El Heraldo
Atlántico

Las playas de la Región Caribe tienen que ser zonificadas: Dimar

En Colombia existe un decreto que establece franjas destinadas al deporte, la pesca y al tránsito de embarcaciones para que las playas sean seguras y turísticamente atractivas. 

Establecer franjas destinadas al baño, a la recreación, a la práctica de deportes náuticos, al tránsito de embarcaciones y a la pesca artesanal son algunas de las delimitaciones que debe tener una playa para que sea turísticamente atractiva, segura y viable.

En noviembre pasado, la noticia de una joven que falleció a causa de una embarcación que le pasó por encima en la isla Cholón, en Cartagena, avivó la discusión sobre la seguridad en las playas de la Región Caribe.

En Colombia existe el Decreto 1766 de 2013 que  dispone organizar las playas mediante un comité que debe identificar y delimitar previamente las zonas de cada playa, de acuerdo con sus características.

En el Atlántico hay 17 playas con vocación turística, pero ninguna de estas, hasta la fecha, “cumple con todas las especificaciones técnicas que establece la norma”, eso explica el capitán de Puerto de Barranquilla, Carlos Urbano, mientras señala un plano en el que se observa la propuesta que hizo la Dirección General Marítima (Dimar) para ordenarlas.

El estudio. La caracterización que hizo la autoridad marítima consistió en determinar las condiciones técnicas y específicas de cada playa, pues estas tienen una amplitud, un oleaje y una dinámica diferente. Esto permitió diseñar un plan específico para cada una.

“En cuanto a su turismo, algunas tienen una vocación más enfocada a la práctica de deportes náuticos como las playas de Puerto Velero, otras al turismo ecológico como ocurre en Piojó”, dijo el capitán de Puerto.

De acuerdo con estas condiciones geográficas, también se determinaron unas subzonas en las que se deberá desarrollar cada actividad de forma independiente, esto no solo permitirá mejorar su aspecto, sino que garantizará mayor seguridad para los turistas.

El capitán Urbano explica que en la parte marítima, dependiendo de la vocación de la playa, habrá un espacio destinado a lanchas, motos acuáticas, cometas, kateboard y la práctica de otros deportes náuticos. También habrá lugar para bañistas, que en ningún caso y por seguridad podrá mezclarse con la anterior. La zona de pescadores estará destinada solo para esta práctica.

La idea es que existan zonas de libre tránsito en las que se puedan implementar canchas removibles para practicar deportes, pero sobre todo que se respete la línea costera.

 

En Caño Dulce las ventas informales se estacionan a pocos metros de la zona de bañistas.

¿Cómo se hará?.  Para que cada espacio se diferencie, las zonas se demarcarán con  banderas, boyas y boyarines como señal de advertencia para los turistas.

“Hay partes donde nos hemos acostumbrado a ver la demarcación de forma artesanal. En algunas playas, los automóviles ingresan hasta los quioscos y lo que separa a la persona de la playa y el carro son escasos 5 metros, cuando, por ejemplo, debería estar a unos 30 metros. Eso es precisamente lo que se busca ordenar y reorganizar”, afirma el capitán.

Técnicamente, explica la Dimar, las playas tienen una capacidad de visitantes, dependiendo de sus dimensiones, sus áreas de acceso y las características del agua, algunas tienen cabida para 100 personas; sin embargo, a estas ingresan más de lo que está permitido.

Darle una adecuada utilización a las playas para que puedan estar certificadas es la razón principal del proyecto, que para implementarse deberá presentarse a los otros miembros del comité local, el cual además del capitán de Puerto, está conformado por el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, y por el alcalde distrital o municipal, quien podrá delegar su representación en el secretario de Turismo o quien haga sus veces.

“Esto requiere de tiempo y recursos porque se deben surtir varios procesos como batimetrías y señalización. Esperamos que en el primer trimestre del año que va en curso tengamos acercamientos con los nuevos mandatarios de la zona costera para que conozcan y le den viabilidad al proyecto”.

Luego se deberán hacer campañas de sensibilización con los lancheros, bañistas y visitantes de las playas para explicar cómo están esas franjas determinadas y cómo se debe utilizar cada espacio.

Si la dinámica de la playa varía con el tiempo, pues se harán los cambios que exigen las condiciones marítimas.

Bandera azul. Con la implementación de este proyecto también se busca un reconocimiento de Bandera Azul. Esta certificación ambiental constituye un símbolo, reconocido y valorado por millones de usuarios de playas y puertos. Además es un estándar mundial de ecocalidad turística, promovido por la Organización Mundial del Turismo (OMT) y el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). 

Los criterios para obtenerla se agrupan en cuatro áreas: Calidad de las aguas de baño, información y educación ambiental; gestión ambiental y seguridad y servicios e instalaciones.

En Colombia, las playas de Magüipi en Buenaventura, Jhonny Cay en San Andrés, Playa Azul en Cartagena y Bello Horizonte en Santa Marta tienen la certificación mundial.

En Atlántico se está apostando por playa Mendoza, en Tubará, para que logre la certificación. “Si logramos certificar más playas, el turismo se dispararía, así como el trabajo y las fuentes de ingreso para los pobladores, eso sería muy provechoso”, asegura el jefe técnico de la Dimar, William Ahumada.

La gobernadora del Atlántico, Elsa Noguera, manifestó su interés en apoyar los planes para la organización de las playas.

“Queremos aprovecharlas para que puedan contribuir al turismo y al desarrollo económico del departamento”.

En otras ciudades. El capitán de Navío Pedro Prada Rueda, capitán de Puerto de Cartagena, dijo que en el caso de la capital de Bolívar, donde han ocurrido recientemente varios accidentes a causa de embarcaciones cercanas a la zona de bañistas,  “las playas están zonificadas, pero en documentos”.

“Falta que procedan a asignar los recursos para hacer la instalación de las señalizaciones. Solo una cumple con este requisito”.

En Santa Marta, el capitán de Puerto, Ibis Luna, explicó que están a la espera de que la administración distrital disponga los recursos para ejecutar los diseños que la Dimar también hizo en esta zona de la región. “Me reuní con la gerente de Fontur hace unos días y están dispuestos a apoyarnos con el tema”.

En Córdoba y la Guajira, la Dirección Marítima también tiene los planos para zonificar y delimitar las playas.

En Puerto Velero los carros se ubican en los quioscos.
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