Hace 365 días el mundo de las redes sociales vivió un suceso que partió en dos la historia de una de las plataformas más populares: después de meses de negociaciones y un proceso legal, Elon Musk se hacía amo y señor de Twitter.
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Fueron 44 mil millones de dólares, la suma que pagó el magnate sudafricano. Y aunque en ese momento no se sabía cuál era el rumbo que tomaría la red social del pajarito a un año de ese momento se han divisado algunas luces y sombras de lo que significó su llegada.
Quizá la más notoria y que más impacto ha causado es que el también dueño de Tesla un día cualquiera decidió sacar unas tijeras y cortarle las alas al pajarito azul. La famosa ave que acompañó durante 11 años la red social fue reemplazada por una X, en uno de los cambios por posicionar su X Corp, su empresa de tecnología.
Al respecto del cambio de nombre Diego Páramo, experto en redes sociales, explicó que al ser adquirida por X Corp (empresa de Elon Musk) y que todo está relacionado con esa letra 'es más como la posibilidad de empezar a crear y a construir esa aplicación del todo'.
'El rebranding refleja una nueva visión para la plataforma bajo una nueva administración, era algo arriesgado perder una marca tan fuerte como Twitter, pero en el contexto de lo que está pensando Musk hacia adelante, en realidad pues no tenía mucho sentido mantener el nombre de Twitter'.
Entre cambios y recortes
La unión entre Musk y Twitter se puede resumir en una serie de enormes recortes: en torno al 90 % de su valor, el 80 % de su plantilla, el 50 % de sus ingresos publicitarios y, por supuesto, su nombre.
El pasado julio, Musk dijo que X tenía 'flujo de caja negativo debido a una caída del 50 % en ingresos de la publicidad y una fuerte carga de deuda', según una conversación con una usuaria, y según datos de Reuters, esos ingresos en EE. UU. han bajado cada mes desde la compra del empresario.
Los anunciantes son conscientes de las salidas de los ejecutivos que moderaban los contenidos, tarea ahora relegada en buena parte a las 'notas comunitarias', unos mensajes complementarios que aparecen en publicaciones virales y en los que los propios usuarios aportan matizaciones y contexto.
Es uno de los numerosos cambios en la plataforma, aunque el más polémico fue Twitter Blue, rebautizado X Premium, un intento de diversificar los ingresos mediante un modelo de suscripción que permite a cualquiera comprar el símbolo de verificación antes vinculado a fiabilidad e interés público, entre otras cosas.
X Premium cuenta con cerca de 828.000 suscriptores -según datos del investigador Travis Brown analizados en agosto por el medio especializado Mashable-, es decir, en torno al 0,15 % de los 550 millones de usuarios mensuales que Musk dice que tiene la red social.
El experto en redes sociales y CEO de Pulse AI, Diego Páramo, explicó a EL HERALDO que los cambios que ha tenido X y las salidas en falso de Elon Musk han beneficiado de cierta manera a sus competidores al nivel que Meta lanzó Threads, su competencia directa.
'Muchos de los errores que se han cometido en X han hecho que eso de alguna manera ayude a otras plataformas. Por ejemplo, las plataformas como Mastodon, Reddit, Discord han venido apalancándose en esos errores como el Twitter Blue. En general lo que yo veo es que efectivamente sí se ha dado una evolución interesante en la competencia, esto ha impulsado muchas innovaciones, de cómo se están redefiniendo muchas de las formas en las que los usuarios hoy interactúan y consumen contenido en redes sociales'.
Noticias falsas un punto clave
A principios de octubre, la guerra entre Israel y Hamás se convirtió en la primera prueba real de cómo X maneja ahora los acontecimientos noticiosos de última hora.
Tras el ataque de Hamás contra Israel, muchos perfiles Premium -cuyas cuentas tienen una marca verificada y obtienen una mayor participación por su pago- publicaron un comunicado falso de la Casa Blanca que afirmaba que el gobierno de Estados Unidos estaba a punto de enviar 8 mil millones de dólares en ayuda a Israel.
Además, publicaron vídeos de otros conflictos -en algunos casos hasta sacados de videojuegos- que presentaron como imágenes del conflicto actual entre Israel y Gaza, según un rastreador de Media Matters.
Ante esta situación, la Comisión Europea anunció que está investigando si X cumple con la legislación europea de servicios digitales tras recibir 'indicios' sobre una 'supuesta difusión de contenidos ilegales y desinformación, en particular la difusión de contenidos terroristas y violentos y la incitación al odio'.


