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El dibujo como técnica para contar el mundo, para proyectarlo, para experimentar con él. El dibujo creado por la mano que piensa, construye y miente. La complejidad de su forma, sus procedimientos y aspectos conceptuales atraviesan, desde el pasado fin de semana, una exposición que desde el título invita a la reflexión: El dibujo es mentira.

La nueva muestra que exhibe la Alianza Francesa de Barranquilla recorre las propuestas de 19 artistas, sus visiones y técnicas con las que construyen cada uno su discurso al rededor del dibujo.

En una primera parte, los espectadores se encuentran con obras que buscan un realismo casi que fotográfico. 'Se trata de una mimesis en la que el artista trabaja para lograr ese parecido con la realidad', señala el curador Gabriel Acuña.

Aparecen, entonces, los dibujos de artistas destacados como Javier Caraballo, que recrea el movimiento de varios niños jugando con el agua que dispara un hidrante en la calle; o de Fernando Castillejo, que captura a través del lápiz la fantasía de dos hombres semidesnudos que se abrazan y besan apasionados y temerosos. Más adelante, los rostros de tres habitantes de la calle asesinados bajo la idea de ‘limpieza social’, retratados con carboncillo por Iván Berrio en la serie Noche y niebla.

'Los artistas del Caribe tendemos a ser muy representativos, existe esa tendencia de querer representar la realidad y quizá sea algo que viene de la tradición artística del siglo XX. Darío Morales, el cartagenero, es un ejemplo de eso. Él pintaba a las mujeres de la región desnudas y lo hacía además con elementos muy nuestros', destaca Castillejo.

El dibujo es el comienzo

En El dibujo es mentira, las obras también dan cuenta de cómo un boceto o una pintura no terminada puede constituir la obra misma. Aquí ya no se intenta narrar el mundo desde 'la realidad', sino proyectar lo que será.

El acuarelista y arquitecto Roberto Ángulo comparte sus dibujos en tinta y marcadores de los proyectos del Centro Empresarial de las Américas y del Centro Cívico, creados en 1997 y 2011, mientras que Linda Montoya enseña los bocetos que más tarde se convertirán en serigrafía e insertos gráficos en el espacio público.

'Vemos cómo cada artista retoma un proceso base y lo reasume como un proceso individual. Utilizan técnicas que no han sido inventadas por ellos, parten de esas técnicas tradicionales, pero con una búsqueda personal. Todo bajo la matriz del dibujo', destaca Acuña.

Esa idea se refuerza con un tercer grupo de obras que experimentan, ya sea con transmigraciones técnicas o conceptuales, la práctica del dibujo, acomplejándola a su estilo.

Omar Alonso propone Recíproco, una animación digital en 2D que recrea un icónico performance de artista yugoslava Marina Abramović, mientras Luis Romero se planta sobre un muro y escribe, sin dejar espacios, los nombres de líderes sociales asesinados en Colombia. La obra se complementa con el dibujo de dos manos rojas abiertas y la posibilidad de que el espectador borre los nombres de la pared blanca de la Alianza Francesa.

¿Es una mentira?

Aunque con propuestas diferentes, la mentira es la misma. Para Acuña, 'esta muestra parte de la consideración del dibujo como abstracción de la realidad, tan simple como que las cosas de la realidad no tienen líneas demarcándolas'.

'La acción de dibujar es real, pero lo que se consigue es una ilusión a través de esa sucesión de líneas puestas de determinadas maneras', es la consigna de Omar Alonso.