Ante la falta de oxígeno en el agua, el pez, muy inquieto, se dirige a la superficie en busca de este; sin embargo, el cambio de clima que se genera en dicho lugar asevera su agonía y empieza a dar vueltas en medio de la desesperación. Luego de cinco minutos de aletear intensamente para sobrevivir, su cuerpo queda suspendido hasta llegar a la orilla.
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De esta escena fueron testigos el pescador deportivo Héctor Ramos junto a Ricardo Ruiz y su hijo, quienes habían salido desde muy temprano a unas clases de pesca a la ciénaga Los Manatíes, cerca de la playa de Punta Roca, en Puerto Colombia.
Lo cierto es que el amanecer del pasado domingo los sorprendió con una panorámica devastadora en la que observaron no a uno, sino a cientos de peces de todo tipo dar sus últimos “suspiros” de vida.

La noticia se propagó con rapidez entre la comunidad pesquera de la zona y, en cuestión de minutos, muchos llegaron con canoa y atarraya en mano, y extrajeron sacos enteros.
“En ese momento se llamó a la gran cantidad de pescadores que había, para que aprovecharan, porque los peces estaban muriendo y saliendo de la ciénaga. Estaban agonizando, saltando en la orilla y, de un momento a otro, empezaron a salir masivamente. A los 10 o 15 minutos ya se veía una gran cantidad de peces muertos en las orillas de la ciénaga”, contó Ricardo Ruiz, integrante de la Corporación Veeduría pro Sabanilla.
Héctor, Ricardo y sus hijos lograron recoger alrededor de 300 peces. Incluso, relataron que en el área de Sabanilla, los iban regalando a los transeúntes debido a la cantidad que había.
No es la primera mortandad
Héctor Ramos es pescador deportivo de la zona desde hace cuatro años y afirmó a esta casa editorial que esta no es la primera vez que se reporta una mortandad de peces en la ciénaga.
Según el hombre, se trataría de la tercera ocasión que enfrentan esta problemática.

“Da tristeza ver lo que está pasando. Ver la situación de la ciénaga es muy doloroso. Es hora de que se tomen cartas en el asunto, porque los peces se nos están acabando. La comunidad, por ahora, está contenta porque están cogiendo bastante, pero más adelante se van a sentir tristes, porque saldrán a pescar y no encontrarán nada”, expresó.
Detonante de la situación
Ayari Rojano, bióloga de la Corporación Autónoma Regional del Atlántico (CRA), aseguró que la coyuntura pudo haberse dado debido a la transportación de materia orgánica que propició las lluvias del pasado sábado.
Recalcó que la ciénaga Los Manatíes se encuentra ubicada muy cerca de la desembocadura del arroyo León, el cual pudo haber traído dicha agua cargada de residuos.
“Esa materia orgánica, al degradarse, reduce el oxígeno disponible y, por eso, los peces que quedaron allí, en la ciénaga Los Manatíes, murieron”, explicó la experta a EL HERALDO.

En ese orden de ideas, la reducción de oxígeno en el humedal habría ocasionado la muerte de cientos de animales marítimos.
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“La falta de oxígeno se produce por la acción de dicha materia y por los procesos de descomposición que ocurren dentro de la ciénaga. Es en esas condiciones cuando suelen presentarse las mortandades de peces”, agregó.
Finalmente, Rojano notificó que desde la corporación iniciarán un proceso de reglamentación del arroyo León en materia de vertimientos con el objetivo de medir los aportes que realizan las diferentes empresas y los operadores del arroyo.
Una cuerpo de agua que se degrada
De acuerdo con los habitantes, la razón por la cual se registró nuevamente una mortandad de peces fue por el deterioro de la ciénaga desde hace tres años, “esto posiblemente por una obstrucción del arroyo León y de los afluentes de agua dulce que entraban a la ciénaga Los Manatíes, los cuales ya no están ingresando. Eso está causando la muerte progresiva del sistema de manglares”, mencionó Ruiz.

Y añadió: “Entonces, a medida que los manglares se van muriendo, el agua cambia su densidad y oxigenación. El agua se empieza a volver más salada porque solamente recibe aporte del mar, lo que genera falta de oxígeno”.