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Dos profesionales de la salud que durante décadas compartieron sus servicios con esperanza, entrega y humanidad. Así eran Porfiria Isabel Escorcia Villalba y Roberto Vásquez Camargo, la pareja de esposos de 80 y 88 años de edad, respectivamente, que fue asesinada en la noche del viernes 13 de junio en una vivienda del barrio Altos de Riomar, en el norte de Barranquilla.

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Roberto fue un médico epidemiólogo que desde los años 80 asumió con valentía y, sobre todo humanidad, un rol fundamental en una época marcada por el miedo y el estigma, cuando el VIH apareció como una amenaza invisible y devastadora.

Su entrega a la salud pública de la ciudad estuvo marcada por el sentido humanitario que tenía este reconocido médico para tratar a los pacientes con VIH, convirtiéndose en un faro de compasión y conocimiento.

Su lucha no solo fue médica, sino también humana. En los años 90, cuando las personas con VIH enfrentaban no solo la enfermedad, sino el rechazo social, además de precarias condiciones por la falta de recursos que tenían la mayoría de los pacientes para ser atendidos, Roberto abrió su casa y su tiempo para brindar atención directa, medicinas y apoyo nutricional.

Mientras tanto, Isabel, su esposa y con quien compartió su vida por 50 años, también fue un pilar fundamental en este camino, aportando su calidez y dedicación en el acompañamiento y la asistencia a los pacientes.

CortesíaPareja de esposos asesinada en el norte de Barranquilla

Más allá del consultorio, Roberto se convirtió en un educador incansable. Salía por las noches a recorrer la ciudad, entregando preservativos y compartiendo charlas con el movimiento LGBTI y trabajadoras sexuales, poblaciones vulnerables que a menudo eran ignoradas por la sociedad.

Su vínculo con organizaciones internacionales, especialmente en Estados Unidos, le permitió traer a Barranquilla prácticas avanzadas de prevención y tratamiento.

“Roberto y Porfiria Isabel merecían un homenaje porque salvaron vidas en Barranquilla, porque su formación, pero también su actividad de prevención, permitió que muchas personas que viven con VIH tuvieran mecanismos preventivos. Valoramos mucho de Roberto e Isabel su gran profesionalismo, estuvieron todo el tiempo muy en la vanguardia de entender la epidemia del VIH, de entender que se puede prevenir, fueron voceros de todo el ejercicio de motivar mucho que la gente se hiciera pruebas para diagnosticar si vivían con VIH (...) fue un ejercicio muy significativo”, señaló Wilson Castañeda, director de Caribe Afirmativo.

Esta pareja compartió por más de cinco décadas su misma vocación en materia de salud e inclusive desde la academia. Ambos fueron formadores de la Universidad Metropolitana de Barranquilla.

De hecho, este medio conoció que Vásquez Camargo fue director del programa de Ciencias Básicas de la Salud.

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Así fue el doble homicidio

Investigadores de la Policía Metropolitana de Barranquilla empezaron con la recopilación de información en torno al crimen de la pareja de esposos.

SuministradaLa pareja fue encontrada muerta en una vivienda en Altos de Riomar, en el norte de Barranquilla.

Según información preliminar entregada por la institución armada, el hallazgo se produjo pasadas las 6:30 p. m., cuando un familiar ingresó a la casa de la pareja y encontró los cuerpos en una de las habitaciones. Las primeras versiones indicaron que las muertes habrían sido causadas por golpes.

De acuerdo con versiones de allegados, los esposos habían regresado hace apenas dos días de un viaje a Estados Unidos, país que frecuentaban, además de Alemania, para visitar a sus hijos. Dentro de la vivienda se encontró un evidente desorden, lo que podría indicar que se trató de un caso de hurto.

Josefina VillarrealEn esta vivienda fue asesinada la pareja en la noche del viernes.

La investigación fue asumida por detectives de la Sijín, quienes llegaron al lugar para esclarecer los móviles del crimen y dar con los responsables.

Este medio conoció que un primer paso dado por los investigadores ha sido la búsqueda de videos de cámaras de seguridad de la zona que podrían dar luces sobre los autores del hecho.

Una fuente judicial señaló a EL HERALDO que quien alertó sobre los cuerpos sin vida del médico epidemiólogo Roberto Vásquez Camargo y su esposa, la enfermera Porfiria Isabel Escorcia Villalba fue un sobrino de la pareja.

Según su relato a las autoridades este abrió la puerta de la residencia de las víctimas y notó “rastros de sangre” a su ingreso, por lo inspeccionó el lugar apresurado y halló los cuerpos de sus tíos en una de las habitaciones.

Tras una labor de peritos de la Sijín se determinó que la muerte de los esposos fue ocasionada por golpes con “objeto contundente”, pero, hasta el momento no se ha revelado con qué tipo de elemento se les atacó.