Informalidad: un fenómeno que avanza sin control
En el último trimestre de 2020, el DANE identificó un crecimiento de la informalidad en Barranquilla y Soledad.
Vendedores de dulces y agua en los semáforos, peluquerías y tratamientos de belleza en los andenes, restaurantes en triciclos que recorren las calles, cafeterías ambulantes y toda clase de cacharros apostados a lado y lado de las aceras constituyen el panorama que se observa en un recorrido por la ciudad de Barranquilla, en especial por la zona céntrica.
Estas escenas, que se hacen más frecuentes semana tras semana, evidencian el fenómeno de la informalidad que se presenta en Barranquilla y se convierte en una preocupación para varios sectores, especialmente para el comercio formal que pide a la administración distrital que asuma los correctivos a que haya lugar.
Omar Zuluaga, quien atiende una venta de útiles escolares y papelería en general, dice que la informalidad ha proliferado enormemente en la plaza San Nicolás y sus alrededores. Asegura que si bien el Distrito está haciendo cosas por organizarlos, siempre hay algo más que hacer.
“El Centro ya está saturado, pero yo creo que a ellos se les debe dar un trato digno porque tienen derecho al trabajo”, sostuvo.
A pocos metros del negocio de Zuluaga, una joven mujer de piel tostada por el sol, sudorosa y agobiada por el inclemente calor del mediodía, jala un carrito en el que vende agua y bebidas energéticas. Ella hace parte de esos vendedores informales que recorren las calles del Centro y, de vez en cuando, se estaciona en una de las aceras para ofrecer sus productos. Se llama Maylin, ella y su esposo, quien vende aguacates en una ponchera, salen a buscar el dinero para la comida y el arriendo que deben pagar a diario.
Mientras comentan su situación, un bicitaxi se estaciona a un lado esperando espacio para avanzar. Como él son decenas los hombres que a punta de pedal recorren el Centro y otros sectores de la ciudad en medio del rebusque para el sustento de sus familias.
Hablan los gremios
“El fenómeno de la informalidad es algo que es creciente año tras año, es entendible que las personas necesitan trabajar y que muchos lo hacen de manera honrada, pero hay un límite para una sana convivencia, y eso implica respetar los espacios”, argumenta Sandra López, de la Federación de Almacenes de Compraventa, los cuales operan en el centro de Barranquilla.
Para esta dirigente, es importante y urgente que se ubiquen y organicen a estas personas en sitios que no obstaculicen el espacio público.
Dina Luz Pardo, directora de la Asociación de Vendedores del Centro de Barranquilla (Asocentro), reconoce el esfuerzo que han hecho varias administraciones al incluir en sus programas de gobierno la reubicación y relocalización de estos comerciantes, y como gremio están apoyando los planes que tiene el alcalde Jaime Pumarejo en cuanto a relocalización de vendedores.
Por su parte, Mirelly Camacho, directora ejecutiva de Asaba (Asociación de Abarroteros), considera que hay un descontrol del tema que afecta a los comerciantes organizados, quienes “pagan más de 40 impuestos al año”.
“Todo esto ha impactado en que la gente no quiera venir al centro a comprar. Pero confiamos en que con estos proyectos que tiene la Alcaldía las cosas puedan mejorar”, aseguró la directora de Asaba.
Las estadísticas
Según cifras del DANE, en el trimestre octubre – diciembre de 2020, en las 13 ciudades y áreas metropolitanas, la proporción de hombres ocupados de manera informal fue de 47,7%, lo que representa un aumento de 3,2 puntos porcentuales respecto al mismo trimestre de 2019 (44,5%). Entre tanto, entre octubre y diciembre de 2020 la proporción de informalidad para las mujeres fue de 48,5%. En el mismo periodo del 2019 fue 49,0%.
Las cifras revelan que, para dicho periodo, en Barranquilla el porcentaje de informalidad fue del 59,9%. Ello representa un 4,7 por ciento más que el mismo período de 2019.
Juan Daniel Oviedo, director nacional del DANE, asegura que en Barranquilla hay identificados 287 mil micronegocios que representan el 32% de la población ocupada y que la mayor parte de la informalidad está concentrada en ventas de comidas rápida, transporte informal y salones de belleza.
Indica que en el último trimestre de 2020, Barranquilla, junto con Soledad –puesto que se miden juntas–, fue donde más se vio el incremento de la informalidad, y ello es lo que hace que esté ubicada como una de las de menor índice de desempleo en Colombia.
Para el Distrito de Barranquilla, la problemática del espacio público hace parte de sus políticas públicas, y se enmarca en el proceso de transformación del Centro.
En ese sentido se trabaja en una caracterización del número de comerciantes en condición de informalidad para su relocalización, por actividad económica, en ciertos puntos que serán intervenidos, según explicó la secretaria de Espacio Público y Control Urbano, Lizet Bermejo.
De acuerdo con estudios de la Alcaldía, la ocupación de los espacios públicos del Centro se estima en un 80 por ciento, y en el proyecto de relocalización no todos los que hoy ocupan esos espacios harán parte del programa.
Para la relocalización se tiene previsto incluir la avenida 20 de Julio (carrera 43), Paseo Bolívar (calle 34) y Calle San Blas (calle 35). Algunos vendedores serán relocalizados en proyectos ya definidos.
En el mercado de frutas y verduras fueron reubicados los vendedores de la 43 que realizan este tipo de ventas.
En Robertico, quienes se dedican al comercio de ropa, calzado y variedades y que se encuentran ubicados en el sector de la carrera 43 y el Paseo Bolívar.
Y en el edificio Volpe, que fuera restaurado para reubicación de vendedores estacionarios, estarán aquellos comerciantes de ropa y calzado que hoy están en el Paseo Bolívar.
El progreso, crecimiento y el desarrollo económico continúa su demanda consolidar sectores productivos intensivos en mano de obra calificada que genere alto valor agregado y movilidad social asociada con la igualdad de oportunidades en la cual debe jugar rol importante la informalidad laboral que hoy representa el 60% en el Distrito de Barranquilla con crecimiento del 4,6%.
A nivel mundial más de 2.500 millones de personas se encuentran en el informalidad con impacto en el PIB de cada país, población que demanda y consume bienes y servicios, que se traduce en ingresos para las empresas públicas y privadas. Es evidente que la mayoría de las personas que se incorporan a la economía informal no lo hacen de manera voluntaria, sino por la falta de oportunidades en la economía formal y la falta de medios de sustento.
Estudios demuestran que la informalidad en la economía representa más de 370 billones de pesos equivalente hoy al 37.0% del PIB y el 60% de la deuda pública de Colombia. Es decir, esta actividad informal legalizada permitiría al Distrito de Barranquilla tener hoy un Producto Interno Bruto, PIB, alto y más capacidad de endeudamiento.
*Economista. Profesor – Investigador Senior.
