Las tradicionales danzas que representan el folclor típico de la Región Caribe volvieron con mucho brillo y con gran sincronía este domingo en la Gran Parada de Tradición del Carnaval de Barranquilla.
Las participantes se llevaron los aplausos de los presentes, tanto locales como extranjeros, después del receso obligado por el covid.
Precisamente bajo ese sol inclemente de la ciudad se hizo presente la danza del Congo Grande de Barranquilla que se convirtió en un río humano que mostró el color, folclor y la música en su esencia más tradicional.
Coloridos y creativos caminaron la Vía 40 cautivando a los espectadores. Esta danza formó parte del dossier que dio lugar a que el Carnaval fuese declarado por la Unesco en 2003 como Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad.
Fundada en 1875, el Congo Grande de Barranquilla ha representado al Carnaval en China, España, Estados Unidos, Canadá, y países de centro y sur de América. En algunos pueblos de la costa Caribe también se les suele ver en festivales y reinados.
Asimismo, la danza del Torito Ribeño hizo su entrada al evento que evidencia la cultura propia de los carnavaleros.
'Es una emoción indescriptible. Hoy volvemos a esta Vía 40 y volvemos a soñar y a traer la tradición. Estamos felices de ser una danza que se recuerda con cariño. El público aplaudiendo es nuestra recompensa', dijo Paula Pinto, sobrina del director de la danza Torito Ribeño.
Esta danza fue creada en 1878 y desfila desde ese entonces en el segundo día de la fiesta más importante del país.
A su vez, las Farotas de Talaigua y Los Coyongos alegraron a la gente luego de su paso por todo el tramo de la Vía 40.
Cada año, las Farotas de Talaigua llaman la atención de los espectadores por ser ejecutada por hombres con vestimentas femeninas que representan a la leyenda de los guerreros farotos que se vengaron por los ataques contra sus mujeres.
'Es una emoción completa porque como danza guerrera mostramos esa resiliencia que estamos viviendo. Con orgullo todos nuestros integrantes desfilamos en un evento donde la tradición alza la voz. Son 37 años mostrando de qué estamos hechos y aquí seguimos en este Carnaval de la esperanza', expresó Mónica Ospino, líder de la danza, en diálogo con EL HERALDO.
Por otra parte, la danza de Los Coyongos lució sus trajes representando a las aves de las zonas ribereñas cazadoras de peces.
'Son 44 años desfilando por estas calles de mi querida ciudad. Venimos muy felices porque ya es mucho tiempo los que llevamos en este evento. Somos una danza patrimonial, es un verdadero orgullo para mí ver reflejado todo nuestro esfuerzo' Mencionó Baltasar Sosa, fundador de la danza y rey Momo del Carnaval de Barranquilla en el 2012.
Forrado en tela de colores con pequeñas alas en ambos lados, la estructura lleva en la parte superior la cabeza del ave con un pico de madera, que produce un sonido típico que lleva el ritmo de la música y marca clac-clac del baile.




















