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Asombrado quedó Duván Quintero cuando cayó en cuenta de que, en el restaurante donde almuerza desde hace un año, el popular ‘corrientazo’ pasó de $6.000 a $6.500; es decir $500 más, después de regresar a sus jornadas laborales tras las fiestas de Año Nuevo.

Afortunadamente, para él, contó en ese momento con los recursos de respaldo para cubrir dicho incremento en el valor de la comida del mediodía, pero su preocupación empezó cuando comenzó a imaginar cómo sorteará el costo de los almuerzos de los próximos días hábiles del mes, según contó.

'Me afecta mucho, porque yo vivo del salario mínimo y muchas cosas aumentaron este año, como el transporte. Debo responder por otras obligaciones económicas y el mercado para la familia es uno de ellos. Si antes me gastaba $300.000, ahora me gastaré $500.000. Con la subida del almuerzo, sale caro andar en la calle (risas)', manifestó el asesor comercial.

Si bien el salario mínimo mensual vigente se incrementó en un 6%, pasando ahora a estar en $828.116, sin incluir el auxilio de transporte, el aumento del ‘corrientazo’ en este restaurante ubicado en el Norte-Centro Histórico le significará a Quintero un gasto mensual de $169.000 por el rubro de almuerzo, o sea $13.000 más si se tiene en cuenta que el año anterior pagaba $156.000 por este ítem.

Pero este fenómeno de año nuevo no solo afectó el bolsillo del comensal, sino de la propietaria del negocio, Yamile Montes Buelvas, quien sostuvo que se vio en la obligación de subir el precio del ‘corrientazo’ por el incremento en los productos alimenticios que consigue en el mercado.

'Los clientes me cuestionan por el hecho de haber aumentado el costo de los almuerzos, pero cómo hago si todo está caro. Yo no puedo dejar de comprar el ají topito, por ejemplo, porque es necesario para las carnes y para que las sopas no me queden con solo agua', explicó la comerciante.

El ejemplo que expuso Montes Buelvas va acorde con los registros de Granabastos, que indica que el bulto de 35 kilogramos del ají topito ocañero estaba en $240.000 hasta el corte del 4 de enero del presente año, mientras que hasta el 31 de diciembre de 2018 estaba en $220.000, con una variación del 9% durante ese lapso (ver gráfico).

Pero esta mujer no fue la única que incrementó el precio del plato popular, conformado por sopa, arroz, ensalada, carne, granos, guineo verde o maduro y la bebida, sino que Andrés Peñate también lo hizo por la misma razón de su colega: el alza en los productos.

El hombre vendía almuerzos el año pasado a $8.000 y desde el primer día de 2019 los empezó a vender por $9.000. Y trajo a colación el caso de la cebolla roja, la cual encontraba antes en $2.500 y ahora está en $4.000 el kilo, a precio de supermercado. Aunque, la Gran Central de Abastos también registra un incremento de $4.000 en esta verdura por un bulto de 44 kilogramos.

'Los clientes se están quejando, pero contrarrestamos el incremento del almuerzo con estrategias como domicilio gratis y la calidad de nuestro servicio', dijo.

Ambiente en Granabastos

Una sorpresa se llevó ayer Jandir de la Ossa cuando llegó a hacer la primera compra del año en Granabastos: la carne de res la encontró por un valor cercano a los $9.000, cuando hasta el último día del año pasado estaba en $6.700. Aunque finalmente se resignó y la compró. '¿Cómo hacemos? Tenemos que seguir comprándola, porque este es el único medio para sobrevivir', aseguró.

Por su parte, Carolina Niño, quien ya salía con el mercado empacado, iba en el camino pensativa, después de comprar las verduras por encima del precio en que las había dejado en 2018. 'El año pasado nos gastábamos $80.000 en verduras y hoy (ayer) nos pasamos de los $90.000. Y eso que nos tocó traer menos, porque están muy caras', manifestó.

De acuerdo con el gerente comercial de Granabastos, Leonardo Mulford, estas alzas (entre el 10% y el 15%) son usuales en la primera semana de cada año. 'Debido a la temporada de fin de año, en la que muchos de los transportistas se encuentran de vacaciones, se presenta una leve alza en el precio de los productos, que se espera se estabilicen después del puente de reyes', sostuvo el funcionario.

Asimismo, la directora de la Asociación de Abarroteros de Barranquilla (Asaba), Mireilli Camacho, indicó que el impacto por los incrementos suelen darse a comienzos de año, aunque resaltó que el panorama actual en el sector de abarrotes está 'calmado'. 'Los disparos en los precios son variables, principalmente en la primera semana. Es muy difícil definir el porcentaje del alza, porque son muchas líneas y en algunas impacta más', dijo.

Siendo así, el ‘corrientazo’ se empieza a sentir también en el bolsillo de los consumidores.