La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Colombia condenó este jueves el ataque ocurrido el pasado 3 de septiembre, atribuido a un grupo armado, en el que dos soldados fueron prendidos con fuego en el departamento del Putumayo, y llamó al Estado a investigar y condenar a los responsables.
“Rechazamos los graves ataques a dos soldados, así como los múltiples ataques graves contra la población civil perpetrados por grupos armados no estatales en esta región”, indicó el organismo en X.
La oficina de la ONU instó a las autoridades a proteger a la población civil, especialmente a indígenas y afrodescendientes, frente a crímenes como amenazas, homicidios, reclutamiento de menores, control social o restricción de libertades.
La asonada ocurrió en una zona rural del municipio de Villagarzón durante una operación militar para destruir un laboratorio de procesamiento de cocaína, según informó en un comunicado la Vigésima Séptima Brigada del Ejército.
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El oficial y el soldado atacados sufrieron graves quemaduras por lo que fueron trasladados a un centro médico de Florencia, en el vecino departamento del Caquetá y luego a Bogotá.
Fuentes castrenses indicaron que el laboratorio supuestamente era de propiedad de los Comandos de Frontera, un grupo que hace parte de la Coordinadora Nacional Ejército Bolivariano (CNEB), una disidencia de las extintas FARC que está en un proceso de paz con el Gobierno colombiano.
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Tras este ataque, el Ejecutivo amenazó con retirarse de las negociaciones con la CNEB si ese grupo no rechaza el ataque a los militares.
El ministro de Defensa, Pedro Sánchez Suárez, condenó el ataque y lo atribuyó a “criminales y narcos que intentaron asesinar a nuestros militares”.