Con el pasar de los años hay tradiciones que van transformándose o deteriorándose. Hay algunas que llegan y toman fuerza y otras que definitivamente se van. Sin embargo, hay algunas que han estado y seguirán estando por mucho tiempo más.

Tal es el caso de los peculiares muñecos de ‘año viejo’, los cuales son una representación propia de la cultura latinoamericana, y que con el pasar de los años siguen siendo una costumbre que las personas disfrutan y llevan a cabo al final de las épocas decembrinas.

Estos muñecos se han arraigado en Barranquilla y se han convertido en una tradición. Usualmente representan acontecimientos nacionales, internacionales o políticos con sarcasmo, humor o cinismo.

Este año, un grupo periodístico de EL HERALDO realizó un recorrido por las diferentes calles de la ciudad, con el objetivo de encontrar aquellas cuadras que siguen conservando esta tradición.

En el barrio San Felipe, Brayan Vargas decidió hacer su muñeco de año viejo representando al Covid-19. El joven de 24 años afirmó que lleva “muchos años” haciendo el muñeco para sentarlo en la puerta de su vivienda. Lo hace en compañía de sus familiares, en especial de su abuelo.

“Siempre me ha gustado hacer esto porque es una tradición en donde dejo todos los deseos del año que ya pasó, y el 31 finalizo quemándolo para que se lleve todo lo malo del año. La iniciativa nació desde pequeño con un familiar cercano que lo hacía y yo continué con la tradición. Mi parte favorita es cuando vamos a rellenarlo, es divertido”, explicó Brayan.

De igual forma, en el barrio Santo Domingo de Guzmán, algunas familias también conservan esta peculiar tradición. Eduardo Epinayú, un joven de 21 años, asegura ser “fanático” de crear estos muñecos cada año. Dijo que lo que más le gusta de la tradición es cuando los confecciona, afirmando que es “entretenido” todo el proceso.

“Me gusta hacerlo con mis amigos del barrio, nos unimos y entre todos buscamos lo que necesitamos. Es un momento de esparcimiento en el que dejamos todos los malestares del año que está por terminar”, dijo Eduardo.

En Santo Domingo los vecinos cosen su muñeco.

El arraigo

El sociólogo Jair Vega explicó la trascendencia de este tipo de tradiciones culturales. Dijo que en la sociedad se van generando prácticas que se arraigan a cada una de las culturas y que son ritos que tienen distintos significados, distintas prácticas y en muchas ocasiones las mismas prácticas en diferentes contextos.

El sociólogo afirmó que los rituales se hacen con diferentes significados. En el caso de la quema del año viejo, indicó que se hace como una manera de “exorcizar” el año que acaba y como una forma de dejar atrás las cosas que no se quieren repetir en el nuevo año.

“Son rituales que van surgiendo en cada cultura, que se van estableciendo y tomando forma, y en algunos casos van desapareciendo. Este tipo de eventos son iconos que hacen parte de la cultura.  El ritual, el acto, es lo que hace que la fecha no pase desapercibida y hace que se convierta en algo especial. Uno de los problemas que hay con esta coyuntura de la Covid-19, es que pone en confrontaciones muchos de los rituales que tenemos como sociedad”, aseguró Vega.

Sin duda, este tipo de tradiciones seguirán arraigadas a la cultura barranquillera por tiempo indefinido, pues posee un alto valor y gran relevancia que tiene para las familias.

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