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Mientras Gustavo Petro continúa con su ojeriza sistemática y absurda contra Barranquilla, señalándola con cifras manipuladas del crecimiento de la pobreza extrema, al tiempo que ignora los inmensos logros en la reducción de la pobreza monetaria, la ciudad mantiene su apuesta por sacar adelante programas para beneficiar a quienes habitan los sectores más vulnerables de la capital del Atlántico.

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En su visita a Córdoba, contra toda evidencia, Petro sostuvo –embriagado de resentimiento– que “Barranquilla está en pleno proceso de empobrecimiento”. Se trata de una afirmación tan injusta como falsa. No es cierto lo que afirmó Petro de forma irresponsable en Córdoba. Antes de hacer este tipo de aseveraciones alejadas de la realidad, Petro debería consultar al Dane –entidad que nutre a la Presidencia de información– para que conozca de primera mano los verdaderos resultados de Barranquilla en su lucha contra la pobreza, tanto monetaria como extrema. Ambas están siendo combatidas por la administración de Alejandro Char con las uñas y sin recibir un solo peso del Gobierno nacional, algo que el manipulador de Petro esconde hábilmente.

Según el Dane –el mismo que Petro no consulta– Barranquilla ha mostrado una reducción evidente y significativa en la lucha contra la pobreza monetaria. De acuerdo con el más reciente informe de esa entidad adscrita a la Presidencia de la República, en lo que va de este año 117.000 hogares de Barranquilla salieron de la pobreza monetaria. Ello significa una reducción del 6,1 por ciento, en comparación con años anteriores. Y en lo que tiene que ver con la pobreza extrema –donde también la administración Char libra una dura batalla– aún se encuentran en esa condición unas 140.000 personas.

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Para entender este último indicador es bueno tener presente que –precisamente– por ser la “joya de la corona” de la región Caribe –como de reforma despectiva trató Petro a la ciudad desde Córdoba–, Barranquilla recibe todos los días decenas de familias desplazadas de zonas en donde el conflicto armado se ha agudizado, como ocurre en el sur de Bolívar y el Cesar. Todas ellas llegan a la “joya de la corona” en busca de mejores oportunidades de vida.

Es evidente que la confrontación sin cuartel que libran el Clan del Golfo, el ELN y las disidencias de las Farc –agudizada durante los tres años de gobierno de Petro– ha producido un desplazamiento masivo hacia Barranquilla y ello se traduce en un incremento de la pobreza extrema. Pero de eso Petro no habla, porque no le conviene.

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Un programa que demuestra con cifras –no con carreta petrista– el compromiso de la administración de Alejandro Char en la lucha contra la pobreza –y del que puedo dar fe– es el de ‘Mejoramiento de Vivienda (MiMejora)’ en los estratos más vulnerables de la ciudad.

Mientras a nivel nacional ‘Mi casa ya’ fracasó en manos de Petro, en Barranquilla el mejoramiento de vivienda muestra resultados contundentes. Al final de la administración Char, 20.000 hogares barranquilleros tendrán sus viviendas mejoradas. Todas ellas pasarán de unas condiciones precarias a unas de absoluta dignidad. Todas las casas mejoradas se entregan con pisos, cocina, baños y paredes nuevas. Cada hogar recibe una nevera nueva, que contribuye al ahorro de energía. La inversión en cada vivienda es de $24 millones que pone la Alcaldía de Barranquilla. El Gobierno nacional no pone un solo peso. Este si es un programa “revolucionario”, pues dignifica la vida de las personas. No es con carreta como se hacen las “revoluciones”.

“Gracias Alex Char”, es la frase con la que reciben al alcalde y a buena parte de su gabinete, que lo acompaña para que escuchen a la comunidad, tomen nota y les lleven soluciones. “Conmigo todos los funcionarios tienen que estar en la calle escuchando a la gente 24/7. Nada de quedarse en las oficinas”, me dijo Alejandro Char, mientras recorríamos el barrio La Playa, para entregar varias casas mejoradas. “Está mejor que nueva”, le dijo sonriente Kesshia Lisset Villarreal, una de las beneficiarias del programa.

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La apuesta por mejorar las viviendas de los habitantes de los barrios más vulnerables de Barranquilla prueba con hechos que lo que dice Petro –sobre la lucha contra la pobreza– no es cierto. Su ensañamiento contra Barranquilla no lo deja ver una verdad inocultable. Claro que hay mucho por hacer para erradicar la pobreza –monetaria y extrema–, pero pretender ignorar lo que se hace para acabar con ella es mezquino. Pero contra la mezquindad no hay remedio. Allá Petro que debe lidiar con ella.

¿Dónde radica el éxito del programa ‘MiMejora’, que busca sacar de la pobreza, mediante el mejoramiento de las viviendas de 20.000 hogares de Barranquilla?

“Después de mejorar las calles, ahora mejoramos las casas”: Alex Char

Después de haber construido cientos de kilómetros de vías, para llevar acueducto y alcantarillado a decenas de barrios de muy bajos recursos de Barranquilla, desde su primera administración, el alcalde Alejandro Char apostó por mejorar las condiciones de las viviendas de quienes habitan esos barrios.

“Ahora nos estamos metiendo a sus casas, para mejorarlas”, me dice el alcalde mientras recorremos el sector de La Playa, para entregar más de una docena de viviendas mejoradas. “Las conexiones eléctricas son nuevas –dice Char– para evitar accidentes y optimizar el consumo de energía”. La Alcaldía también entrega créditos a las familias para que inicien un emprendimiento.

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Algunas reciben la vivienda mejorada y también un local adecuado para que pongan una peluquería o una venta de alimentos. “Pero eso sí: la adecuación y las mejoras no pueden superar los $24.000.000, que sabemos que son suficientes para entregar una vivienda digna en muy buen estado”, sostiene Char.

Empresa privada y Alcaldía, una llave poderosa

Desde su primera alcaldía, hasta la actual, pasando por las administraciones de Elsa Noguera y Jaime Pumarejo, las administraciones de Barranquilla han trabajo de la mano de la empresa privada. Los empresarios de la ciudad son aliados, no enemigos. Punto.

En La Playa, en los próximos días, se inaugurará uno de los colegios más modernos de la ciudad, producto del trabajo en llave de la administración Char con Tecnoglas, una de las empresas más emblemáticas de Barranquilla, cuya planta principal tiene influencia directa en el sector. “Nuestras alianzas con el sector productivo se traducen en beneficios para la comunidad. Este colegio –con sus instalaciones modernas y sus laboratorios– será un modelo para la región Caribe y el país”, dice Char con emoción. Es así como se lucha contra la pobreza y la desigualdad.

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El mejor “igualador social” es la educación y todo lo que se haga por optimizarla es poco. Los niños y jóvenes de La Playa podrán contar en los próximos días con un colegio que nada tendrá que envidiarles a los colegios “exclusivos” de la ciudad. “Será un privilegio estudiar aquí”, escribió Christian Daes en su cuenta de X, mientras cuenta las horas para entregar la obra a los habitantes de La Playa.

Buenos tiempos para los financiadores de Petro, no para el pueblo

La inquina de Petro contra Barranquilla ya desbordó todos los límites. No desaprovecha ocasión para despacharse contra la ciudad, como si Barranquilla no hiciera parte del país que él gobierna. Sus rencillas políticas, de sus tiempos de congresista, las trasladó a su condición privilegiada de presidente. Petro le negó todo lo que pudo a Barranquilla.

Cuando le queda menos de un año de gobierno, Barranquilla puede decir que nada le debe a Petro. Punto. Es probable que sus aliados políticos –incluyendo los financiadores de sus amigos– estén haciendo buenos negocios. Pero eso no significa que “el pueblo” –del que tanto habla Petro– esté disfrutando del “cambio” ofrecido.

Esos negocios –que Petro, al parecer, ignora– deberían traducirse en mejorar los indicadores contra la pobreza extrema que tanto preocupan a Petro. Pero no ocurre así. Esos negocios solo sirven para llenar los bolsillos de sus aliados políticos. Bueno que le pregunte a quienes les financian sus “portentosas” campañas, ¿cuánta de la plata que se han ganado sirve para ayudar a los más pobres de Barranquilla?

Petro, ¿cuál es la “rasquiñita” con Barranquilla?

Referirse a los indicadores de pobreza extrema de Barranquilla de forma ligera y descontextualizada, como hizo Petro en Córdoba, muestra la mala fe con la que procede. Solo evidencia su odio a la ciudad, hasta el punto de ignorar que Barranquilla está hoy por debajo de los índices de pobreza nacional.

Petro no podrá ocultar jamás que en sus tres años de mandato la pobreza creció en todo el país. Y ello es así por cuenta de sus políticas erráticas, que espantaron la inversión extranjera y marchitaron la industria de hidrocarburos, una de las principales fuentes de ingreso de la región Caribe. ¡Pregúntele a Irene Vélez, su subalterna, por el daño que le causó a los municipios de La Guajira y el Cesar! Todos ellos están hoy en la ruina y abandonados a la buena de Dios.

De manera que, Petro, respete a Barranquilla, y ya que no hizo nada para contribuir a su desarrollo y su progreso por lo menos guarde silencio para que no evidencie la “rasquiñita” que le produce verla cada día más “prócera e inmortal”, como nos lo enseñó la inolvidable Amira De la Rosa.