
El limbo de los escenarios culturales de Barranquilla
El traspaso legal se abre paso como la mejor opción para que el Distrito intervenga el Museo de Arte Moderno y el Parque Cultural del Caribe.
Seis años después de haberse iniciado la construcción del Museo de Arte Moderno de Barranquilla (MAMB), el sector cultural sigue esperando la terminación del proyecto y la puesta en funcionamiento de este escenario.
La construcción del MAMB arrancó en 2015 con una inversión para su primera fase de $11.800 millones. La Nación aportó $10 mil millones y la Corporación Parque Cultural del Caribe el resto.

Hoy el edificio muestra un avanzado deterioro por la falta de recursos para culminar la primera fase del proyecto. Las fotografías tomadas por el reportero gráfico Orlando Amador son una evidencia clara de la necesidad de encontrar una salida rápida que permita recuperar el escenario y evitar que se convierta en un elefante blanco.
La situación de este escenario cultural es objeto de análisis por parte del Distrito de Barranquilla, pese a que no es responsable de los contratos ni de la ejecución de las obras y legalmente no puede hacer inversiones en este proyecto porque es de un privado.

En desarrollo de ese análisis jurídico, el traspaso legal se abre paso como la mejor opción para que el Distrito intervenga el Museo de Arte Moderno y el Parque Cultural del Caribe que están en manos de entidades privadas. Para ello, se tendría que replantear el esquema de ejecución del proyecto y determinar a través de qué vehículo podría participar la administración distrital, respetando el marco legal.
Esta solución, que sería en el corto plazo, le permitiría al Distrito legalmente destinar los recursos públicos para hacer las adecuaciones necesarias para su funcionamiento. Lo anterior deberá ir acompañado de un “modelo de gobernanza” que garantice la sostenibilidad del complejo y del apoyo de la empresa privada.

En concepto del Distrito, para que no se repitan situaciones como las registradas con el MAMB y el Parque Cultural, es necesario que los proyectos tengan fuentes de financiación antes de iniciar su fase de ejecución. Adicionalmente, deben estar acompañados de la formulación de un plan de sostenibilidad, con el que se pueda generar recursos que garanticen su mantenimiento y crecimiento en el tiempo.

