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La noticia de la muerte de Íker Samaniego Galarza, un joven español que cumplía 34 años el día que fue hallado su cuerpo en una vivienda del barrio Simón Bolívar, ha abierto todo un caso desconocido, y tal vez, insospechado para sus vecinos en el sector del suroriente de Barranquilla.

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Sí sabían en el sector que era un hombre de origen extranjero y que llamaba la atención por su contextura física, el 1,90 metros de altura y su cuerpo esbelto, trabajado como si se dedicara al fisiculturismo.

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Sin embargo, lo que estaría lejos de las sospechas de las personas en el sector de Simón Bolívar son los hechos del pasado de un Samaniego Galarza que fue encontrado con heridas en su cuello y rostro, lo que ha permitido a las autoridades dar apertura a una investigación para determinar todo lo relacionado con su muerte.

Es sabido, además, que fue visto por última vez con vida el pasado fin de semana, cuando estuvo departiendo con bebidas alcohólicas. Era costumbre que se asomara por la terraza, pero de un momento a otro, nadie volvió a verlo.

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La gente, motivada por la curiosidad, procedió entonces a preguntarse qué había pasado, dando aviso al propietario de la vivienda, quien entonces llegó para hacerse cargo, ingresando forzosamente, y encontrando en ella el cuerpo del hombre español sin signos vitales.

El Ferrari

Muchos años antes de las trágicas horas que rodearon su muerte, el nombre de Íker Samaniego apareció registrado en medios de comunicación del País Vasco, donde vivía en España, como consecuencia de un más que inusual hecho.

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El viernes 29 de agosto del año 2014, Samaniego, de entonces 24 años, se vio en la necesidad de llamar a unidades del Cuerpo de Bomberos para que se atendiera una emergencia presentada con un vehículo, nada más y nada menos que un Ferrari 360 Modena, que estaba aparentemente en su propiedad y tenía por esos días un precio de lanzamiento de aproximadamente 150,000 euros, es decir, más de 631 millones de pesos en el presente.

Fuentes judiciales consultadas por EL HERALDO en el País Vasco expresaron que nunca se establecieron con claridad las razones detrás de la conflagración del vehículo y que, en su momento, el joven Íker Samaniego fue conducido al Hospital Txagorritxu para curar las heridas consecuencia del intento de contener las llamas.

El joven dio aviso de la conflagración a eso de las 4:15 de la madrugada del viernes y entonces los bomberos trabajaron para controlar el fuego, que dejó el vehículo completamente calcinado.

Las propias fuentes indicaron que, en ese momento, Samaniego estaba acompañado por una mujer que resultó ilesa ante el contacto con las llamas.