En el kilómetro 14 de la vía a Barú, a 40 minutos del Centro histórico de Cartagena, se construye desde hace nueve años el que será el aviario más grande de Colombia, el segundo de Latinoamérica y el séptimo del mundo.
A menos de un mes de abrir sus puertas al público, se observan imponentes en cuatro de las siete hectáreas de tierras destinadas para este proyecto, los cinco hábitats naturales que han sido construidos con las medidas necesarias para albergar a cerca de 153 especies de aves endémicas de Colombia.
Serán 1.800 aves, entre guacamayos, loros, ibis, patos, flamingos, la águila arpía, gallinazos, pisingos, cisnes de cuello negro y hasta el emblemático cóndor de los Andes, quienes le darán vida a un aviario que ya empieza a posar los ojos del país y el mundo sobre sí.
Esta reserva natural, que será llamada Aviario Nacional de Colombia, ya es una realidad. Y según una de sus gestoras, Alba Lucía Gómez, el objetivo del que será el nuevo atractivo ecoturístico de la Costa Caribe colombiana, es contribuir a la recuperación de la avifauna de nuestro país.
'El aviario tiene un compromiso grande con el tema de reproducción y repoblación. Por eso tenemos tres proyectos para lograr la reproducción de tres de las especies más amenazadas en la actualidad, que son el paujil de picó de azul, con los que ya logramos resultados, y ahora estamos trabajando en dos de nuestros más grandes retos que son el águila arpía y el cóndor de los Andes', explicó Gómez, quien es además la gerente del aviario.
Construido con corazón
Pero sin duda el 'alma' de este proyecto es Rafael Vieira, afirman los integrantes de la Fundación Aviario de Colombia. Para ellos, este barranquillero y creador del reconocido Oceanario de las Islas del Rosario, dio junto a su hijo Martín Pescador Vieira y su familia, los primeros pasos para que hoy en día esta ambiciosa propuesta ecológica fuera una realidad.
'Este es el sueño de Rafael, que desde niño ha sido un apasionado de los animales y especialmente de las aves. Tanto así que en su casa de las Islas del Rosario les adecuó el hábitat para que vivieran allí. Y ahora estas aves pasaron al aviario', relató Gómez.
Además de su función investigativa y ecoturística, el aviario está diseñado para abrir sus puertas a estudiantes, quienes podrán conocer de primera mano los proyectos y los procesos de reproducción que desde ya se adelantan con cada una de estas aves, y cuyos avances ya están siendo registrados por importantes revistas científicas de talla internacional.
Senderos para recorrer
El nuevo y más grande Aviario de Colombia está diseñado para que los visitantes lo recorran de manera unidireccional, siguiendo el sendero delimitado y que interconecta a cada una de las exhibiciones de aves.
El tiempo estimado para la realización total del recorrido es de aproximadamente dos horas y media, siguiendo un paso moderado entre exhibiciones, presentación de aves al vuelo, hidratación y hasta compra de souvenires.
Para la gerente Gómez, esta reserva natural será un complemento importante para el ecosistema en el ‘Corralito de Piedra’, y además ampliará en gran medida la oferta turística del territorio.
'Este es un proyecto ecoturístico diferente, que esperamos cautive y enamore no solo a los visitantes, sino principalmente a los cartageneros', precisó Gómez.
Hasta el momento no se ha sido oficializado el día en el que el Aviario Nacional de Colombia será abierto al público, pero se prevé que será a finales de este mes.
El cóndor
El ave insignia, en vía de extinción. Aunque Colombia está catalogado como el país que más especies de aves alberga en el mundo, de su ave insignia, el cóndor, solo quedan 180 ejemplares en el país, según cifras del Ministerio de Medio Ambiente.
Por esta razón, a través del Programa Nacional de Cría del Cóndor, esta entidad gubernamental y la Asociación Colombiana de Parques Zoológicos, Acuarios y Afines, gestionó y recibió en noviembre la donación de tres parejas de cóndores andinos, Vultur gryphus, de entre uno y nueve años de edad. Estos ejemplares procedentes del Centro de Rescate de la Unión de Ornitólogos, fueron cedidos por el gobierno chileno.
Esta acción se realizó una vez fue diseñado y construido el hábitat ideal para esta especie, que desde ahora se prepara, con la ayuda de las organizaciones ambientales, para luchar por supervivencia en tierra colombiana.