San Nicolás y San Roque, los dos patronos de Barranquilla
Los templos se encuentran ubicados en la zona céntrica de la ciudad y son testigos de la historia de la ciudad. Historiadores recuentan el cisma debido a la “rivalidad” entre los dos santos.
A la orilla del río Magdalena, un sitio de libres empezó a consolidarse a principios del siglo XV. En este punto confluyeron mestizos, mulatos y zambos, quienes construyeron sus casas y vivían de acuerdo con sus creencias.
Con el transcurrir de los años, un español lideró la construcción de una hacienda en honor a San Nicolás de Tolentino. Desde ese momento, dicho sitio de libres empezó a tejer una relación con este religioso de origen italiano, a quien se le considera como el protector de las almas del Purgatorio.
En 1734, de acuerdo con los registros del historiador Jorge Villalón, en Barranquilla se inició la construcción de la actual iglesia con la aprobación de la Curia y con la ayuda de todos los vecinos: “Era de estilo llamado romano y tenía tres naves”.
Esto fue la antesala para que, en 1747, Barranquilla fuera elevada a la categoría de parroquia y bajo el patrocinio del mismo santo. Desde ese momento fue testigo de hechos históricos para la ciudad como la reconquista española en 1815, la visita del libertador Simón Bolívar en 1820 y la guerra civil de 1885, entre otros.
A mediados del siglo XIX, Barranquilla daba sus primeros pasos para consolidarse como una urbe clave para el desarrollo del país. Con una población que no superaba los 5.600 habitantes, la ciudad empezaba a tomar relevancia al albergar a inmigrantes procedentes de España, Alemania, Italia y Oriente Medio.
En ese momento, en medio de la hegemonía de San Nicolás como patrono protector de la ciudad, una vivienda situada en la carrera Progreso (carrera 41) con calle San Roque (calle 31) se convirtió en un sitio de culto para pedirle a San Roque que intercediera para diezmar la epidemia.
El historiador Helkin Núñez, investigador del Archivo Histórico del Atlántico, explicó que una de las promesas que hicieron al santo fue la construcción de un templo en su honor si lograba contener la enfermedad.
“La desesperación ante tanta epidemia y muertes hacen que muchos barranquilleros peregrinen a dicho hogar para cumplir con sus rogativas al santo popular y logran sacarlo en procesión”, expuso Núñez.
El milagro se cumplió, por lo que decenas de ciudadanos empezaron las gestiones para cumplir la manda y construir una iglesia en honor a San Roque en plena calle 30, una de las vías más relevantes de la incipiente ciudad.
“La Diócesis de Cartagena negó, en abril de 1857, el permiso para la construcción del templo, y ordenó invertir los esfuerzos en la refacción del templo de San Nicolás, lo que desató un conflicto entre la población y el obispado”, explicó el historiador Dalin Miranda.
Según los registros históricos, el sacerdote Rafael Ruiz –haciendo caso omiso del pensamiento de su autoridad superior– secundó la idea y apoyó la construcción del templo. En 1853 empezó las obras y solo cinco años después lograron culminarlas.
Las autoridades eclesiásticas no aprobaron esta construcción y trasladaron al sacerdote hasta Galapa. Meses después, un grupo de parroquianos convence al religioso Ruiz de regresar a la iglesia San Roque y se constituye en párroco en contra de sus superiores.
Durante 10 años, Ruiz fue castigado con la excomunión mayor y tan solo el desplome del techo de la parroquia lo llevó a arrepentirse de su rebeldía y pidió perdón al obispo.
La parroquia es fundada en 1881 y hace parte de la Diócesis de Santa Marta, bajo dejando atrás los actos de desobediencia, contradicciones y rebeldía.
El historiador Moisés Pineda se mostró de acuerdo que las divisiones entre las comunidades tenían relación con las tensiones políticas entre los liberales y los conservadores.
“La parroquia de San Nicolás se consideró un fortín conservador y era liderada por el sacerdote Antonio María Muñiz, quien se encontraba dedicado a la atención de sus negocios de comercio ganadero que a las urgencias de su feligresía”, recordó el experto en historia local.
Con relación a San Roque, el historiador indicó que se relacionaba con el Partido Liberal y su párroco, de nombre Rafael Ruiz, fue formado en Europa y afecto a la masonería.
Al respecto, Juan Pablo Mestre, director del Archivo Histórico del Atlántico, fue enfático al sostener que la ubicación de los templos tuvo gran incidencia en la relación con las corrientes políticas en el siglo XX.
“Cuando se produce la muerte de Jorge Eliécer Gaitán se profanó la iglesia de San Nicolás, por su relación con los conservadores, y no se atacó la iglesia San Roque, que se asociaba con el liberalismo”, puntualizó el experto en historia.
