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En la Fundación Funsodelpo las jóvenes madres reciben asesoría y ayuda. Cortesía
Región Caribe

Cartagena no escapa a la problemática de la maternidad temprana

Según el DANE, en Colombia en el año 2020, de 629.402 nacimientos que hubo, 4.301 fueron niñas que estaban entre los 10 y 14 años de edad y 110.672 de adolescentes entre los 15 y 19 años de edad.

Cuando *Laura salió embarazada tenía apenas 15 años de edad, un hecho que desencadenó un cúmulo de dificultades físicas y emocionales, tanto para ella, como para su pequeña hija que ahora tiene un año y diez meses de edad.

Ella vive en El Pozón, uno de los barrios más extensos y vulnerables del distrito de Cartagena, donde la noticia de su embarazo la tomó por sorpresa en plena pandemia, por lo que comenzó a sentir una mezcla de incertidumbre y alegría.

Fue un embarazo bastante difícil y un parto complicado el que tuvo que vivir *Laura. La niña nació el 21 de septiembre del 2020 y a los pocos días de nacida se enfermó y tuvo que llevarla a un centro asistencial, donde no la atendieron porque pensaron que tenía covid-19.

Cuenta que cuando nació la bebé  no respiraba bien, pero no le prestaron mucha atención y unos días después tuvo que llevarla a un centro asistencial porque tenía un brote en todo el cuerpo. El diagnóstico fue una neumonía y una bronconeumonía en ambos pulmones.

 “Tenía mucho miedo porque un médico me dijo que no la llorara tanto, que ella se iba a morir”, explica en entrevista a EL HERALDO y sorprendida por esas palabras de quien pensaba la iba a consolar y a ayudar.

La niña fue recluida en la unidad de cuidados intensivos y al noveno día de estar allí, despertó y se quitó el tubo, por lo que se agravó, tuvo un paro cardíaco y comenzó a sangrar por la boca. Los médicos tuvieron que reanimarla hasta que respondió y logró ser estabilizada.

Dice *Laura que la bebé “se puso morada y con los labios hinchados, pensé que se había muerto”.

Al mes fue dada de alta, pero entonces fue ella quien se enfermó de una infección urinaria por la que también estuvo hospitalizada.

 “No ha sido fácil, ella quedó muy débil y se enferma mucho, por lo que tengo que estar llevándola al hospital y darle seno hasta los tres años de edad porque a veces no quiere comer y está baja de peso”, añade la joven que ahora tiene 17 años.

La situación de *Laura es la de muchas jóvenes en el país. Según el Departamento Administrativo de Estadísticas, DANE, cerca del 50 % de los niños nacen de madres muy jóvenes, con máximo 24 años de edad y el 18 % tiene como madre a una niña de 10 a 14 años.

Además, estudios, encuestas y estadísticas demuestran la estrecha relación de la salud, la educación y la edad de la madre con el éxito del hijo, en todos los niveles: salud, desarrollo intelectual, progreso social, educativo y económico.

Los expertos aseguran que la edad de la madre juega un papel determinante, pues se encontró que los niños de mayor riesgo son los hijos de mujeres entre los 10 y 19 años, es decir, que hay una relación importante entre el estado nutricional de los niños y el embarazo adolescente.

La doctora Diana Pineda, líder social de la Fundación Éxito, afirma que los hijos de madres adolescentes y/o con pobres niveles educativos, tienen mayor riesgo de tener hijos con Desnutrición Crónica y con niveles prevalentes de enfermedades respiratorias agudas y diarreas agudas, lo cual aumenta sus posibilidades de morbimortalidad (enfermedad y muerte) en su primera infancia.

Las cifras

Agrega que existen 6 veces más posibilidades de que un niño, hijo de una mujer no educada, sufra desnutrición crónica, relación a los niños, hijos de madres con un nivel educativo mayor a secundaria. De esta manera, la educación de la madre se convierte en un factor protector para la prevención de la desnutrición crónica.

Entre mayor sea la educación de la madre, ésta tendrá mejores oportunidades para el acceso al mercado laboral, para su crecimiento, independencia y capacidad en la toma de decisiones alimentarias, nutricionales, educativas y de crianza para sus hijos.

Según el DANE, en Colombia en el año 2020, de 629.402 nacimientos que hubo, 4.301 fueron de niñas que estaban entre los 10 y 14 años de edad y 110.672 de adolescentes entre los 15 y 19 años de edad.

En el Caribe los embarazos en niñas y adolescentes entre los 10 y 19 años de edad sumaron ese año 34.125. Donde más se registraron embarazos en niñas de 10 a 14 años de edad fue en el departamento de Bolívar, donde hubo 326, y 6.939 en adolescentes de 15 a 19 años.

*Laura tiene esperanzas de darle un buen futuro a su hija

Las cifras del DANE indican que en el Atlántico hubo 196 madres entre los 10 y 14 años y 7.296 que estaban entre los 15 y 19 años; en La Guajira se registraron 159 embarazos en menores de 14 años y 4.461 en madres que estaban entre los 15 y 19 años; Córdoba registró 224 embarazos en niñas de 10 a 14 años y 5.424 en jovencitas de 15 a 19 años; en Sucre se registraron 121 en niñas de 10 a 14 años y 2.976 en adolescentes de 15 a 19 años, mientras que en el Magdalena la cifra de embarazos en niñas de 10 a 14 años fue de 237 y en madres de 15 a 19 años, 5.776.

El año pasado, según el DANE, en Colombia se registraron 609.739 embarazos, de los cuales 4.708 fueron en niñas de 10 a 14 años de edad y 106.381 en adolescentes de 15 a 19 años.

A pesar de todas las dificultades que ha tenido desde que supo que estaba embarazada, *Laura tiene grandes esperanzas sobre el futuro para ella y su pequeña hija, y para eso está luchando intensamente.

Actualmente hace parte de las 320 madres que son atendidas en la Fundación Social para el Desarrollo del Pozón, Funsodelpo, donde recibe un mercado mensual, asistencia y capacitación.

 “Voy a hacer un curso en el Sena sobre emprendimiento para poder trabajar y darle un futuro mejor a mi hija”, aseguró mientras la abrazaba cariñosamente.

Yira Mercado, una de las trabajadoras de Funsodelpo, asegura que trabajar allí es algo muy gratificante, porque “vemos transformar la vida de las mamás y de los niños, desde que llegan aquí con graves problemas, hasta que van superándose poco a poco”.

Explica que son apoyados en su totalidad por la Fundación Éxito, no solo para el sostenimiento, sino para brindarles capacitación a las madres sobre proyectos de vida, salud sexual, cuidados del bebé, alimentación sana y lactancia exclusiva hasta los seis meses de edad.

“Aquí atendemos a madres del Pozón, pero también de otros sectores e incluso de varios municipios como Bayunca, Villanueva y Turbaco”, asegura.

Su compañera Neidis Escobar Villarreal agrega que además se dictan talleres de manualidades, desarrollo personal y culinaria a las madres gestantes y lactantes, muchas de las cuales ya han conseguido trabajo y están aportando económicamente a sus hogares.

“Aquí les hacemos seguimiento para que asistan a los controles de crecimiento, que tengan un método de planificación para evitar un embarazo subsecuente y puedan replantear su proyecto de vida, seguir estudiando y seguir superándose”, explica.

Según la fundación, las madres gestantes y los niños que son atendidos deben hacer parte de otra oferta de asistencia alimentaria del Estado (Hogares FAMI del ICBF, modalidad de Entorno Familiar del ICBF y programas de Alcaldías municipales, entre otros).

La fundación complementa las diferentes ofertas disponibles en los territorios para la población con riesgo nutricional. Son priorizadas las familias que presentan mayor vulnerabilidad socioeconómica.

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