4 millones de niños y niñas tienen sobrepeso en América Latina y el Caribe
En el Día Mundial de la Obesidad y su importancia de prevenirla, UNICEF visibiliza la problemática de esta enfermedad en la población infantil del país.
Cada 4 de marzo se celebra el Día Mundial de la Obesidad con el fin de aumentar la consciencia, fomentar la educación, mejorar las políticas públicas y compartir experiencias en torno a esta enfermedad.
Y es que esta condición afecta a más de 650 millones de adultos en el mundo. En total 1.9 billones de personas viven con exceso de peso a nivel global. De acuerdo con la OMS, en 2022 la obesidad alcanzó proporciones epidémicas en algunas regiones del mundo y, según el World Obesity Atlas 2022 -publicado por la Federación Mundial de Obesidad-, para 2030 alrededor de mil millones de personas (1 de cada 5 mujeres y 1 de cada 7 hombres) a nivel global vivirán con obesidad.
En Colombia existe una prevalencia en adultos de 18 a 64 años con sobrepeso de 37,7 % y obesidad de 18,7 %. Es decir, la prevalencia de personas con exceso de peso en Colombia es del 56,4 %, de manera que se ha convertido en un problema en salud pública en el país.
La obesidad es entendida como una condición multifactorial, que consiste en la acumulación anormal o excesiva de grasa y que puede ser perjudicial para la salud, es uno de los principales factores de riesgo para que las personas desarrollen múltiples enfermedades crónicas, entre las que se incluyen la diabetes, las enfermedades cardiovasculares, la hipertensión y los accidentes cerebrovasculares, así como algunos tipos de cáncer.
De acuerdo con Eder Hernández, médico internista y líder del programa Clínica de Obesidad y Control Metabólico del hospital de la Universidad del Norte, la obesidad no debe ser asociada solo a un número de kilos sino a un aumento de tejido anormal que lleva a complicaciones en la salud.
“Entre sus causas se relaciona una alimentación inadecuada, puede estar relacionado también a una falta de actividad física, pero también hay que mencionar que no siempre la obesidad se debe a que la persona no coma bien o una actividad física porque hay otras condiciones de salud que pueden predisponer a obesidad”.
Cabe destacar que cada caso es individual y al ser una enfermedad multifactorial, el trasfondo en cada persona puede ser diverso: una de las causas del sobrepeso y la obesidad es un desequilibrio energético entre las calorías consumidas y las gastadas; pero existen también factores como la predisposición genética, los antecedentes familiares, el metabolismo más lento, los cambios hormonales o problemas psicológicos que pueden influir en que se desarrollen.
En América Latina y el Caribe se estima que el 7,5 por ciento de los niños y niñas menores de 5 años tiene sobrepeso según la Unicef . Esto representa cerca de 4 millones de niños y niñas. En Colombia, el 24,4% de la población infantil presenta exceso de peso, y el 17,9% de los adolescentes tienen riesgo de obesidad, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Situación Nutricional ENSIN 2015.
La campaña #NutrirLaVida de Unicef, con el apoyo de Novo Nordisk, busca prevenir este tipo de malnutrición infantil dando herramientas a padres, madres y cuidadores para llevar la alimentación sana y la actividad física más allá de un deber, y convertirlas en un espacio de alegría, diversión y unión familiar.
En América Latina y el Caribe 3 de cada 10 niñas, niños y adolescentes, entre los 5 y 19 años, viven con sobrepeso según el informe “El sobrepeso en la niñez. Un llamado para la prevención en América Latina y el Caribe” de la Unicef (2022).
El sobrepeso infantil se refiere a una niña o un niño con demasiado peso para su altura. Esta forma de malnutrición resulta de la ingesta excesiva de comestibles y bebidas ultraprocesados que sobrepasan las necesidades energéticas de esta población.
Uno de los ambientes que desea erradicar Unicef es el obesogénico, un término que fue acuñado en 1999 por el profesor Boyd Swinburn, catedrático de la Universidad de Auckland en Nueva Zelanda, y uno de los mayores expertos en el tema de la obesidad llegando a ser asesor de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Este puede estar condicionado por la suma de varios factores como disponibilidad y consumo de comida rápida, de alimentos ultraprocesados y de bebidas azucaradas, alta exposición a publicidad de este tipo de alimentación en medios de comunicación y redes sociales, sedentarismo, tiempo excesivo frente a las pantallas (celulares, televisión, videojuegos), trastornos de sueño, estrés y hasta barrios con pocos espacios adecuados para la práctica de actividad física.
Según Andrea Palencia, líder territorial de salud y nutrición de Unicef, cambiar las prácticas de alimentación es clave para contribuir a la disminución de esta patología.
“Hay que cambiar esas narrativas que tenemos frente a las prácticas clave como la alimentación saludable y la actividad física y transformar esos escenarios que definitivamente ayuden a nutrir la vida de los niños. Queremos generar mensajes que promuevan la actividad física de la alimentación saludable el consumo de agua y un entorno mucho más saludable para los niños”.
En cuanto al diagnóstico, una de las maneras más sencillas de detección de obesidad es el índice de masa corporal (IMC). Se calcula dividiendo el peso de una persona en kilogramos por el cuadrado de la estatura en metros. Los resultados se clasifican así:
Si su IMC es menos de 18.5, se encuentra dentro del rango de peso insuficiente.
Si su IMC es entre 18.5 y 24.9, se encuentra dentro del rango de peso normal o saludable.
Si su IMC es entre 25.0 y 29.9, se encuentra dentro del rango de sobrepeso.
Si su IMC es 30.0 o superior, se encuentra dentro del rango de obesidad.
Sin embargo, Eder Hernández, médico internista y líder del programa Clínica de Obesidad y Control Metabólico del hospital de la Universidad del Norte, hizo énfasis en que esta herramienta no diagnostica el porcentaje de grasa corporal ni la salud de un individuo. Para determinar si el exceso de peso constituye un riesgo para la salud, un profesional necesitará realizar evaluaciones adicionales.
“Este sería un primer valor a tener en cuenta para hacer algún tipo de clasificación sobre si la persona puede tener sobrepeso o algún tipo de obesidad. Sin embargo, es un valor impreciso que debe ser contextualizado con el corporal porque en el fondo lo que te habla es de riesgo de obesidad, pero no te define dónde está localizada la grasa ni el porcentaje de esa grasa”.
