En 2022, Danny y Michael Philippou hicieron historia con ‘Talk to Me’, un debut que redefinió las reglas del cine de terror contemporáneo y que convirtió a dos jóvenes australianos, salidos del universo frenético de YouTube, en referentes mundiales del género. Ahora vuelven con ‘Haz que regrese’ (Bring Her Back), una historia que parte de una premisa mucho más íntima pero que se despliega en un abismo de oscuridad, dolor y sangre.
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La película sigue a dos hermanos, Piper (interpretada por Sora Wong) y Andy (Billy Barratt), que tras una tragedia familiar terminan bajo el cuidado de Laura (Sally Hawkins), una mujer que vive aislada en una casa junto a Oliver (Jonah Wren Phillips), un niño cuya transformación física y conductual es tan inquietante como inexplicable. Lo que empieza como una convivencia incómoda pronto se convierte en la revelación de un ritual macabro que esconde un secreto imposible de ignorar.
Danny lo explica así: “Talk to Me se sentía como una película de terror de fiesta, pero esta vez quisimos algo más contenido, más centrado en los personajes. Nos gustaba el reto de trabajar con tres figuras principales y explorar la relación entre ellos”.
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Un monstruo llamado duelo
La idea germinó a partir de una experiencia cercana. Danny recuerda: “Nuestra amiga tiene una hermana que no ve. Ella quería ir sola a tomar el bus, pero sus papás no la dejaban. Ella trataba de explicarles que tenía que aprender a vivir sin que todo el tiempo la protegieran. Esa búsqueda de independencia fue lo que nos inspiró”.
Esa anécdota se convirtió en el corazón del personaje de Piper, una adolescente con baja visión que empieza a abrirse camino hacia su autonomía, aunque su hermano Andy insista en protegerla de un mundo que considera demasiado cruel. La dinámica entre los dos se fractura cuando la historia los lanza a un escenario donde la amenaza no es solo externa, sino también interior: el duelo que los consume.
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“Oliver como personaje es una manifestación del dolor y de la forma en que puede devorarte vivo”, asegura Danny. “Ese es el verdadero monstruo de esta historia: el dolor interminable de una pérdida no resuelta”.

Sally Hawkins: la incómoda ternura de Laura
Para interpretar a Laura, la mujer que los recibe en su casa y cuya fragilidad arrastra al relato hacia terrenos cada vez más oscuros, los directores pensaron en Sally Hawkins, nominada al Óscar y recordada por The Shape of Water.
Michael lo explica: “Laura estaba escrita como una mujer aparentemente fuerte, pero Sally le dio otra dimensión, la llenó de dudas, de un conflicto interno que la hace más humana”. Hawkins, por su parte, quedó sorprendida por la energía de los realizadores: “Danny y Michael van a arrasar con el mundo. Son inteligentes, divertidos, con una sensibilidad enorme. Este es un relato delicado y sentí todo el tiempo que tenía el espacio para trabajar y el respaldo para arriesgarme”.
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El hallazgo de Sora Wong
Uno de los aspectos más comentados del rodaje fue la elección de Sora Wong, de apenas 12 años y con discapacidad visual, para el papel de Piper. Sin experiencia previa en cine, conquistó a los directores en una audición que parecía improvisación pura.
Michael recuerda: “Le propusimos un ejercicio y fue increíble. No parecía que estuviera actuando; simplemente se metió en el personaje. Nos dejó boquiabiertos”.
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La propia Wong reconoce que estaba nerviosa, pero pronto conectó con el personaje: “Me encantó Piper, entendía cómo pensaba, cómo actuaba. No hay muchos personajes con discapacidad visual que sean protagonistas, así que era un papel muy importante y quería hacerlo bien”.
Para ayudarla a enfrentar escenas emocionalmente intensas, los directores organizaron el rodaje de manera que esas secuencias se filmaran al final, cuando ella ya se sentía más segura. El resultado fue sorprendente: “Al comienzo estaba tímida, pero al final del rodaje era otra persona, llena de confianza”, comenta Michael.

Billy Barratt, el hermano protector
Barratt, que ya había hecho historia al ganar un Emmy Internacional a los 13 años, encontró en este proyecto un nuevo desafío. “La relación entre Piper y Andy me atrapó de inmediato”, dice. “Hubo escenas en las que la emoción no salía fácil, pero creo que desarrollamos una confianza particular el uno en el otro”.
El joven actor confiesa que se inspiró en personas cercanas para construir a Andy: “Conozco gente que guarda sus emociones, que parece fuerte pero en realidad carga con mucho. Eso me ayudó a dar con el tono del personaje”.
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Hawkins destaca su sensibilidad: “Billy es un joven muy perceptivo, algo que debe cuidarse porque es un regalo. Trabajar con él y con Sora me hizo crecer como actriz”.
Entre lo físico y lo simbólico
Más allá de las interpretaciones, Haz que regrese se sostiene también en un despliegue de efectos prácticos que refuerzan la fisicidad del horror. El maquillaje y las prótesis diseñadas por Larry Van Duynhoven muestran la progresiva transformación de Oliver, que llega a devorar lo que encuentra en la cocina o incluso intentar morder un cuchillo.
“Nos encanta buscar formas de hacer todo de manera práctica”, dice Danny. “Como la escena del cuchillo: encontrar cómo lograrla físicamente fue un reto divertido”.
Pero lo visceral nunca está desligado de lo emocional. El ritual que atraviesa la trama aparece en fragmentos de viejas cintas de video, y es, en palabras de Danny, “una versión corrupta de los recuerdos familiares de Laura, otra forma torcida de procesar su duelo”.
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Un segundo golpe tras Talk to Me
El reto de este segundo largometraje era enorme: superar el éxito de Talk to Me, la película de terror más taquillera en la historia de A24. En lugar de escalar en espectacularidad, los Philippou eligieron ir hacia dentro, al terreno íntimo de los vínculos familiares heridos.
El resultado es una película que apuesta por el miedo como reflejo de algo más profundo: la vulnerabilidad, la dependencia y la herida que deja la pérdida. Hawkins lo resume mejor que nadie: “Es una pieza delicada dentro de un marco aterrador. Y ese contraste es lo que la hace poderosa”.
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