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Valiente, sensible, guerrera y costeña hasta los huesos, así se muestra la actriz barranquillera Luly Bossa en la décima edición de MasterChef Celebrity, uno de los realities más vistos por las familias colombianas.

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Esta intérprete de ascendencia italiana, que ha participado en telenovelas como Azúcar, El Zorro: la espada y la rosa, Isabel me la veló, Tiempos difíciles, La teacher de inglés, entre muchas otras detalla que meterse de lleno en el mundo culinario obliga a manejar las emociones y el tiempo. “No se imaginan la presión tan brava que representa estar frente a los fogones para hacer alta cocina”.

En entrevista con EL HERALDO, Bossa habló sin filtros sobre su decisión de participar en el programa, su pasión por la cocina caribeña y el profundo vínculo emocional que este reto le ha permitido mantener con su hijo Ángelo, quien falleció hace un año tras una dura batalla contra la distrofia muscular de Duchenne, una enfermedad genética que provoca debilidad muscular progresiva.

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La partida de Ángelo fue un hecho que no solo sacudió a Luly y su familia, sino a sus más leales fans y a todo un país que le ha reconocido toda la entrega y sacrificio que hizo por este joven con el que a través de sus redes sociales compartía su cotidianidad.

“No aceptaba antes la invitación al reality porque no podía imaginar que alguien más cuidara de Ángelo. Ya me lo habían propuesto varias veces, incluso también para La Casa de los Famosos, pero sentí que ahora era el momento de salirme de la zona de confort, de hacer algo distinto y de conectar con la gente a través de otra faceta mía, porque este concurso es una buena vitrina, ya que es seguido por muchas familias que lo disfrutan al máximo”, confesó.

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Con sabor Caribe

Aunque no tuvo mayor preparación previa –“apenas tuve dos semanas y fui a donde Harry’s Sasson, pero cocinar es otra cosa”–, Luly se lanzó al agua con la convicción de que cada plato podía ser una forma de honrar sus raíces y sus memorias.

“Mi cocina está cargada de la esencia Caribe, yo nací en Barranquilla, pero me crié en Cartagena, así que a mí la costeñidad no se me ha quitado, de hecho pienso que con los años uno debe volver a sus raíces. En mi cocina siempre hay mote de queso, sancocho de costilla y patacones. Cosas que nos representan a nosotros como costeños”, relató con orgullo.

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Detrás de cada preparación, la actriz siente una conexión espiritual que la acompaña en medio de la exigencia y la presión del reality, esa que se siente como una verdadera olla cuando está a punto de pitar. “Hice un plato en homenaje a Ángelo, me salió sin haberlo practicado, pero le puse el corazón. Él amaba la lechona, los frijoles, y se le ponían los ojos en blanco con el mote de queso. Mi hijo siempre está conmigo, puedo decir que la cocina me conecta con Ángelo”, dijo con emoción.

JEISS0N GUTIERREZ EL HERALDO

Un duro accidente

Además de los retos culinarios, Luly de 61 años de edad, enfrentó una dolorosa experiencia durante las grabaciones en Puerto Colombia, cuando sufrió un accidente con un procesador que casi le cuesta un dedo. “Fue durísimo, quemaduras, dolor, me cosieron sin anestesia en condiciones precarias, pero gracias a Dios no perdí el dedo, si he perdido la sensibilidad, pero gracias a Dios tengo mi dedo”, recuerda.

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Para ella, la cocina no ha sido necesariamente un espacio de sanación, pero sí un espejo donde puede mirarse sin máscaras. “La sanidad es un ejercicio diario, yo oro, entreno, escribo y visualizo. La cocina más bien te reta, te saca de tus casillas, te prueba, pero también me ha hecho más fuerte, me ha dado una coraza energética”.

En un entorno donde la competencia y las emociones están al límite, Luly ha preferido ser aliada, no rival. “Yo sirvo, si otro trae la receta, yo corro, pico y ayudo. Me la paso corriendo por esa cocina, porque los espacios son enormes”, dice entre risas.

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Y aunque reconoce que MasterChef Celebrity puede ser una vitrina para mantenerse vigente, no le interesa el espectáculo vacío. “La gente va a ver lo que soy: fuerza, humor, resiliencia, sin caretas. La vida ya es bastante jodida como para no reírse un poco”, expresa.

A la par de su participación en el programa, Luly prepara el estreno de un monólogo en el que interpreta cinco personajes. Su carrera sigue firme, pero su lado más humano y cercanía con el público son lo que más la ha conectado con Colombia.

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“El cariño de la gente ha sido increíble, siempre he sido cercana a la gente, incluso cuando estaba con Ángelo. Yo creo que lo que más inspira es no rendirse, no dejarse vencer, y si algo me define es que para mí, siempre, ‘para adelante es para allá’ como decimos en la costa”.