibido.
¿Qué tal fue el trabajo con Carolina Sanín?
Fue maravilloso. Carolina le cae muy mal a mucha gente, pero muy bien a muchos otros. En la película yo no quería que fuera Carolina Sanín, quería que fuera Silvia. Hizo un gran papel, aunque es la primera vez que actúa. Fue muy natural, ella logra acercar al espectador a su vida.
¿Dónde más se ha proyectado ‘Litigante’?
Se ha proyectado en 45 festivales alrededor del mundo. Se va a distribuir en más de 10 países. Francia, Australia, Suiza, México, Taiwán, Singapur, entre otros. Se está vendiendo a otros países y llegando a más festivales. Pero para mí es más importante que la vean en Colombia.
¿De cuánto fue el presupuesto?
Fue mucho. Un millón de euros. Creo que es de las películas colombianas más caras que se han rodado. La mitad del dinero lo conseguimos en Colombia a través del Fondo para el Desarrollo Cinematográfico y el apoyo de Caracol y Dago García, el dinero restante en Francia. Tengo dos empresas de producción que consiguieron dinero de agentes de ventas internacionales y el fondo francés. Fueron dos años financiando mientras escribíamos.
¿Qué expectativa tiene de la taquilla en el país?
Yo no doy un número porque creo que la gente no son números. Quiero que vayan a verla. El director del Festival de Cine Colombiano en Nueva York dijo: “Esta es la película que puede reconciliar al público colombiano con su cine”. Para eso se necesita que la gente entre a la sala.
