Casi un año después que trascendiera la información del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos sobre un colombo-libanés de nexos con la organización Hezbolá, que se movía entre Barranquilla y Maicao, en La Guajira, la Dijín de la Policía, en cooperación con el FBI, dieron captura a este sujeto en un exclusivo barrio de la ciudad de Cúcuta, Norte de Santander.
Se trata de Mahdy Akil Helbawi, alias ‘Jonathan’, ‘El Turco’ o ‘El Jefe’, el mismo individuo de 36 años de edad que en septiembre del año anterior figuró como creador de la empresa Zanga S.A.S., con sede en el barrio Villa Santos, en el norte de la capital del Atlántico, principal proveedora de carbón vegetal a sociedades controladas por la organización musulmana chií libanesa, que cuenta con un brazo político y otro paramilitar. Como se sabe, este también es llamado el Partido de Dios Libanés, el cual emergió para contrarrestar la presencia israelí y de sus aliados en el sur del Líbano.
A través de un comunicado, la Dijín señaló que “Información compartida por la Agencia Federal de Investigación estadounidense (FBI) evidenció la presencia en Colombia de Mahdy Akil quien desde 2016 vendría produciendo ilícitamente carbón vegetal de zonas rurales de La Guajira”.
Y según la Fiscalía, una investigación de la Dirección Especializada contra las Organizaciones Criminales determinó que la comercialización del carbón se hacía a través de la misma Zanga S.A.S., “la empresa de exportaciones que el procesado habría usado como fachada para evadir los controles aduaneros por parte de las autoridades nacionales”.
“También se estableció que el mineral era transportado a puertos de Cartagena y desde allí sacado en barcos hacia Líbano, Israel, Dubái, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait y Omán donde era vendido. Parte de los recursos habrían servido para financiar la organización terrorista musulmán Hezbulá”, agregó la autoridad.
Tras la captura de Helbawi, la Fiscalía le imputó los delitos de “aprovechamiento ilícito de los recursos naturales, lavado de activos, enriquecimiento ilícito de particulares y uso de documento falso, cargos que no fueron aceptados”.
Quedará detenido
Al cierre de las audiencias preliminares, un juez de control de garantías ordenó que Helbawi permaneciera detenido mientras sigue la investigación, que ahora se centraría en la sociedad comercial constituida en Barranquilla “con la cual Akil Helbawi habría blanqueado más de 4.976 millones de pesos (unos 1,30 millones de dólares) mediante operaciones de comercio exterior”.
“El cruce de información financiera, registros contables, además de dictámenes periciales, entre otras labores de policía judicial, evidenciaron que la compañía fue usada para ocultar los movimientos ilícitos de capitales y evadir el pago de impuestos al Estado colombiano”, explicó el ente acusador.
La Fiscalía agregó que dicha sociedad fue constituida en marzo de 2015 y que entre 2016 y 2022 fueron comercializados 2,4 toneladas de carbón vegetal “extraídos sin las autorizaciones de ley” y que a cuentas bancarias de Helbawi “entraron 5.439 millones de pesos (unos 1,33 millones de dólares), mediante 117 giros internacionales”.
Conexión con Oriente
El martes 12 de septiembre de 2023 la Oficina de Control de Activos Extranjeros (Office of Foreign Assets Control, OFAC, por su sigla en inglés) del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, en coordinación con la Administración para el Control de Drogas, publicó información sobre “ciertos facilitadores financieros”, claves para América del Sur y el Líbano, de la organización musulmana chií libanesa Hezbolá.
El poderoso Departamento del Tesoro reveló además que el empresario Mahdy Akil Helbawi era hijo del libano-venezolano Amer Mohamed Akil Rada, vinculado desde hace muchos años como “miembro operativo de Hezbolá, que llevó a cabo el atentado terrorista contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), en 1994 en Argentina, en el que murieron 85 personas”.
En esa línea, de acuerdo con la autoridad estadounidense, Mahdy Akil llevaba a cabo, en nombre de su padre Amer, actividades comerciales en Colombia, “casi con seguridad con el propósito de evadir ser detectado y eludir sanciones. Helbawi estableció la empresa de carbón vegetal Zanga S.A.S., con sede en Colombia, que ha sido la principal proveedora de sociedades controladas por individuos que integran esta red, incluido Amer. Helbawi es el director ejecutivo de Zanga S.A.S.”, precisó el documento del Tesoro.
Para el organismo estadounidense Amer y sus asociados administraban esa sociedad comercial en representación de Hezbolá.
“Esta medida de vigilancia y control se dirige a siete personas y entidades clave que forman parte de esta red que genera ingresos para las actividades terroristas de Hezbolá y posibilita la presencia del grupo terrorista y sus actividades nefastas en América Latina. Desde su creación, Hezbolá ha establecido una infraestructura global extensa que incluye actividades comerciales que permiten a sus agentes viajar libremente, estudiar objetivos de manera estratégica y transferir materiales y fondos”, reveló el informe dado a conocer por la autoridad.
Y eso fue afianzado por el subsecretario del Tesoro para Terrorismo e Inteligencia Financiera, Brian E. Nelson, quien señaló que la orden “destaca el compromiso del Gobierno de Estados Unidos de actuar contra actores y financistas de Hezbolá con independencia de donde se encuentren”.
La investigación del Tesoro de EEUU extendió que la firma constituida en Barranquilla Zanga S.A.S. recibió transferencias por un total de aproximadamente USD40.000 de una compañía con sede en el Líbano llamada Black Diamond SARL, alegando que se trataba de ingresos por compras de carbón o carbón vegetal. Ali Ismail Ajrouch es el propietario de Black Diamond SARL.
En tal razón, la firma mencionada y su propietario también quedaron sancionados por el Gobierno estadounidense.
Otro de los mencionados en el listado del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos fue Samer Akil Rada, hermano de Amer y tío de Mahdy, otro miembro de Hezbolá, y quien ha estado vinculado en forma activa a delitos relacionados con tráfico de drogas ilícitas y lavado de dinero en varios países de América Latina, entre estos Venezuela.





















