Sobre el andén de la carrera 8 con calle 33 no pueden caminar dos personas juntas. No hay espacio. La plataforma de cemento que está a disposición para el peatón es tan estrecha, que solo un ciudadano puede caminarlo.
A las 11 de la mañana, unas ocho personas recorren ese punto. Sin embargo, seis de ellas se ven obligadas a transitar por la vía, teniendo en cuenta que no hay suficiente andén para que todas puedan usarlo. Con ellas, circulan decenas de carros y buses, a gran velocidad. La situación pone en riesgo la vida de cualquiera de ellos.
'A uno fácilmente lo puede atropellar un carro', advierte Vladimir Ortega, comerciante del sector.
Ese panorama ha sido común en las orillas de las calles de Barranquilla y se convierte en un problema que resta espacio público, e incluso, aporta a la inseguridad, según coinciden los habitantes.
'Se supone que el andén está hecho para que uno camine, pero nos toca bajarnos e ir por la calle', critica Laureano Villalobos, de 66 años.
Lo que dice la ley
De acuerdo con el POT de Barranquilla, todo predio deberá contar con el respectivo andén peatonal, ubicado entre la línea de bordillo de una vía y la línea de propiedad o parámento dentro de cada polígono de manzana.
Según la norma, no debe haber elementos construidos que sobresalgan de la superficie tales como peldaños, escalones y rampas. Además, la franja de uso peatonal tendrán que contar con una 'superficie continua' y garantizar la movilidad de personas en condición de discapacidad.
Ocupar el espacio público en violación con la normativa, le costará al ciudadano unos $98.360, por ser multa tipo I.
Lo anterior también aplica para la invasión del antejardín, tanto como de la vía.
En el barrio Silencio, decenas de casas adecuaron los antejardines con baldosas y plantas, como especie de terraza. También son usadas para parquear vehículos. Este comportamiento es común entre los moradores del sector.
Por otra parte, en la carrera 35 con calle 43, una zona concurrida de residencias para enamorados, una de las casas se toma incluso gran parte de la calle.
Ramiro Ballen, su propietario, explica que 'compramos esta casa hace menos de diez años y ya estaba así'. Comentó además que 'nunca nos han llamado la atención por esta situación'.
Ese argumento es común en los dueños de los predios. Durante recorrido periodístico de este medio, varias personas coincidieron en que 'ya estaba así'.
En efecto, los habitantes de la ciudades heredan lo que generaciones anteriores han cimentado. Por eso, para corregir esas construcciones colectivas en la ciudad, el Distrito prepara el Plan Maestro de Espacio Público y el Manuel de Aprovechamiento de Espacio Público.
El secretario de esta cartera, Henry Cáceres, aseguró que 'el próximo mes ya tendremos ese documento para poder regular todo el tema de antejardines'.
'Se han acostumbrado a utilizar los antejardines como una terraza, un parqueadero para su carro un jardín e incluso como establecimiento comercial. Eso está prohibido. Hay que respetar el andén y el espacio público', dijo el funcionario.
Señaló que, en el caso comercial, la administración distrital censará los restaurantes que se ubiquen en este tipo de espacios, con el objetivo de regular su funcionamiento.
'La idea es que los establecimientos paguen un valor proporcional al área utilizada y que nosotros podemos tener el control de la música y de cuantas mesas se van a colocar, por ejemplo. El tema es que ahora está prohibido y no lo puedes hacer. Por eso queremos regular', expresó Cáceres.




















