En una zona de Valledupar, donde la temperatura supera los 32 grados, se cosecha desde hace seis años variedades de lechugas bajo la técnica de hidroponía, que es el cultivo en agua. El sitio es una finca en el corregimiento de Río Seco, donde principalmente se dan cultivos de yuca, maíz, mango, al igual que predios dedicados a la ganadería.
La idea productiva la tuvo y mantiene el ingeniero en sistemas Eduardo Mendoza, al ver en esta región del país una oportunidad de negocio, ya que no se cultiva este tipo de hortaliza y se depende de otros departamentos como los Santanderes, Cundinamarca, Boyacá y Antioquia, lo cual incluso encarece los precios o por la distancia se corre el riesgo de que los productos pierdan la calidad.

En la actualidad los cultivos se están dando en grandes escalas con una producción de 3.500 lechugas semanales, de tipo crespa verde, cogollo europeo, romana, hoja de roble morada, una asiática de nombre mizuna y rugula, que están siendo comercializadas en restaurantes y cadenas de supermercados de la ciudad, lo que permite generar soberanía alimentaria y no depender de proveedores externos a este territorio.
“Empecé a realizar investigaciones, pilotos y pruebas y vi que era posible desarrollar ese tipo de cultivos en Valledupar. El proceso de cultivación se inicia desde la semilla, se hace la siembra directamente en pequeñas esponjas de poliuretano que se fabrican directamente en la finca.
Luego al germinar con solo agua, porque la semilla trae los nutrientes suficientes para brotar y para crecer los primeros días de su desarrollo, posteriormente se pasa a una agua que tiene solución nutritiva, la cual se prepara con sales inorgánicas con una formulación que le brinda a la planta todos los nutrientes necesarios para que crezcan y tengan desarrollo hasta fase de cosecha”, explicó Eduardo Mendoza, quien además por más de seis años se ha dedicado a la investigación de este tipo de cultivos, orientándose por experiencias de otros continentes.
Una vez las plantas están sembradas la fase de crecimiento dura cinco semanas para recoger la cosecha, y por lo general todas son seleccionadas por la alta calidad y frescura, que los lleva a quedarse cortos para abastecer la demanda que están teniendo.
“Es un producto que se entrega el mismo día que se cosecha por lo tanto es fresco, a diferencia de otros productos de otras regiones del país, por el transporte y la manipulación, lo cual afecta la calidad. Estas lechugas tienen una larga durabilidad dentro del refrigerador y hemos tenido casos que los clientes nos dicen que les dura hasta 15 días, los restaurantes piden la lechuga de la semana y la tienen guardada”, detalló Mendoza.
En este negocio que es familiar, generando empleo en la región de Río Seco, tienen la proyección de crecimiento generando un impacto social, ya que se pueden vincular hombres, mujeres, jóvenes e incluso personas con algún tipo de discapacidad.
Esta idea de negocio lleva por nombre ‘Bucólico’, que evoca una manera idealizada de vivir en el campo. Adicionalmente su fundador ha empleado la tecnología para producir de mejor calidad alimentos saludables que no causen enfermedades a las personas y evitar consumir los dañinos para el organismo, ya que las lechugas son 100 % orgánicas sin ningún tipo de químicos.
Para el 2026, tienen como proyección ampliar los cultivos y cubrir toda la demanda en la ciudad que aún no alcanzan por no contar con la infraestructura necesaria.
También visionan exportar las lechugas a las islas del Caribe como Aruba, Curacao, Bonaire, ya que cuentan con tierras para cultivar y para ello puede aprovecharse la cercanía con los puertos marítimos de La Guajira.