Bajo la lluvia y con música despidieron a Lisandro Meza

Bajo los acordes de su música y la lluvia que apareció tras una fuerte temperatura fue despedido la tarde de ayer el juglar sabanero Lisandro Meza Márquez.

La bodega situada frente a su casa del barrio El Progreso, en el municipio de Los Palmitos, sirvió de tarima para que los músicos empezaran el homenaje 90 minutos antes de que el féretro partiera hacia la Iglesia

Santa Rosa de Lima, en el centro de esta población de los Montes de María, donde varios sacerdotes concelebraron la misa por su eterno descanso.

Las voces de Carlos Pérez Pérez, Kay Piedrahita, Luis Voza y Beto Martínez, entonaron las composiciones musicales que ahora inmortalizan a Lisandro Meza, mientras que los reyes sabaneros del acordeón Fredy Sierra y Felipe Paternina hicieron lo propio con el instrumento, al igual que César Ochoa y Rafael Pérez Silva.

El saxofón y con un gran sentimiento lo ejecutó Luis Rodríguez, quien por más de 11 años estuvo de correrías musicales por el mundo con Lisandro Meza.

Luis Voza, yerno de Lisandro y que también hizo parte de su agrupación, le rindió homenaje interpretando una de las canciones que más gustó a nivel internacional como lo es Baracunatana.

La lluvia no detuvo el homenaje, por el contrario las voces y los instrumentos se escucharon con más fuerza en la despedida del también considerado Macho de América.

Los vecinos, amigos y amantes de la música de Lisandro lo acompañaron con aplausos y vitoreos en su honor, al tiempo que sus hijos lloraban desconsolados al pie del ataúd del hombre que no solo les dio la vida sino que puso a la cumbia y a otros géneros musicales en los sitiales más altos del mundo.

Luz Domínguez, la esposa de Lisandro y a quien él siempre llamó como La Niña Luz entró en llanto a la hora de llevarlo hasta su última morada.

Y no era para menos, estuvo a su lado por espacio de 66 años, dos menos que los que tuvo su carrera musical.

Pese a ese dolor profundo esta mujer, esa que fue alcaldesa de Los Palmitos, se siente orgullosa de haber compartido tantos años al lado de un gran hombre, gran padre, gran esposo, gran hijo y gran todo.

Se consuela al saber que con la música del padre de sus hijos se alegraron tantos corazones, en especial en esta temporada de Navidad, justo cuando él se ha ido a sus 86 años por cuenta de quebrantos de salud.

A las 5:00 de la tarde, después de la ceremonia religiosa oficiada por el sacerdote Laureano Ordosgoitia, amigo de la familia y quien fue párroco en Los Palmitos, Lisandro fue llevado hasta su última morada al son de música tanto en vivo como amplificada, del repicar de campanas y de los pitos de motocicletas y carros.

Ante su partida, La Niña Luz, el gran amor del maestro, no puede evitar el dolor por ese vacío, pero a su vez le agradece a Dios el haberle permitido estar juntos y compartir buenos momentos.

'Fue un gran hombre, esposo, un gran padre, un gran hijo, fue grande en todo y le doy gracias a Dios por ayudarme a conservar este matrimonio porque no es fácil estar al lado de un artista'.

Para ella Lisandro Meza, el también Macho de América, era todo en su vida, y ahora le quedan de compañía sus canciones y un legado vivo de sus hijos y nietos que han seguido con la música.

'Me siento feliz con lo que él hizo, música para alegrar el mundo', dice la mujer que también lo acompañó en sus correrías.

Además, le agradeció a Dios que siempre cuidó de él, el hombre que la enamoró en una fiesta popular de la que ella era organizadora y para ese entonces las llamaban procuradoras.