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Desde los 9 años de edad, María Alexandra Arévalo Barrero llegó a Barranquilla para quedarse. En la capital atlanticense, donde ha vivido por más de cuatro décadas, descubrió su amor por el arte y lo ha logrado perfeccionar, al punto de haber sido protagonista de la exposición de arte contemporáneo Latinoaméricano que recién se cumplió en la Universidad Sorbonne Panthéon de París.

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Esta propuesta de carácter inédito exploró el movimiento Realismo Mágico en la pintura y estableció un vínculo con los Juegos Olímpicos, destacando la conexión entre la imaginación ilimitada del realismo mágico y el espíritu de superación, esperanza y excelencia de los atletas olímpicos.

María Alexandra en su diálogo con EL HERALDO explicó que su conexión con el arte ocurrió luego de que una tía que le regaló su primera caja de colores. Luego en los colegios que estuvo, muy completos en el tema artístico, le enseñaron técnicas como el carboncillo y el manejo del papel.

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“Yo terminé estudiando odontología y eso también tiene un poquito de arte porque pintas en cera y pues tratas de mimetizar la naturaleza. Siempre me han gustado mucho las ferias de arte, apoyar a artistas jóvenes, en la época que estaba en la universidad me gustaba ir a ver los artistas de la facultad de arte y de arquitectura, pero recientemente, a mis casi 50, empecé a hacer mis propias obras”.

En un principio solo las tuvo colgadas en su casa, hasta que algunos conocidos tras ver su talento la animaron a mostrar sus obras al mundo. De esta manera, creó sus dos colecciones, las cuales expuso en Elsa Piñeres Galería, que se convirtió en su espacio natural.

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“Ahora estoy en Francia, pero me hice a pulso desde Barranquilla con el respaldo de Elsa Piñeres que me abrió sus puertas, allí tengo varios coleccionistas de mi arte. Barranquilla es todo para mí, ahí me críe y quizá su ambiente festivo me forjó un carácter simpático”, afirmó la artista.

Su propuesta

Arévalo Barrero se sumó a esta iniciativa con la obra titulada ‘Poporo Olímpico’, haciendo referencia a un poporo kogui que por efectos de la meditación se convierte en la llama olímpica que aparece en medio de la Torre Eiffel y los jardines de Andre Le Nôtre del Chatêau de Chantilly.

En el cuadro también se aprecian mujeres “aves” llevando esa fuerza de la natación artística a otro nivel, todo este simbolismo crea la unión en el tiempo de pueblos ancestrales y la celebración máxima del deporte; en París ‘Ciudad de la luz’, una fantasía convertida en realidad.

“Todos los escritos de Gabriel García Márquez me inspiraron mucho; entonces, saqué cuáles eran los elementos esenciales del Realismo Mágico y traté de plasmarlos en mi cuadro. El Realismo Mágico permite que la fantasía se haga realidad; entonces, en mi cuadro reflejé que Colombia ha tenido muy buenas nadadoras artísticas, del nadado sincronizado; entonces, yo dije: ‘estas mujeres se vuelven aves porque tienen tanta fuerza en su interior y cuando salen de esa piscina pareciera que volaran, eso es sin dudas Realismo Mágico”, explicó la artista.

“Me gusta la literatura, me gusta el arte, yo trabajo con papel, y entonces el papel me pone ciertos límites, pero trato de hacerlo tridimensional. A mí lo que me gusta es contar historias a través del arte”, agregó.

Inspirada en la naturaleza

Esta hija adoptiva de Barranquilla explicó que desde pequeña su papá la llevaba a visitar yacimientos arqueológicos, entre estos San Agustín en Pitalito, Huila, y la Sierra Nevada de Santa Marta, donde tuvo un encuentro mágico con un mamo y presenció cómo usaba un poporo para meditar. Ahora tras surgir la idea de participar en esta exposición que mezcla el Realismo Mágico y los Juegos Olímpicos, se le ocurrió que el poporo se convierta en una llama olímpica. “Esa mezcla entre nuestra cultura y la cultura de los Juegos Olímpicos, se convierte en ‘Poporo olímpico’ (nombre de su propuesta), que es complementada con la fuerza interior de las nadadoras, los anillos olímpicos, la torre Eiffel y los jardines Chantilly. Esto es algo que en la vida real no ocurre, pero sí en el arte. Es por eso que combino el Realismo Mágico y los Juegos Olímpicos en mi obra”.

Arévalo detalló que esta exposición formó parte de la conmemoración de los 50 años del fallecimiento del guatemalteco Miguel Ángel Asturias, ganador del Premio Nobel de Literatura en 1967 y creador del Realismo Mágico. Además de los 10 años del fallecimiento del colombiano Gabriel García Márquez, ganador también del Premio Nobel.

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