El presidente del Congreso de la República, Lidio García Turbay, del Partido Liberal, le dijo a EL HERALDO que las relaciones entre Colombia y Estados Unidos están en este momento “en cuidados intensivos”, por lo que considera que “es necesario volver a los canales diplomáticos para tratar de restablecer esos vínculos”.
Esto luego de las medidas que ha tomado la Casa Blanca bajo la administración de Donald Trump en contra de altos funcionarios del Gobierno colombiano y principalmente del propio presidente Gustavo Petro.
Así mismo, a través de sus redes sociales, el jefe del Legislativo se refirió al más reciente anuncio del Ejecutivo de impulsar una constituyente: “Colombia atraviesa un momento que exige serenidad, responsabilidad y respeto por las reglas democráticas. No es tiempo de improvisaciones ni de abrir debates que aumenten la incertidumbre y la desconfianza. La idea de convocar una asamblea nacional constituyente surge justo cuando el país entra en calendario electoral y en el cierre de un gobierno, etapas que demandan estabilidad, no agitación”.
¿Cómo ve las relaciones entre Colombia y EE. UU. con todos los ires y venires entre Petro y Trump?
Lamentablemente veo que una relación de más de 200 años, no con un país sino con el principal socio económico de Colombia, está en cuidados intensivos por las reacciones desafortunadas del Gobierno nacional. Considero necesario volver a los caminos diplomáticos para tratar de restablecer esos vínculos, y evitar consecuencias que pueden ser nefastas para miles de empresarios colombianos, para los ciudadanos de ambos países y para el entendimiento que debe primar entre los pueblos en un contexto globalizado como el que tenemos. Un incremento en los aranceles sería un golpe mortal para el país.
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¿Qué opinión le merece la tensión en el Caribe por los barcos de EE. UU. cerca de Venezuela?
Las relaciones internacionales no se manejan con egos ni con soberbia ni con vanidades personales. Insisto que debe agotarse la vía diplomática para resolver cualquier diferencia entre naciones, en el marco de la autonomía y el respeto por los pueblos, porque al final la afectación la terminan cargando no los gobernantes, sino los propios ciudadanos.
¿Entrando en materia legislativa, cómo ve la ley de financiamiento tras la aprobación del Presupuesto?
No veo conveniente para la economía ni ambiente en el Congreso para una reforma tributaria. La propuesta es totalmente antipopular. Lo que hemos propuesto es que se revise la ejecución presupuestal, pues en las inejecuciones de este gobierno habría los recursos que está necesitando para el último año de gestión.
¿Y la reforma a la salud?
Hay que construir sobre lo construido. Es un error garrafal intentar acabar el sistema de salud sin reconocer los aportes que ha hecho en materia de aseguramiento y reducción de indicadores de morbilidad. Evidentemente el sistema no es perfecto y tiene muchos desafíos, principalmente en la atención de enfermedades graves, la provisión de medicamentos y el financiamiento de la red hospitalaria, pero también muchas bondades con reconocimiento internacional, inclusive. El sistema que, por ejemplo, fue modelo durante la pandemia que azotó recientemente al mundo, ha salvado millones de vidas en Colombia.
Usted ha criticado el proyecto de la paz total, ¿le ve futuro?
Nada que contribuya a la impunidad puede ser aprobado en el Congreso. La paz no es un discurso para ganar aplausos, sino una acción coherente y sostenida de Estado, que es justamente lo que no vemos.
¿Le parece que están dadas las garantías de seguridad para los candidatos de 2026? ¿Cómo van las mesas para las garantías electorales?
No están dadas las garantías de seguridad, como lo refleja la queja constante de muchos candidatos a corporaciones. En días pasados hicimos una mesa de trabajo con el director de la UNP para hacerle ver las preocupaciones y prevenciones de los partidos, pero todo sigue igual. Un reciente informe de la Defensoría del Pueblo le puso cifras al miedo natural que tienen los aspirantes: en 649 municipios del país, es decir, más de la mitad de Colombia, hay riesgo latente por vulnerabilidad institucional y amenazas a candidatos, precandidatos y militantes de organizaciones de derechos humanos.
Hace algunas semanas Petro cuestionó duramente al Senado por la elección de Carlos Camargo a la Corte Constitucional, ¿siguen los roces entre el Ejecutivo y el Legislativo? ¿Cómo abordar esta situación?
Como presidente del Congreso me he comprometido a brindar las garantías necesarias para todos los sectores que componen nuestra corporación, y así lo estoy haciendo. La elección del hoy magistrado Carlos Camargo no fue la excepción. Considero que brindar esas garantías es la forma adecuada para mantener nuestra independencia, sin afectar la armonía. Garantista sí, gobiernista no.
¿Cómo va a hacer para mantener a los senadores sesionando en medio de una legislatura electoral, en la que las tarimas en las regiones los distraen?
Entendiendo que todos tenemos unas responsabilidades que cumplir y que debemos darle un manejo adecuado a nuestra agenda legislativa y política para no ser inferior a los desafíos que nos impone esta legislatura y el país mismo.
¿Qué le faltó por hacer en su primera presidencia del Congreso y que quiera implementar en esta?
Lograr la armonía nacional, asumiendo la diferencia como un regalo que nos da nuestro interlocutor para ver la vida de una manera distinta. En la presidencia anterior hicimos avances buscando el entendimiento, pero hoy, cuando las polarizaciones se han profundizado, debemos entender definitivamente que el partido más importante se llama Colombia.




















