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Ante el anuncio reiterado del ministro de Salud, Fernando Ruiz, acerca de que la cuarentena por el coronavirus en el país pudiese llegar a extenderse durante todo este año, varios epidemiólogos, infectólogos e internistas consultados por EL HERALDO coinciden en que es muy temprano para divisar un panorama claro en lo que sucederá en Colombia o el mundo con este virus -además nuevo-, que todo dependerá del comportamiento de la curva de transmisión y que el aislamiento eventualmente podría aplicarse tipo acordeón, por sectores o extenderse.

Sobre cómo sería esta extensión de la cuarentena, el epidemiólogo e infectólogo Jorge Acosta explica que 'las estrategias pueden ser muy dinámicas, porque van a depender de las curvas de contagiados y muertos. Cuando el presidente dice que puede ser la primera de varias es porque es casi seguro que cuando terminemos esta primera cuarentena el numero de casos sea menor pero aún falten contagiados, puede que llegue una segunda o una tercera cuarentena. (...) Es probable que lo que venga son restricciones por grupos poblacionales, de trabajo o que se abran universidades y colegios, o trabajos y empresas, mientras hay una vacuna'.

A su vez, el internista Germán Pérez advierte que 'es prematuro pensar en eso', refiriéndose a la extensión de la cuarentena, ya que 'todo depende del comportamiento de la infección y de las curvas de transmisión. Entonces, según la gente acate la medida, indudablemente la curva de transmisión puede variar. La idea es aplanarla lo mayor posible para que la transmisión se detenga, pero si la agente no acata y está en la calle y se incrementa la transmisión, lo más probable es que el presidente pudiera extender ese periodo de cuarentena'.

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Entre tanto, el epidemiólogo Jorge Martín pone de presente que el ministro 'habla de un escenario en que el brote no se haya podido controlar, y es entendible porque este es un virus que tiene una expresión clínica muy variada' y advierte además que 'el INS habla de 41 casos que están en estudio, y no se ha detectado si hay una relación con un viajero y con alguien asintomático y ese sería un escenario complicado'.

Señala entonces que podrían imponerse 'algunos modelos como una especie de acordeón: nos juntamos, nos replegamos, pero de nuevo como se presente el evento o los brotes, tenemos que volver a replegarnos'. E indica sobre el aplanamiento de la curva de transmisión que 'solamente hacia finales de Semana Santa vamos a notar si se van a disminuir los casos de contagiados, porque entre un 5 y un 10% de colombianos están saliendo, y es un llamado para que se revise la medida con bancos y notarias, y el famoso pico y cédula para hacer mercado'.

Y acerca de los pronósticos que hablan de una posible vacuna para dentro de 12 o 18 meses, explicó que los estudios no son inmediatos porque 'requieren varias fases, de tal forma que se tienen que mirar elementos de seguridad o toxicidad, se necesitan pruebas con animales y una explicación de por qué eso se da, mirar cuál es la explicación bioquímica'.

Por su parte, el epidemiólogo Manuel Ayala recuerda que el caso similar más reciente se dio durante el brote global de síndrome respiratorio agudo severo (Sars, porsus siglas en inglés), en el año 2003,

'Los pacientes en EEUU fueron aislados hasta que ya no fueran contagiosos. Esta práctica permitió que los pacientes recibieran el cuidado apropiado y ayudo a contener la propagación de la enfermedad. Los pacientes graves recibieron atención en hospitales, mientras que los leves recibieron atención en sus hogares y se les solicitó que evitaran el contacto con otras personas y que permanecieran en su hogar hasta que ya no fueran contagiosos. Además, el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades recomendó a las personas que habían sido expuestas, pero que no presentaban síntomas, que se mantuvieran en cuarentena, que se controlaran diariamente la temperatura por si aparecían síntomas y que buscaran evaluación médica en caso de que los presentaran. Esto resultó efectivo en el control de la propagación de la enfermedad', cuenta.

En Colombia, concluye, 'hemos apostado por una estrategia conjunta: aislamiento para los adultos mayores y limitaciones a la movilidad de las personas, mientras logramos que el Sistema de Salud y su infraestructura traten los casos más críticos'.