Desde hace casi una década se discute en Barranquilla la demolición del edificio Michell, ubicado en la carrera 61 #66-145 del barrio Bellavista.
Con el pasar de los años, la disputa del complejo se ha pronunciado debido al vínculo que la comunidad resguarda con esta popular estructura de la localidad Norte Centro Histórico de la ciudad. Pero, por otro lado, su polémica también corresponde a la demolición que desde el 2015 se ha anunciado y aún no llega.
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Sin embargo, EL HERALDO pudo conocer que la Alcaldía de Barranquilla ya adelanta los trámites para empezar el proceso de licitación de la obra de demolición de este edificio.
El documento— emitido por el Secretario Distrital de Control Urbano y Espacio Público, Nelson Patrón— realiza una solicitud a la Secretaria General del Distrito, María Teresa Fernández Iglesias, para que incluya en el Plan Anual de Adquisiciones (PAA) 2026 la contratación para tumbar el complejo.
En la carta también se dio a conocer que, según un informe técnico elaborado por la Edubar S.A., el valor estimado para ejecutar este proyecto sería cerca de 3.000 millones de pesos. Y que, debido a la cantidad, se deberá realizar un proceso de licitación pública.
“El valor total estimado de los costos asciende a $2.955.422.549,30 COP. Por la cuantía señalada, la modalidad de selección aplicable corresponde a licitación pública”, argumentó la dependencia.
De la misma manera, la dependencia calificó como indispensable iniciar el trámite de programación “desde el presente momento, a fin de garantizar la debida planeación y el cumplimiento de las etapas contractuales en la vigencia 2026”.
Lo anterior con el fin de que se pueda iniciar el proceso de selección respectivo junto con las etapas previstas, como la solicitud y expedición del Certificado de Disponibilidad Presupuestal (CDP), elaboración de estudios previos y pliegos de condiciones, y el desarrollo del procedimiento precontractual, adjudicación y ejecución del contrato.
Una disputa de vieja data
Cabe recordar que, en el 2024, el abogado Víctor Manuel Ríos solicitó la apertura de un incidente de desacato frente al incumplimiento de la orden de demolición del edificio Michell. En su momento, el ciudadano indicó que en los fallos se determinó que la edificación de cinco pisos deberá ser demolida tras haber incurrido en una falta grave en términos urbanísticos por la destrucción previa de una casa considerada patrimonio de la Nación.
Esta casa editorial conversó con la propietaria del edificio, Auristela Mendoza Jiménez, quien rechaza la orden de demolición del inmueble donde vive desde hace trece años. Afirmó que la decisión se tomó por presión de una sola persona, el abogado Víctor Ríos, a quien no conoce y que –según ella– no vive en el sector ni resulta afectado por la construcción.
“No sé en qué le afecta el inmueble a esa persona, que ha tratado, de las maneras posibles e imposibles, de hacer que tumben el patrimonio de mi familia”, señaló.
Sostuvo que la estructura no figuraba originalmente como patrimonio de Barranquilla y que “de un día para otro” la estructura original apareció con esa clasificación.
A su turno, en el sector las opiniones de los vecinos están divididas, puesto que hay vecinos a quienes les molesta el ruido que se genera en la tienda ubicada en la primera planta del edificio, mientras que hay otros que disfrutan del ambiente festivo del mismo.
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“Hay gente que no está contenta porque no les gusta la bulla. Pero el movimiento ahí es mucho por los partidos de Junior y Colombia que se transmiten. (...) Entonces hay quienes están de acuerdo y otros que no con la demolición”, detalló Johan Luna Atahona.


