Mientras en las calles de Barranquilla reinaba la soledad, los negocios se mantenían cerrados y el transporte público pasaba con la misma frecuencia que en un día festivo, los ciudadanos de a poco salieron de sus casas y se reunieron en cinco puntos anunciados previamente para cumplir con un compromiso que se había citado con todo el país.
La indignación y la 'fe en una mejor Colombia' fueron más fuertes que la pereza y el calor de la cama en las mañanas. Desde las 7:00 a.m. empezaron a llegar personas a la Universidad Autónoma del Caribe, ubicada en la carrera 46 con calle 90; al parque Esthercita Forero, en la calle 74 con carrera 43; al edificio Manzur, en el centro de la ciudad; al Rincón Latino, en pleno corazón del barrio Rebolo; y al puente de la carrera Murillo con avenida Circunvalar.
En la Universidad Autónoma del Caribe, punto en el que se concentraron estudiantes y docentes de las universidades públicas y privadas de la ciudad, la emoción de hacer parte de una fecha importante para el país era reflejada por lo jóvenes con arengan y saltos al unísono en los que manifestaban sus ganas de un cambio diferente para su generación.
Barranquilleros se reunieron de manera masiva en el parque Washington en apoyo al expresidente Uribe
'Esta no es una marcha de estudiantes, ni de profesores, ni de trabajadores, esta es una marcha de colombianos con fe en un país mejor y que esperamos que con esto el gobierno Duque se dé cuenta que nosotros lo que queremos es un cambio', asegura José Morales, estudiante de Administración de Empresas de la Universidad del Atlántico y miembro de la Organización Colombiana de Estudiantes (OCE) y agrega:
'Aquí no solo hay gente que no quiere al presidente, hay personas que durante las elecciones votaron por él y que hoy le exigen por ese voto, porque este Gobierno no les está cumpliendo'.
En el centro de Barranquilla, que luego sería el punto de cierre de la jornada, un grupo escaso de miembros de la Asociación De Funcionarios De La Rama Judicial y de la Fiscalía empezaron a marchar. Unas 50 personas, vestidas con camisetas y gorras blancas con el lema '#YoSoyPoderJudicial' participaron desde la sede centro de la Fiscalía en la capital del Atlántico.
Luego, a su paso por el Centro de Servicios Judiciales se incorporó otro grupo se funcionarios con camisetas blancas, así como integrantes del Tribunal Superior de Barranquilla y el Sindicato de Trabajadores y Empleados de la Educación del Atlántico.
'Abajo las políticas de muerte, necesitamos el cumplimiento de los acuerdos estatales con las asociaciones sindicales y mejoras de nuestras condiciones laborales', manifestaban los funcionarios con micrófono en mano.
En la Gobernación del Atlántico se sumaron aproximadamente 50 personas que con pañoletas blancas y rojas, como la bandera de la institución que representan, y marcharon junto a funcionarios y estudiantes del Sena, así como del resto de gremios que esperaron para unirse a la marcha que arrancó en el parque Esthercita Forero donde marcharon las Centrales obreras, organizaciones sociales, maestros y organizaciones no gubernamentales.
'Queremos que el Gobierno entienda que la vía es generar empleo digno para los ciudadanos', dijo a su turno Efraín Virviescas Peña, miembro del Observatorio Departamental de Derechos Laborales Y Seguridad Social.
Un Carnaval en Rebolo
Desde el corazón del barrio Rebolo, donde nacieron las principales manifestaciones culturales de la ciudad y el equipo dueño de las pasiones barranquilleras, hacedores del Carnaval, artistas, bailadores y ciudadanía en general se unieron en torno a los colores, los trajes típicos, los performers y el arte y marcharon en medio de una ‘Carnavalada Popular de Protestas’.
Javier García, uno de los organizadores de la marcha, resaltó el carácter cultural de este recorrido que se une al gran paro a nivel nacional.
'Las manifestaciones culturales que identifican a Barranquilla nacieron en el barrio Rebolo y hoy, a través de ellas, manifestamos nuestro rechazo a las malas decisiones del Gobierno Nacional', aseguró García.
Todas las marchas que ocuparon diferentes extremos de Barranquilla, se fueron uniendo poco a poco dando paso a un ‘río’ de personas, que siguiendo el ejemplo de la majestuosidad del Magdalena cuando entra en el Mar Caribe, desembocaron en el paseo Bolívar invadiendo el Centro con una fiesta de colores que mezcló a todos los sectores de la ciudad.
Las emociones continuaron y al ver la culminación de una manifestación que transcurrió en tranquilidad y sin mayores sobresaltos que el de los gritos de quienes marcharon, un grupo de jóvenes se subió al monumento de Simón Bolívar, que da nombre a ese boulevard, y con grandes telas negras y banderas ‘encapucharon’ al libertador como mofa a quienes con el rostro tapado vandalizan el mensaje de paz, pero que ayer no pudieron con la emoción de un pueblo.
Con el sol en su punto más alto, la sensación térmica más fuerte de lo normal, por la gran multitud, y la hora del almuerzo pasada de tiempo, el epicentro del comercio en la ciudad empezó a ser abandonado por quienes allí se aglomeraban y poco después de las 2:00 de la tarde se restableció la calma en el lugar. Los buses volvieron a circular, las calles, que antes no eran lo suficientemente anchas para que la multitud avanzara, se despejaron y en la capital del Atlántico reinó el silencio y la soledad.





















































































