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El ultraderechista José Antonio Kast ganó este domingo con contundencia la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Chile y se convirtió en el primer defensor de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1989) en alcanzar el poder tras el retorno de la democracia al país andino. Estas características le han sido suficientes al presidente colombiano para, lejos de felicitarlo por su victoria, criticarlo.

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Tras conocerse los resultados oficiales, Gustavo Petro publicó un mensaje con un tono bastante retórico al referirse al avance de la derecha en la región. “Por el sur y por el norte vienen los vientos de la muerte”, escribió el mandatario en su cuenta oficial, en alusión al triunfo de Kast, quien ganó en las 16 regiones de Chile, incluidas zonas tradicionalmente afines a la izquierda como Valparaíso y la Región Metropolitana.

“El péndulo no vuelve a su lugar porque siempre el pueblo chileno fue progresista; desde lo más profundo del sur oceánico, las flechas de Arauco frenaron a los españoles. Ya me censuraron el trino que escribí, pero dije allí y lo repito, volvieron a matar al presidente”, agregó en otro mensaje.

Esto le ha valido los cuestionamientos de sus rivales políticos que han calificado de “patético” sus palabras cuando ha sido el único jefe de Estado hasta el momento que ha criticado la victoria del chileno. Figuras progresistas como la presidenta de Honduras, Xiomara Castro; el brasilero, Lula Da Silva; y el fracés, Emmanuel Macron, han reconocido la victoria de Kast y tendido puentes de diálogo.

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“Esto ya es patético, una combinación de irresponsabilidad, delirio y estupidez”, manifestó Alejandro Gaviria quien fuera el primer ministro de Educación del Gobierno Petro.

A su turno, la exvicepresidenta Marta Lucía Ramírez, precisó que las declaraciones de Petro

contra Kast son “profundamente irresponsables y deben ser tomadas estrictamente como personales. ¿Petro está en pleno uso de sus facultades o bajo qué condiciones emite tales palabras?”.

Y continuó: “No representan ni comprometen a los colombianos, ni afectan nuestros lazos fraternos con Chile, mucho más fuertes que su terrible gestión diplomática. ¡Celebremos la democracia chilena!”.

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Por su parte, Camilo Rubiano, excónsul de Colombia en Miami, manifestó que “¡estamos advertidos! El Pdte. deja clara su postura anti democrática, irrespetando la decisión mayoritaria del pueblo chileno e insultando al candidato ganador. No hay matices en la democracia, defendámosla y evitemos que la destruyan. ¡O nos unimos o nos hundimos!”.

Un triunfo claro de Kast

El ultraliberal, hijo de una familia de migrantes alemanes con pasado nazi, concitó el 58,1 % de los votos frente al 41,8 % de la candidata de la coalición de centro-izquierda, Jannette Jara, en un proceso con sufragio obligatorio por primera vez en unas presidenciales, en el que el voto blanco y nulo se multiplicó respecto a la primera vuelta.

En su primer discurso como presidente electo, Kast, seguidor de la secta ultracatólica Schoenstatt, agradeció su victoria a Dios, al que le pidió sabiduría y templanza para un gobierno que arrancará el próximo 11 de marzo.

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Nada sería posible si es que no tuviéramos a Dios. Y eso es algo que no podemos dejar de reconocer. Nada ocurre en la vida para los que somos de fe, que no sea en relación directa con Dios. Y ahí decir que para mí es un honor, una tremenda responsabilidad el mandato amplio que hemos recibido hoy día”, afirmó.

Kast apeló a la unidad del país, prometió gobernar “para todos los chilenos”, agradeció el apoyo del ultraderechista libertario Johannes Kaiser, a la derecha tradicional y a su líder, Evelyn Mzathei, hija de un general de la junta de Pinochet, y valoró el “coraje” de su rival, para la que pidió respeto a pesar de las diferencias.

Igualmente repitió sus políticas represivas para contener la migración irregular y la violencia, pero atemperó el tono y, sobre todo, rebajó las expectativas que alimentó durante la campaña al pedir paciencia porque los cambios “no se pueden hacer en poco tiempo”.