Tras una delicada semana en materia de orden público para el país, Kevin Murakami, director en Colombia de la Sección de Asuntos Antinarcóticos y Aplicación de la Ley de Estados Unidos (INL, por sus siglas en inglés), habló desde Barranquilla con EL HERALDO sobre la intención del gobierno de Donald Trump de reforzar el apoyo a las regiones en materia de seguridad y la manera de articular las estrategias para combatir el narcotráfico en los puertos de Barranquilla y el resto del Caribe.
¿Cómo ve el Gobierno de EE. UU. la situación de orden público que ha vivido Colombia esta última semana?
Nos preocupa mucho. Estamos trabajando en conjunto con la fuerza pública para combatir todas estas amenazas. La situación no es fácil, pero lo bueno es que tenemos socios y aliados muy fuertes en la fuerza pública.
En un momento tan crítico para Colombia, ¿cómo buscan trabajar en regiones como Barranquilla y el Caribe?
Estamos aquí para ver cómo podemos fortalecer aún más la relación que siempre ha sido fuerte entre Barranquilla y los Estados Unidos, además por su proximidad geográfica. Hay mucha gente en los Estados Unidos que tiene raíces aquí en Barranquilla y la Costa.
También vinimos a la región porque desde la sección antinarcóticos y aplicación de la ley INL estamos intentando realmente estrechar nuestras relaciones con las alcaldías y las gobernaciones de Colombia, porque desde nuestro punto de vista los que más entienden las problemáticas de seguridad a nivel local son las mismas autoridades locales.
De hecho, tenemos una nueva relación formal con Asocapitales, y hay un grupo de secretarios de seguridad con el que estamos analizando las amenazas y diseñando juntos estrategias para abordar los problemas.

Han venido surgiendo en los últimos años nuevos grupos criminales en la región involucrados en las cadenas de narcotráfico, con dinámicas diferentes a las registradas en la Colombia de los años 90. ¿Cómo ve esa reconfiguración de las estructuras criminales?
Bueno, esa es una de las razones por las que vine aquí a Barranquilla: para aprender más sobre estos grupos criminales, para hablar con la gente que todos los días tiene que enfrentarlos. Creo que en términos de narcotráfico en general, la situación es mucho más compleja hoy en día que hace 20 años, cuando solo hubo un grupo que controlaba toda la cadena de suministros de cocaína, desde la producción hasta la distribución. Después del Acuerdo de la Paz de 2016 hay muchos grupos. Están los tres principales: disidencias de las Farc, Eln y Clan del Golfo, pero también nuevos actores en torno al microtráfico que de igual forma se benefician de toda esta distribución de cocaína. Entonces la situación es bien compleja y estoy aquí para aprender más sobre cómo está afectando a Barranquilla y a sus puertos.
¿Cómo proteger los puertos de Barranquilla del accionar de grupos criminales?
Para que Barranquilla tenga más seguridad y mejor fuerza contra el narcotráfico, vale la pena estudiar la relación entre el puerto y la ciudad.
En el puerto de Barranquilla se mueve mucho cargamento de la industria local, eso es un poco diferente a los otros puertos grandes de Cartagena, Santa Marta y Buenaventura. Entonces, yo creo que la ciudad y el puerto pueden trabajar de manera más vinculante para combatir las exportaciones ilícitas, porque pueden dañar la industria local.
De nuestra parte, estamos invirtiendo muchos recursos en los puertos para contrarrestar este tipo de cosas a través de mejores capacidades de detección, de inspección y también en nuevos proyectos para combatir la corrupción, porque la corrupción en los puertos es una vulnerabilidad fuerte.
El Gobierno actual ha abordado de manera distinta el tema del narcotráfico y la erradicación de cultivos ilícitos. ¿Cómo ve ese nuevo enfoque?
Estados Unidos sigue trabajando con la fuerza pública para combatir cada elemento de la cadena de suministro del narcotráfico, y en eso vamos muy bien. Es decir, la fuerza pública está cada año alcanzando niveles récord de incautaciones de cocaína, de operaciones contra la minería ilegal, dando golpes fuertes contra los cabecillas de grupos como el Clan de Golfo y abordando de una manera más integral la lucha contra el lavado de activos.
“Barranquilla está creciendo mucho y es un punto clave en toda la industria, por lo que estamos aquí para apoyar y fortalecer la seguridad en los puertos de la ciudad”“Barranquilla está creciendo mucho y es un punto clave en toda la industria, por lo que estamos aquí para apoyar y fortalecer la seguridad en los puertos de la ciudad”
Sin embargo, hemos tenido diferencias con el gobierno actual en términos de la política antidrogas, y me refiero a la erradicación forzosa. Sabemos que no es la única herramienta, que no puede por sí sola, pero es una herramienta muy fuerte y el Gobierno de Colombia ha hecho un compromiso con Estados Unidos de alcanzar ciertos niveles de erradicación. Tenemos toda la esperanza de que la fuerza pública alcance esta meta y estamos aquí para apoyar este proceso.
El país se encuentra en riesgo de ser descertificado...
Precisamente estamos en el proceso de determinar si Colombia va a ser descertificado, y eso involucra muchos factores. Quiero enfatizar que es una decisión técnica y no política. Washington está evaluando la situación actual. Para Colombia asegurar que se siga certificando es muy importante...es vital, hacer más erradicación forzosa de coca.
¿Colombia está haciendo lo propio para aplicar la ley INL correctamente?
Sí, yo creo que sí. Y estamos muy orgullosos de tener aliados supercapacitados en la Policía Nacional, en la Armada Nacional, en el Ejército, en la Fiscalía, en la Procuraduría, todos los órganos de la rama judicial, y también líderes con una visión de seguridad y un compromiso a nivel local. Los alcaldes y gobernadores realmente quieren también invertir recursos propios en esta materia y estamos ahí para acompañarlos.

En el suroccidente del país, que en este momento está en plena lucha contra diferentes problemáticas, recientemente tuvieron una iniciativa para apoyar al Gobierno local...
Sí, Cali es un buen ejemplo. Hace un año las autoridades de la ciudad se nos acercaron y pidieron apoyo para acabar con la minería ilegal en el Parque Nacional Natural Farallones. Y nos presentaron una estrategia en la que se comprometieron también a invertir recursos.
Fue un plan completo en que trabajamos de la mano de la Alcaldía de Cali, con la Gobernación de Valle del Cauca y también coordinando fuerzas con la Policía Nacional, con la Fiscalía General de la Nación y con el Ministerio del Medio Ambiente para realmente abordar este problema en el parque nacional, porque la minería ilegal estaba contaminando toda el agua que tomaban los caleños. Después de seis meses tuvimos el éxito de erradicar completamente del Parque Nacional de Farallones la minería ilegal.
¿Cómo avanza el fentanilo en la región?
No hemos visto que sea un problema todavía en Colombia, pero estamos haciendo todo lo posible para evitar esta problemática. Se escucha la narrativa de que para los norteamericanos ya no importa la cocaína porque toda nuestra preocupación es el fentanilo, pero eso no es verdad. Nos preocupan los dos. Esto porque existe un vínculo entre la cocaína producida aquí en Colombia y el problema del fentanilo en el mundo. ¿Cuál es ese vínculo? Pues que los mismos narcotraficantes, los carteles mexicanos, se benefician del tráfico de ambas. No obstante, para Colombia la principal amenaza sigue siendo la cocaína. No solamente porque está matando vidas en países consumidores, tal como los Estados Unidos, donde 23 mil norteamericanos perdieron su vida por sobredosis de cocaína, sino también aquí en la región, porque donde hay cocaína, hay grupos narcotraficantes, donde hay mucha producción de campos de coca, siempre hay más violaciones de derechos humanos, hay más crimen organizado, más delitos, mayores daños al medio ambiente y también hay más homicidios.
Entonces, la cocaína no solamente constituye una gran amenaza a la salud pública en diferentes países, sino que es el combustible de toda la violencia que estamos viendo ahora en toda Colombia.