Desde el próximo 1 de junio los miembros del Vaticano estarán obligados a denunciar si conocen un caso de abuso sexual, maltrato contra menores o personas vulnerables. La legislación que aprobó el papa Francisco, el 26 de marzo, precisa que sin dilaciones y demoras deberá presentarse, informaron medios en el viejo continente como Europa Press y Actualidad RTE.
Estos medios citaron al portavoz del Vaticano, Alessandro Gisotti, y se indicó que 'funcionario que omita o demore indebidamente la queja será castigado con una multa entre 1.000 y 5.000 euros (1.200 y 5.600 dólares)'. Alessandro Gisotti dijo que 'el Santo Padre espera que todos sean conscientes del hecho de que la Iglesia debe ser cada vez más un hogar seguro para los niños y las personas vulnerables'.
Esta decisión se señaló como resultado de la cumbre antipederastia, encuentro que la Iglesia católica organizó en febrero pasado, que reunió a los presidentes de las Conferencias Episcopales del mundo.
El Papa terminó ayer su visita a Marruecos, donde admitió que el Vaticano tiene que seguir limpiando sus pecados, y agregó que los caminos de 'la misión (religiosa) no pasan por el proselitismo, sino por nuestro modo de ser con Jesús y con los demás'.





















