La plenaria del Senado negó ayer, en último debate, por 57 votos a 32, la ponencia alternativa de la senadora Aída Avella, del Pacto Histórico, que era la que respaldaba el Gobierno porque rescataba lo aprobado en la Cámara.
Avella la justificó en que “en 1990 Gaviria lideró la apertura económica que fue el final del crecimiento económico sustentado en la industria y la agricultura, vino la desindustrialización y la desigualdad e informalidad.
El desempleo pasó del 7,8% en 1993 al 20,5% en el 2000. La participación de la industria cae en el PIB del 18% en 1990 a 13,4% en 1999. Y con las privatizaciones en el año 2000, hubo 62 mil desempleados que venían de empresas del sector publico”.
El presidente del Congreso, senador Efraín Cepeda, del Partido Conservador, anunció el pasado martes al respecto: “Hay un compromiso de las bancadas de trabajar este miércoles todo el día, hasta la noche si es necesario, pero dejar aprobada la reforma laboral para que vaya a la conciliación con la Cámara de Representantes”.
La iniciativa de origen gubernamental ha cumplido tres de sus cuatro debates y si no se aprueba antes del próximo 20 de junio -cierre de las sesiones ordinarias- se archivará.
En este sentido, Cepeda Sarabia agregó que ha encontrado “total voluntad de las bancadas para sacar adelante una reforma laboral que les dé garantías a los trabajadores formales, pero que también tenga en cuenta a los informales y que ellos regresen a la formalidad”, y que también cree condiciones para los desempleados.