Una buena y emocionante nueva noticia alegra hoy los corazones de los biólogos y amantes del medioambiente. El topo dorado de Wilton, una criatura que se creía extinta desde 1936, ha reaparecido en las dunas cercanas a la ciudad costera de Port Nolloth, en el noroeste de Sudáfrica. Este sorprendente hallazgo es el resultado de una exhaustiva búsqueda llevada a cabo por científicos de la Universidad de Stellenbosch y del Endangered Wildlife Trust (EWT).
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Durante 87 años, este pequeño mamífero llevó a cabo una existencia prácticamente invisible para la humanidad, siendo considerado extinto. Sin embargo, su resurgimiento ha dejado a los científicos maravillados y ha desmentido la creencia de su completa desaparición.
El topo dorado de Wilton, del tamaño aproximado de un hámster doméstico, destaca por su peculiaridad: carece de ojos y su pelaje exhibe una fascinante iridiscencia, un fenómeno óptico que juega con la luz en ángulos específicos. Se alimenta de termitas, hormigas y otros diminutos insectos durante la noche, y su hábitat principal se encuentra en las dunas de la costa sudafricana.
El avistamiento reciente tuvo lugar en la playa de Port Nolloth, revelando la adaptabilidad de esta especie para sobrevivir en un entorno único y desafiante.
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Los científicos, utilizando técnicas especiales debido a la aguda audición de estos topos, lograron detectar y documentar este asombroso descubrimiento.
El proyecto de búsqueda, lanzado en 2017, se centró en especies consideradas ‘perdidas’, aquellas que se creían extintas pero carecían de evidencia científica que respaldara su completa desaparición. La dificultad para localizar al topo dorado de Wilton radicaba no solo en la escasez de ejemplares, sino también en su hábitat complejo y en la habilidad de estos animales para detectar perturbaciones en su entorno.
Los científicos adoptaron un enfoque innovador al utilizar el análisis de ADN ambiental, rastreando moléculas genéticas que los animales dejaban al interactuar con su entorno.
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La exploración diaria de una extensa área de 18 kilómetros de dunas en la costa noroeste de Sudáfrica reveló restos de eDNA del topo dorado de Wilton. Este enfoque prometedor se ha documentado en la revista Biodiversity and Conservation, abriendo nuevas oportunidades para descubrir otras especies que se creían perdidas.
El topo dorado de Wilton, ahora en el centro de la atención, se convierte en un símbolo de la capacidad sorprendente de la naturaleza para persistir y asombrarnos, incluso en los rincones más inesperados del planeta.





















