Hay varios métodos para organizar las finanzas personales, pero uno de ellos que ha ganado más popularidad es la regla del 50/30/20, que incluso ha sido utilizado por reconocidos líderes tecnológicos como Bill Gates y Mark Zuckerberg.
Este es un método de administración financiera que permite cuidar su dinero, y se caracteriza por su simplicidad y eficacia.
Lo primordial de esta técnica es dividir el ingreso neto mensual en tres categorías de gastos, representando con un porcentaje del total: necesidades 50%, deseos 30% y ahorros o deudas 20%.
Debe identificar las necesidades, estas incluyen todos aquellos gastos indispensables para la vida cotidiana y el bienestar básico.
Así como el alquiler o la hipoteca de la vivienda, servicios básicos como agua, electricidad y gas, alimentos, transporte y seguros. También pueden considerarse dentro de esta categoría los gastos de salud y las cuotas de préstamos educativos.
Es importante que identifique qué es una necesidad o un deseo para usted.
Los deseos comprenden aquellos gastos que, aunque no son esenciales, contribuyen a su satisfacción y calidad de vida.
Incluyen las salidas a comer, suscripciones a servicios de streaming, vacaciones, compras de ropa no esencial, entre otros.
Es importante recalcar que lo que para una persona puede ser un deseo, para otra puede ser una necesidad, dependiendo de sus circunstancias particulares y su estilo de vida.
Teniendo ocupado el 50% y el 30%, disponemos de un 20% para futuros objetivos financieros, como la compra de una vivienda, la educación de los hijos o la jubilación.
También debe incluir el pago de préstamos personales, deudas de tarjetas de crédito y otros tipos de créditos no esenciales.
El primer paso es determinar el ingreso neto mensual, es decir, el monto recibido después de impuestos y otras deducciones.
A partir de allí, se dividen los gastos en las tres categorías mencionadas, ajustando según sea necesario para adherirse a los porcentajes establecidos.
Por eso, adoptar esta regla puede ser el primer paso hacia la independencia financiera.
