Sus rasgos y rastros no se pierden. Las mujeres indígenas mokaná del Atlántico continúan en la lucha por salvaguardar las costumbres y legados que obtuvieron de sus ancestros y buscan dejar en sus descendientes.
Política, cultura y trabajos sociales son algunos de los escenarios que poco a poco se han ido tomando con el fin de visibilizar su labor y los procesos que se vienen adelantando dentro de esta población que está dispersa en los diferentes municipios del departamento.
La casa de María Antonia Martínez, ubicada en Tubará, es el lugar de encuentro de artesanas que trabajan el totumo y tejido para canalizar energías y generar ingresos que les permitan llevar el sustento a sus hogares.
'Yo comencé a reunir a los artesanos en mi casa, realizábamos nuestro trabajo, pero no teníamos una identidad definida. Por eso comencé a buscar mis orígenes, de dónde venía y me reconocí como una auténtica mokaná. Eso cambió todo', contó Martínez.
Desde ese momento, la cosmovisión de su etnia se apropió e inició procesos de formación con más de 10 mujeres del municipio y un semillero para generar en los niños el interés hacia las labores artesanales y ancestrales.
'Comencé a empoderarme y trabajar para que la cultura de mis antepasados no muera en Tubará. Pienso que la figura de la mujer es importante porque nuestra mayor responsabilidad es enseñar a los demás lo que nos fue heredado', aseveró.
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Cuidar la madre tierra
Para esta comunidad el centro de la vida es la tierra, puesto que en ella está el origen de todo lo que existe. Por ella son y en ella quedarán.
Marlene Chávez es una lideresa mokaná del corregimiento de Paluato, en Galapa, que se dedica a la preservación del medioambiente a través de las mariposas.
Ella, en compañía de más de 30 mujeres, mantiene un mariposario en el que se encuentran especies endémicas de la zona y migratorias. Además, realiza ecoturismo con el fin de enseñarle a la comunidad la importancia que tiene este insecto lepidóptero.
'Vivimos en un territorio ancestral virgen y este proyecto nació con el objetivo de mejorar la calidad de vida de las mujeres de Guaimaral y Paluato a través de la cría de mariposas y a su vez generar más conciencia sobre el ambiente', manifestó.
Para ella la figura de la mujer indígena es importante en el Atlántico para los procesos de apropiación y amor hacia 'la madre tierra' que posteriormente es enseñado a su descendencia.
'Este lugar se llena de mujeres mokaná que reciben capacitación sobre plantas medicinales y educación ambiental', afirmó.
Este mariposario, al que quiso llamar Butterfly Caribe, también es elegido por turistas para realizar labores investigativas y de recreación en torno al cuidado de esta especie.
'Nosotros tenemos identificadas alrededor de 120 especies aquí, las personas vienen y aprenden sobre el ciclo de vida de ellas y su importancia dentro del ecosistema. Para mí ser una mujer mokaná es pertenecer a la naturaleza, es vida', aseguró.
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Espiritualidad
La conexión con quienes estuvieron antes que ella es uno de los aspectos que llevaron a Yajaira del Toro a ser la mayora –líder en su comunidad– del Atlántico, aunque pertenezca al municipio de Malambo.
En la Casa Mokaná de este municipio, ella es la encargada de convocar a las mujeres para enseñarles lo que ha aprendido con propósito de que no muera su legado ancestral y puedan continuar decidiendo qué rumbo desean tomar en sus vidas.
'Nuestras mujeres siempre han tenido la posibilidad de escoger su futuro: si desean procrear o ser guerreras. De nosotras está la medicina, las plantas hacen parte de nuestra esencia y desde el fuego se va construyendo la palabra dulce', explicó.
Lo último hace referencia a la palabra, asegurando que al indígena no le gusta la mentira y para ellos este aspecto es considerado como un compromiso inquebrantable.'Para nosotros eso es lo más sagrado porque así como hiere, sana; como alimenta, desnutre el espíritu. La palabra daña y construye, por eso es tan importante', expresó.
Indicó además que ser una mujer mokaná simboliza la fuerza de sus ancestros, llevar en los hombros un gran legado.
'En los diferentes cabildos tenemos jóvenes elegidas como doncellas, es decir, mujeres de la sabiduría. Esto se hace en memoria de todas las mujeres que decidieron ser guerreras y defensoras de nuestros derechos', dijo.
Según el cabildo de Malambo, en el Atlántico hay alrededor de 30 mil indígenas mokanás que en su mayoría son mujeres.
'La mujer indígena ha dejado muchas huellas importantes como resistir ante la invisibilidad de un Estado que nos tenía marginados. Esto lo hacemos mostrando nuestras costumbres, no perdiendo nuestra esencia y dándole la importancia que tiene nuestra cultura en el origen de estos territorios', reafirmó.
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Deuda social
De acuerdo con el historiador y docente de la Universidad del Atlántico Alejandro Blanco, las ciencias sociales en su conjunto tienen una 'enorme deuda' en lo referente al estudio del papel de las mujeres indígenas en el Atlántico.
'Hay evidencia histórica y antropológica que señala que en el pueblo mokaná la mujer era el pilar de la preservación de las tradiciones y costumbres, que en la actualidad son claves para comprender el origen y el poblamiento de lo que hoy se conoce como Atlántico', expresó.
Por su parte, la gobernadora del cabildo Káamash-Hu de Barranquilla, Noira Pérez, indicó que 'el desarrollo del Atlántico en materia social y cultural es de gran importancia porque hace 30 años no se hablaba de las mujeres de esta etnia, y hoy se nos conoce como las personas que están dirigiendo cabildos y llevando ese conocimiento a los jóvenes'.
Señaló que se han venido realizando trabajos para generar identidad en niños y adolescentes para fortalecer la identidad. 'En Barranquilla ya nos están viendo los entes gubernamentales, eso es un gran logro. Al final del camino todos somos una gran familia y esto nos hace más fuertes ante las dificultades que se nos puedan presentar más adelante'.
'Nua etee Ayurrumma Ka amaakashara' (Yo soy mujer, vengo de la madre tierra).
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Su rastro en la historia de los mokanás
La filósofa y escritora Clara Valencia se inspiró en la mujer indígena mokaná para escribir un libro en el que menciona las razones por las cuales está figura es de gran importancia en el desarrollo de su etnia y el entorno.
'Yo quería encontrar un rastro de los mokanás en el Caribe colombiano y me encontré que la respuesta es la mujer, dada la importancia que tuvo para esta etnia', explicó.
Señaló además que en las piedras pintadas con petroglifos priman las figuras femeninas. Esto también se ve en las excavaciones que han realizado, entonces podríamos estar hablando de un matriarcado porque prácticamente no aparecen figuras masculinas o muy pocas.
'El encuentro de este matriarcado en los mokanás es muy importante ya que habría que ver de qué manera podemos traer esto a un presente y sea una forma de fortalecer a la mujer en la actualidad, ya que hoy las mujeres recuerdan esto como una memoria, pero solo lo plasman en las artesanías', sostuvo.
En el libro escrito por Valencia se afirma que la mayoría de las mujeres de estas etnias son emprendedoras, manejan las finanzas de su hogar, tienen pequeñas empresas y lideran la producción artesanal.
'Los hombres generalmente realizan actividades accesorias porque su esposa es quien tiene el manejo total de lo que sucede en la casa, ellos han terminado teniendo un papel funcional, más no determinante. Es necesario comunicar a las personas la importancia que tuvo y tiene la mujer mokaná para traer eso a la actualidad', puntualizó.
