El Heraldo
John Robledo
Magdalena

Los pescadores de Tasajera, atrapados en la red de la miseria

La pandemia ha afectado más su ya golpeada economía. La inseguridad los mantiene en un desasosiego.

Los dos o tres millones de pesos que diez años atrás podían sacar en una faena pescadores de Tasajera es sólo un recuerdo del pasado. Hoy, lo que obtienen les alcanza para mal vivir y después de la declaración de la pandemia del coronavirus sus finanzas empeoraron.

“Antes de la cuarentena, salíamos como tarde a las 4:00 de la mañana y regresábamos entre las 3:00 y las 4:00 de la tarde, pero ahora tenemos que salir después de las 5:00 de la mañana y comenzar a regresar al mediodía, lo que nos significa menos producción”, aseguró Enrique Maldonado Lara, vicepresidente de la Federación de Pescadores del Magdalena y residente de este corregimiento de Puebloviejo, Magdalena.

Con la llegada de la COVID-19 los compradores han disminuido, lo que ha bajado el precio de los ejemplares que pillan tanto en la Ciénaga Grande como en el mar, llevándolos a endeudarse para poder suplir las necesidades básicas de sus familias.

“En el 2019, un kilo de róbalo lo compraban en unos 12.000 pesos, pero ahora nos toca venderlo como mucho en 8.000 pesos. Esto sumado a la disminución de los peces debido a la contaminación y los cambios climáticos, además de las fuertes mareas que rompen y arrastran a los trasmallos”, comentó Maldonado Lara.

La situación es alarmante, un grupo de siete pescadores que produzcan 150.000 pesos después de pasar aproximadamente siete horas en el mar, tras descontar cómo mínimo 50.000 pesos por los gastos de combustible, agua y comida que llevan para la jornada, lo que queda debe ser repartido entre los siete, unos 14.000 pesos que poco les alcanzan para alimentar a sus numerosas familias.

No obstante, el problema es más grave para esos pescadores que no logran obtener de su trabajo ni siquiera el dinero para solventar los gastos, lo que los obliga a permanecer en tierra mientras consiguen prestados los recursos para volver a salir a buscar su sustento, bajo el abrasador sol y los peligros que enfrentan.

“La mañana de hoy domingo unas seis lanchas se quedaron varadas en tierra, seis pescadores y sus ayudantes que no consiguieron nada de la pesca del sábado, doce familias que se enfrentan al hambre, por lo menos ese día. En este caso, se busca el apoyo del acaparador del producto, quien arriesga los 40, 50 o 60 para la gasolina y lo demás, con el conocimiento que no se puede ir tan lejos por el poco combustible que lleva. Otros recurren a la ayuda de sus vecinos, o préstamo del ‘gota a gota’, lo que nos obliga a tener que apartar todos los días los $4.000 pesos de la cuota para el cobradiario”, reveló el líder de los pescadores.

Sin protección

Además del hambre que viven por la precaria situación de su economía, que en un gran porcentaje de casos está en los niveles de miseria, la inseguridad con la que deben realizar sus jornadas los mantiene en un profundo desasosiego.

Si bien los robos de los que han sido víctimas durante años han disminuido, cada vez que parten en busca de peces para atrapar, se adentran en las aguas del mar y la laguna con la incertidumbre de que ese no sea el día, en que se topen con hombres armados que los despojen del esfuerzo de su trabajo y de los implementos con los que lo realizan.

“Cuando estamos lejos de la costa y aparece alguna lancha que se dirige hacia nosotros nos da mucho nerviosismo. No es raro que al regresar a la casa nos enteremos de que algún compañero fue atracado en cercanías de Papare o Don Jaca”, anotó Antonio Carbonó, un joven pescador de Tasajera.

Al respecto, el vicepresidente de la Federación de Pescadores del Magdalena, aseveró que poco ven a la Armada Nacional patrullar en el mar y mucho menos en la Ciénaga Grande, a pesar de que se les ha pedido una infinidad de veces que hagan más presencia.

“Las únicas veces que se ve a la Policía en la laguna es cuando algún gobernador visita los pueblos palafitos”, manifestó Maldonado, quien agregó que se le ha solicitado al gobernador Carlos Caicedo más patrullajes de la Armada.

“Entendemos que con la emergencia del coronavirus y lo del camión cisterna ha estado muy ocupado, pero le pedimos al gobernador del Magdalena que nos dé un espacio en su apretada agenda para tratar este tema y otros que aquejan a esta comunidad de pescadores”, acotó el líder.

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